El sermón de la Sexta Avenida
lunes 01 de octubre de 2012, 10:45h
Bienaventurada la mayoría
silenciosa, que ella saldrá de la crisis, y a los de la algarabía
minoritaria que les den, que esos lo que quieren es que no salgamos.
Dos de sus más fieles, Jorge Moragas y Carmen Martínez, se
asombraron de la templanza del líder que avanzaba a paso firme por
la Sexta Avenida. Solo hay imágenes del paseo neoyorkino. Nadie ha
contado lo que allí se habló, más allá de los comentarios
habituales sobre lo altos que son los rascacielos. Pero vistas las
declaraciones posteriores de Mariano Rajoy cabe especular e
imaginarse la charleta. Se non è vero è ben trovato. La foto
publicada en todos los medios demuestra que justo entre la calle 50 y
la 51, a la altura de Radio City, el presidente se llevó el puro a
la boca. No dio tiempo a que sus asesores se enteraran si estaba
próxima alguna "no smoking área", que ya se sabe lo talibanes
que son los norteamericanos con el consumo de tabaco. Son capaces de
preferir que los escoltas saquen la pipa a que su jefe fumara tan
despreocupadamente. El presidente se fumaba un puro por las calles de
la capital del imperio apenas 48 horas antes de reunirse con los
suyos para aprobar otro sonado recortazo. Y proseguía su discurso de
callada resignación. Pues claro que entiende a los cabreados del
país, ¿qué pasa que él no lo está? Pero hombre, si vamos a ver
¿acaso es agradable subir impuestos si has dicho hasta el hartazgo
que los vas a bajar? Si es que además no hay quien lo olvide. A ver
quien destruye en los archivos aquella foto cuando firmé en una mesa
que había colocado Esperanza Aguirre en la campaña "no más IVA".
Pues no hay manera. Y bien que Montoro y yo nos resistimos en los
Consejos de Ministros pero al final Bruselas y Luis de Guindos se
impusieron. Y ¡hala!, 13 puntos más de IVA a los lápices y a los
cuadernos que los niños llevan al colegio y a las entradas del cine.
Y ya puestos pues que se lo cobren también a los megacachas de los
gimnasios y a las señoras del Pilates, a las amas de casa que van a
la pelu y hasta a los muertos, bueno es un decir, mejor a sus deudos,
que esos si que pagan.
Pueden ponerse tras la
estelada, agarrarse a la pancarta por la escuela pública, cortar el
tráfico haciendo sonar pitos vestidos con sus batas blancas de
sanitarios, montar la de San Quintín con sus camisetas verdes por la
enseñanza pública o arremolinarse tras las vallas en la plaza de
Neptuno o parar el metro. Que oiga, que también me ponía yo a
protestar, que ha sido llegar al poder y bajarme el sueldo, enterarme
de que cuando me echen las urnas que quedo con indemnización
recortada, y ahora no tengo ni para colocar en Moncloa a todos los
colaboradores que tenía comprometidos en el partido. Y hala, a
aguantar a pie firme los caprichos de la prima de riesgo, a los
buitres de las agencias de rating, las recomendaciones-órdenes de
los Dragui, Junker, Merkel, Oli Rhen y a toda la panda... Que mira
que éste es un Gobierno como Dios manda y previsible, nada que ver
con Zapatero y que ni por esas vuelve la confianza al país. Que sí,
que la realidad me ha cambiado el guión y el programa electoral y
hasta la vida, oyes. Pero aquí les quería yo ver a esos de la
algarabía callejera. Encima de que no aportan nada ni dan
alternativas nos están dejando la imagen internacional hecha unos
zorros. Que aquí todavía no tenemos fotos a la griega para las
primeras páginas, con contraluces sobre contenedores y mobiliario
urbano ardiendo. Pero esos policías dando porrazos, esos yayos con
la cabeza abierta y sangrando, ¡válgame el cielo!, dile ahora a los
de las prima de riesgo que nos presten barato, que este en un país,
bueno España, es un país serio. Y yo me fumo un puro en las calles
de la city porque sabemos que éste es el buen camino; las reformas,
los ajustes y la austeridad nos van a sacar de pobres y acabarán con
las colas del paro. Que aquí remamos todos en la misma dirección y
ponemos el hombro. Y bueno, tendremos que apelar a la mayoría
silenciosa para que no se ponga a gritar cuando diga eso Montoro,
cuando presente los presupuestos con más recortes, eso de que el
2013 va a ser el último año de la recesión. Habrá que convencer
al personal de que lo siga sufriendo calladito. Avanzaba la comitiva
y la reflexión presidencial entre bocanadas de humo.
¡Bienaventurados los mansos de corazón porque ellos si entenderán
las reformas! En verdad en verdad os digo que estamos poniendo las
bases del crecimiento y el empleo. Y solo los silenciosos verán la
luz. Que nada como la fe y la resignación cristiana que nos
enseñaron nuestros mayores para soportar la que está cayendo. Allá
los de la mamandurria y sus seguidores, cortarán el tráfico,
pararán el metro, desviarán las rutas de los autobuses y nos
impedirán llegar a tiempo al trabajo. Pero no llegarán a nuestra
tierra prometida. Hermanos yo os digo que las reformas y los ajustes
no producen efecto ni hoy ni mañana, que requieren tiempo y
paciencia, y silencio, mucho silencio, que en boca callada no entran
ni moscas ni porrazos policiales. Alguien entre los fieles seguidores
comenta la decisión del primer ministro portugués Pedro Passos
Coello de dar marcha atrás en su anunciada subida de cotizaciones a
la Seguridad Social en un 7 por ciento ante la presión popular y las
movilizaciones en la calle. ¡No son temerosos de la troika y ésta se
les echará encima! ¡El despilfarro podrá con ellos y se quedarán
sin las ayudas prometidas! ¡Nunca saldrán del agujero!
Sexta Avenida abajo, se
encontraron con un reducido grupo de la Salvation Army que pedía una
aportación a los viandantes y canturreaba un espiritual, "Oh, my
Lord, I want to be like christian..." ¡Eso, eso, así si saldremos
de la crisis, mas Gospel y menos pancartas!