¿Un país sin alternativas?
domingo 16 de septiembre de 2012, 13:53h
Las movilizaciones vaticinan un otoño caliente al hacerse cada vez más evidente el divorcio entre la calle y el Gobierno de Mariano Rajoy. En realidad, el otoño caliente ya se nota en un verano también caliente en todos los sentidos, al que por si fuese poco se sumó la manifestación multitudinaria de la Diada, en la que resurgieron las consignas independentistas que Rajoy podría aplacar con un nuevo modelo de financiación más beneficioso para Cataluña.
Los manifestantes sindicales lo tienen claro: exigen un giro en la política del Ejecutivo o un referéndum sobre los recortes. Saben que en ambos casos saldrían ganando, pero intuyen su escasa viabilidad. ¿No hay tercera vía? Difícil también. El Gobierno está muy condicionado por Bruselas y por la escasez de ingresos, a pesar de las recientes subidas de impuestos. La recesión no da para más y solo si se vuelve a la senda del crecimiento habrá empleo y más ingresos. De momento, los recortes seguirán produciéndose de la mano de los Presupuestos para 2013 y del previsible rescate, por lo que realmente las protestas también deberían dirigirse a quien gobierna un Estado que ya parece un protectorado, una especie de autonomía de un Estado federal europeo indefinido.
Tras el toque de atención de este fin de semana puede llegar otra huelga general. A lo mejor es el desenlace inevitable, como advierte Ignacio Fernández Toxo, el líder del sindicato Comisiones Obreras, mientras su colega de UGT, Cándido Méndez, se lamenta de que "nunca con tanta soberbia, con tantas malas artes, se había hecho tanto daño a la inmensa mayoría de la sociedad". Pero de este tipo de declaraciones, por sentidas que sean, no salen soluciones. Tampoco del ministro Luis de Guindos, que solo sabe pedir sacrificios para garantizar el Estado de bienestar, sin aportar recetas de crecimiento. Según el opositor Rubalcaba parece que Rajoy ha perdido la mayoría social por sus mentiras pero está por verse que sea realmente así; sin ir más lejos, en las elecciones de Galicia, donde gobierna el PP.
En España se habla a lo sumo de una reforma fiscal y de más lucha contra el fraude, que tiene todo el sentido, pero nadie habla de cómo crecer, de cómo rellenar el inmenso hueco que dejó la construcción. ¿Es realmente España un país sin alternativas económicas? @J_L_Gomez
Fundador y editor de Mundiario, también es columnista de la agencia Europa Press. Tertuliano de TVG y Radio Galega, colabora en La Región. Dirigió Capital, Xornal y La Voz de Galicia. Ex director editorial de Grupo Zeta. Autor del libro Cómo salir de esta. Coeditor del Anuario del Foro Económico de Galicia.
Twitter: @J_L_Gomez
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
13192 | Angel - 16/09/2012 @ 22:45:25 (GMT+1)
Ahí van algunas propuestas para empezar a mover la maquina...
- Priorizar la educación y formación de los ciudadanos: Educar de manera imparcial. Los responsables que diseñan las líneas educativas no deben ser políticos sino especialistas. Hay que pasar de la mentalidad egoísta y del mínimo esfuerzo a la del esfuerzo y beneficio común. Formación continua y de calidad obligatoria en todos los empleos. Recursos suficientes para la educación.
- Cambio de modelo productivo - Priorizar la I+D+i: Fomentar cooperación I+D+i público - privado. Facilitar al máximo la creación de empresas spin-off y de alto valor añadido, sobre todo en sectores estratégicos. Línea de financiación a fondo perdido para estos programas. Aumento significativo de recursos en I+D+i.
- Economía justa: Control exhaustivo de los bancos y fondos de inversión. Legislar para que los bancos destinen sus fondos a economía real y no especulativa. Si quiebra un banco, que paguen sus consejeros e inversores. Absorción del banco por el Estado y creación de un banco público ético. Las viviendas de estos bancos absorbidas por el banco público podrían ponerse en alquiler social a familias que lo necesiten (en paro y desahuciadas). Priorizar la incorporación de estas personas al mercado laboral y, una vez trabajen, podrán pagar una cuota de alquiler a precio de mercado o adquirir la vivienda. Luchar contra la economía especulativa a escala europea y mundial.
- Fomento de la economía verde: Subvencionar energías renovables con impuestos a energías sucias. Fomento de investigación pública - empresa privada para hacer más competitivas las energías renovables. Líneas de financiación especiales para investigación en acumulación de energía renovable y su distribución. Reforestación masiva de bosques. Limpieza de bosques para evitar incendios y aprovechamiento de restos (más agrícolas) en centrales de biomasa. Actuación ejemplar en contra de incendios e incendiarios. Reciclaje máximo de basuras y restos industriales. Fomento substancial del transporte público electrificado (tren, metro y autobuses híbridos-eléctricos). ¿Cuántos empleos se crearían sólo con este punto?
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