lunes 17 de septiembre de 2012, 07:57h
En una reciente entrevista, el líder de Batasuna,
Arnaldo Otegui pide "disculpas"
a las familias de las víctimas de ETA "si como portavoz" de la
formación ilegalizada ha "añadido dolor o humillación".
Muchos
años ha tardado este nefasto individuo. Y además de tarde, lo ha hecho mal. En
esta entrevista, Otegui reconoce que fue
miembro de la banda criminal etarra. Por lo tanto, tendría que haber pedido
perdón, no solamente por lo que se dijo, sino también por lo que se hizo.
Otegui solamente se disculpa de las palabras pronunciadas como portavoz, pero
no dice nada de la sangre derramada por su banda terrorista.
En
definitiva, se trata de un arrepentimiento de medias tintas, ambiguo y con un deje
de falsedad, muy oportuno ante la proximidad de unas elecciones. No es la primera vez que el lobo etarra se
disfraza de cordero cuando se acercan las urnas. Gracias a esa estrategia, sus
cómplices ahora gobiernan en diputaciones y ayuntamientos.
Pedir
perdón por las palabras y no por los hechos, es intentar ocultar con artimañas
una verdad incontrovertible: Que ellos fueron los verdugos, y nosotros las
víctimas.
No
creemos en disculpas así. Ya nos han engañado demasiado.