El poder está nervioso
ante la cita de este martes, 25 de septiembre, en Madrid. Nadie sabe qué pasará
o cuánta gente asistirá a rodear el Congreso de los Diputados, pero el
Ministerio del Interior cree que existe un gran riesgo y ha movilizado a 29
grupos antidisturbios: 1.500 policías defenderán a 350 diputados. La Brigada
Provincial de Información ha advertido del peligro que se corre: las extremas
derecha e izquierda van a confluir en este objetivo. El poder avisa: se
aplicará el Código Penal con el máximo rigor.
Los nervios han llegado
al poder. Una cosa es manifestarse como en Madrid el 15 de septiembre, con
cordones de seguridad sindicales y con todo 'atado y bien atado' y otra muy
distinta lo que ocurrió en la Diada del 11 de septiembre, en Barcelona
-petición absolutamente mayoritaria de independencia- o lo que puede pasar este
martes en Madrid: toma del Congreso de los Diputados por una ciudadanía absolutamente
'cabreada' y muy radicalizada.
La Brigada Provincial de
Información ha advertido a los responsables del Ministerio del Interior que la
cosa puede ser muy grave: que nada es previsible, que puede haber grandes
consecuencias porque las llamadas se han hecho a través de las redes sociales y
han confluido grupos de extrema derecha y de extrema izquierda, que incluso
podrían pelearse entre ellos. Vaya, que se puede montar muy gorda en los aledaños
del Congreso de los Diputados.
Ante tales avisos, el
Ministerio del Interior ha movilizado a todos sus efectivos: 12 grupos de las
UIPs (Unidades de Intervención Policial) de Madrid están en pie de guerra: 600
antidisturbios, a los que se unen otros 17 grupos de la UIPs de otras regiones
(como Valladolid y Coruña), con otros 850 efectivos. En total, más de 1.500
antidisturbios 'defenderán' este martes el Congreso de los Diputados, sin tener
en cuenta otros efectivos de la Policía Nacional, o de la Municipal.
Máxima contundencia
policialPese a todo, el poder
tiene miedo, y la delegada del Gobierno en Madrid,
Cristina Cifuentes, de quien
depende el orden público en la capital, ha pasado a la 'acción preventiva': "Respecto
a las personas que han anunciado su intención de entrar o de rodear el Congreso
decirles que no se les va a permitir, que intentar coaccionar la voluntad de
los diputados mientras hay una reunión de las Cortes es un delito tipificado en
el artículo 494 del Código Penal y por lo tanto la Policía va a actuar en
consecuencia para que se cumpla la legalidad".
Para desanimar al
ciudadano medio, cabreado pero no radicalizado, Cifuentes ha informado que
junto a las coordinadoras convocantes -"En pie" y "25-S"-,
las Brigadas de Información han detectado grupos de ultraderecha, cercanos a la
ideología nazi, que en este confluirían, al menos en determinados intereses,
con los grupos de extrema izquierda, radicales y antisistema. Todo ello para
justificar que los policías tendrán orden de actuar con la máxima dureza, aplicando
a los que detengan el Código Penal.
Cómo tomar el Congreso
'por lo legal'Los convocantes,
efectivamente, esperan gran dureza policial, y saben que no podrán asaltar el
Congreso de los Diputados: no será posible pasar de la primera barricada
policial, que se colocará en Neptuno, por la parte inferior, y en la calle
Cedaceros, en la superior. Así que desde las redes sociales han emitido unas
'instrucciones' para tomar el Congreso de forma supuestamente legal: "Hay
una jugada que no se esperan, un
hackeo que puede darle la vuelta a la tortilla
y convertir a la policía en un servidor público, en vez de en una máquina de
reprimir al servicio del gobierno", se afirma desde estas redes.
En realidad, hablan de
tomar el Congreso en sentido figurado, a través de la burocracia
administrativa: utilización del Derecho Fundamental de Petición (art. 29 de la
Constitución Española). A partir del verano de 2011, el Ministerio de
Administraciones Públicas (con Manuel Chaves a la cabeza), forzó a la gente a
hacer la entrega personándose en el Registro del Congreso de los Diputados o
enviándola por correo certificado al mismo. Pero, "¿qué pasaría si miles
de personas se presentan el día 25 de Septiembre, debidamente identificadas y
con un par de copias del texto de petición de Democracia 4.0?", dicen los
convocantes.
Creen que la policía, en
vez de disolver la concentración, debería garantizar que cada persona pudiese
ejercer su Derecho Fundamental. Y, si bien es cierto que en condiciones
especiales (por ejemplo de aglomeración), el acceso al Registro se restringe, "es
la propia policía, como funcionariado público, la que tiene la obligación de
recoger las peticiones y entregarlas en el Registro, devolviendo una copia
sellada a cada solicitante".
"¿Serían capaces de
entorpecer el ejercicio del Derecho del artículo 29 de la Constitución?",
se preguntan en las redes sociales, para añadir que "entonces estarían
incurriendo en el delito tipificado en el artículo 542 del Código Penal",
por lo que podrían ser denunciados a los tribunales.
Esta estrategia no tendrá
éxito, porque ya se ha advertido que los antidisturbios allí desplegados no aceptarán
ningún papel.
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