Ante la oleada independentista vasco-catalana,
los socialistas están apostando por el federalismo. Y hasta el mismo
Rubalcaba
está dispuesto a cambiar la Constitución para ir a un modelo federal en España.
Con estos coqueteos, están dejando solo
al PP en la defensa de la Constitución. Y esto no debe ser así. La Constitución no es un residuo franquista, como
algunos van diciendo por ahí. La Constitución es de todos los españoles, y lo
seguirá siendo hasta que se cambie.
Pero para cambiarla, es necesario un
largo proceso político, y no están los tiempos para ocuparse de ello, teniendo
problemas más cruciales, como el paro y la crisis económica. El Partido
Socialista tendría que pactar con el PP y apoyar juntos la Constitución, para
frenar, con esta mayoría aplastante, cualquier intento de cambiar el modelo de
Estado.
Hace falta más unidad entre los dos
grandes partidos españoles. Las disensiones políticas solo sirven para provocar
más desconfianza en Europa, y perder la poca credibilidad que nos queda. Ahora
toca solucionar los problemas reales de la gente de la calle. Todo lo demás son
experimentos. Y los experimentos, con gaseosa, no con la Constitución.
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