viernes 21 de septiembre de 2012, 18:19h
No soy el primero
y no seré el último que piense que la pequeña nota emitida por el Rey en su
página web no es algo que pueda interpretarse simplemente como parte de una
corriente general de mayor presencia de don Juan Carlos en la vida política y
que, sin embargo, crea que está plenamente justificada. Me explico.
En el intento
bienintencionado de quitarle hierro a la nota del Rey, algunos, como mi buen
amigo Fernando Jáuregui, interpretan dicha nota como parte de un proceso de
mayor presencia institucional de la Corona en la vida política española. Y puede
que tangan razón en cuanto a que esa mayor presencia se esté produciendo. Pero
la nota tiene otra densidad que se sale por completo de ese marco y todo
intento de mantenerla ahí me parece poco más que un esfuerzo biempensante.
Ahora bien, de
igual forma creo que la nota está plenamente justificada. Y la razón que me
lleva a pensarlo está referida a la gravedad de la situación en que se
encuentra el país. Nicolás Redondo decía el otro día en TVE que la nota del Rey
le hace pensar si es que no estaremos en una situación límite. Concuerdo
plenamente con el antiguo secretario general de UGT. Y eso es precisamente lo
que justifica la intervención regia. Más aun, creo que el Rey ha intervenido
para que otros no lo hagan. Y no estoy pensando únicamente en el entorno del PP
o en buena parte del electorado español. Estoy pensando en la lista de
instituciones a las que la Constitución obliga a defender la unidad de España y
su integridad territorial. Una de ellas la propia Corona, desde luego.
Dicho en otros
términos, el Rey también tiene sus líneas rojas. La Corona está obligada por la
Constitución a impedir la división de España o su destrucción material. Y como
otras instituciones exigidas por la Constitución, debe responder ante la
ciudadanía que se rige por esa regla fundamental de convivencia democrática. Es
decir, de conformidad con la Constitución actual, cualquier ciudadano o
ciudadana puede pedirle cuentas al Rey -y a otras instituciones- de que es lo
que ha hecho para defender la integridad de España.
Desde luego,
siempre será posible reformar la Constitución e incluso modificar la actual
forma de gobierno; pero ello debe hacerse por el procedimiento legal y legitimo
ya establecido y mientras eso no suceda, el Rey tiene claramente deberes
constitucionales que cumplir. Por eso debe tener claro cuáles son sus líneas
rojas y hacérnoslo saber.
En la actualidad,
son otros los que están traspasando los límites constitucionales y a estos el Rey está obligado a advertirles que lo
están haciendo. En suma, si no estuviéramos en una situación límite, podría
discutirse si la nota real supone o no un excesivo intervencionismo, pero dado
que somos muchos los que pensamos que ya estamos tocando fondo, la nota del Rey
se transforma en simple cumplimiento de una obligación constitucional. Aunque
parece que algunos, tratando de hacer juegos de palabras, intentan hacernos
olvidar la letra y el espíritu de nuestra actual Constitución. Una
irresponsable quimera, desde luego.