sábado 15 de septiembre de 2012, 14:05h
El Gobierno de Rajoy esgrime la Constitución frente a la ambición de Artur Mas
de crear un estado en Cataluña y el presidente de la Generalitat
responde que las leyes son importantes, pero también la voluntad del
pueblo. Según La Vanguardia, el voto soberanista en Cataluña
tiene el grosor suficiente para poner la independencia en la agenda.
Todo eso sucede una vez que cientos de miles de personas clamaran esta
semana en Barcelona por la independencia, un objetivo ambicioso sin
fecha. Ahora, en apenas unos días, el jueves día 20, Artur Mas acudirá a Madrid para pedirle a Rajoy
una especie de soberanía fiscal. La idea dominante indica que para
muchos catalanes sus problemas desaparecerán si se integran en la Unión
Europea sin la mediación del Estado español, que es percibido como una
carga. Cataluña cree que estar en España tiene un alto coste para su
bienestar e incluso el ministro García Margallo reconoció en TVE que con Cataluña hay que problemas de encaje y de financiación que deben resolverse. En resumen: Rajoy
tiene un problema importante que se suma a otros no menos graves. Y ese
problema es mucho más que un guirigay, porque Cataluña va en serio.
Ahora bien, todo esto que sucede en Cataluña es nuevo
y viejo a la vez. Hace ya más de cien años, los catalanes afirmaron
colectivamente, en un movimiento similar al de ahora, que eran una
nación. Y estos últimos diez años los catalanes han constatado que hay
una herramienta, el Estado, que es profundamente ineficiente, a menudo
contraria a sus intereses y que en términos fiscales les perjudica.
Ante un problema tan complejo no caben frases hechas ni soluciones
improvisadas, pero una vez admitidas esas cautelas todo parece indicar
que las cosas no seguirán como hasta ahora. Dos caminos están abiertos:
uno puede conducir a encontrar el encaje de Cataluña en España; el otro,
a la independencia. Dicho todo lo cual, como reconoce el propio Duran Lleida,
presente en la manifestación independentista, la euforia nacional no
debería hacer olvidar la crisis económica y social. Y menos en Cataluña,
la comunidad más endeudada de España: alcanza el 22% del PIB, ocho
puntos más que la media.
@J_L_Gomez
Fundador y editor de Mundiario, también es columnista de la agencia Europa Press. Tertuliano de TVG y Radio Galega, colabora en La Región. Dirigió Capital, Xornal y La Voz de Galicia. Ex director editorial de Grupo Zeta. Autor del libro Cómo salir de esta. Coeditor del Anuario del Foro Económico de Galicia.
Twitter: @J_L_Gomez
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