Desde hace algún tiempo, nuestro Estado autonómico más que resolver
problemas los está creando. Estamos en un momento crítico en el que es necesario
más que nunca un cambio en profundidad en la Política con mayúsculas. Y
también, claro está, en el modelo autonómico. "Se trata de un gran reto,
el de construir un Estado en el que todos podamos sentirnos cómodos,
compartiendo nuestras diferencias y semejanzas", como analiza en
Diariocrítico el vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban
González Pons.
González Pons analiza de forma absolutamente positiva lo que han
significado estos más de 30 años de Constitución y democracia, pero advierte con
claridad que "en los últimos años hemos visto cómo en España, una profunda
crisis económica, claramente agudizada por un gobierno nefasto, se convertía en
una dramática crisis social y terminaba enfrentándonos a una creciente crisis
política e institucional. Por vez primera, los hijos, lejos de aspirar
claramente a mejorar la situación de sus padres, prácticamente aspiran a
conseguir no un trabajo mejor, sino simplemente, trabajo".
Es decir, que estamos asistiendo a una 'inversión' del paisaje social
tradicional: "Hoy en día, lejos de poder comenzar ilusionados su andadura
personal y profesional, los jóvenes luchan contra cifras de paro juvenil
inasumibles". Y ante eso, el autor advierte que "es necesario
reaccionar, y España lo ha hecho". Ahora bien, González Pons añade que debemos
luchar con fuerza y convicción contra la parálisis, el desencanto y el
desánimo; que "debemos remar todos juntos", en la misma dirección, lo
que implica la necesidad de una política de consenso.
El dirigente popular propone introducir otros cambios políticos, "crear
una nueva política, que sea del agrado de los ciudadanos, destinatarios de
nuestro trabajo"; una política que use un lenguaje comprensible, evite la
ostentación y los privilegios, ceda protagonismo en la foto a la sociedad y a
los ciudadanos y escuche antes de responder.
Dice también que hay un exceso de cargos públicos y políticos, y que por
tanto se debe acometer la supresión de organismos que aparentemente duplican
competencias en diversas Administraciones, o que la ciudadanía juzga como poco
eficaces o incluso innecesarios. Y ello nos lleva de pleno a una de las
reformas que quizá resulte más necesaria abordar con valentía: "La
revisión de la construcción del Estado de autonomías con el que nos hemos dotado.
17 comunidades autónomas que fueron fruto de una reacción contra un Estado
unitario uniformizador, con permanentes tensiones territoriales y que
necesitaba dar reconocimiento a las identidades nacionales".
"Porque hoy en día este modelo se revela claramente ineficaz",
dice González Pons, y añade que "desde la madurez política que nos da una
democracia consolidada, hemos de ser capaces de distinguir claramente dos
realidades que no pueden confundirse, como son la autonomía política, con su
vertiente pura y simplemente administrativa, que ha desembocado en ciertos
casos en burocracia, duplicidades, ineficiencia, o desmesura en el gasto".
En ese sentido, González Pons aboga por un gran pacto para reformar el
Estado autonómico: "Ciertamente se trata de un gran reto, el de construir
un Estado en el que todos podamos sentirnos cómodos, compartiendo nuestras
diferencias y semejanzas".
>> Lea de forma íntegra el artículo de Esteban González Pons