lunes 10 de septiembre de 2012, 16:00h
Ante todo mi más sincera enhorabuena a Esperanza Aguirre por
haber conseguido para su comunidad la instalación del complejo Eurovegas que
puede suponer un importante espaldarazo económico para Madrid por más que la
progresía irredenta le ponga peros morales al proyecto. Ojalá que iniciativas
de este tipo surgieran en algunos puntos de Andalucía para poder reavivar una
economía sumida en la inoperancia y la inacción. Yo sé de uno que, pese a su
militancia socialista, lanzaría las campanas al vuelo si algún magnate
internacional del ocio eligiera algún punto de la Costa del Sol para levantar
un complejo que diera empleo a miles de andaluces. Dicho esto, quiero dejar
claro que la batalla por Eurovegas se ha planteado, de nuevo y equivocadamente,
como una guerra entre España y Cataluña como si lo que beneficia a una
perjudicara a la otra. La manipulación política tiene esas contradicciones
difíciles de explicar a la ciudadanía.
Con todo lo que pueda suponer de bueno para el conjunto del Estado que la árida
meseta castellana se llene de garitos y tragaperras, resulta curioso cómo todo
lo que sucede en Madrid, por nimio que sea, se convierte de la noche a la
mañana, aunque se trate de una auténtica gilipollez, en la noticia del siglo.
Andalucía, como la mayoría de las comunidades españolas exceptuando Cataluña y
el País Vasco, viene sufriendo este centralismo informativo desde hace muchos
años y los andaluces nos vemos relegados a ser bocado de segundo plato a no ser
que ocurra un dramático suceso como el caso de los niños de Córdoba o el de
Marta del Castillo, o, peor aún, a ser el hazmerreir de medio mundo por culpa
de las "gordilladas" de turno. Al hilo de este último acontecimiento
que ha supuesto la marcha de los jornaleros del SAT por los pueblos andaluces,
me llegan noticias preocupantes de algunos españoles que viven en el
extranjero. Unos amigos que residen en Punta Arenas, la Patagonia chilena,
vienen alarmados por las imágenes del asalto a los supermercados de Gordillo y
Cañamero que han sido emitidas repetidamente en los telediarios chilenos y en
las portadas de los diarios de todo el mundo.
No te lo puedes imaginar, cuentan, pero en Chile la gente cree que en España
estamos tan mal que nos estamos muriendo de hambre y por eso asaltan
supermercados en busca de comida. Por más que intentas convencerlos de que lo
de Gordillo es una pura anécdota de autobombo de un visionario, no hay forma de
borrar las imágenes del Mercadona y del forcejeo de los jornaleros con las
cajeras o la ocupación de entidades bancarias por individuos ataviados con
camisetas del Che Guevara y banderas de Cuba. En estos momentos de crisis en
los que lo que necesitamos es reafirmar la confianza de los inversores
extranjeros en nuestras posibilidades de crecimiento, estas movidas no hacen
sino propagar la inquietud y asustar a cualquiera que se proponga invertir en
España.
Lo más penoso de este asunto no es la actitud de Gordillo, que sólo busca lo
que busca, sino la de sus compañeros de partido como el vicepresidente de la
Junta de Andalucía, Diego Valderas que justifica las acciones de su camarada
dentro de la eterna lucha entre pobres y ricos (¿) o, peor aún, la del
mismísimo presidente de la Junta, Pepe Griñán, quien ha optado por no
pronunciarse sobre algo que daña la imagen de Andalucía para no poner en
peligro su cargo.
Así las cosas, me gustaría que por una vez, y sin que sirva de precedente,
Andalucía fuese noticia de apertura de los telediarios porque su Gobierno
consiguiese algo espectacular como reducir drásticamente el número de parados o
lograr que algún magnate americano, saudí o chino levantase un emporio
económico en cualquiera de sus ocho provincias. Aquel sueño que tenía el ex
presidente Rodríguez de la Borbolla en los años 80 del pasado siglo de convertir
la atrasada Andalucía en la California de Europa se ha trocado en una
pesadilla. Con imágenes como la de los niños asesinados y quemados, la del
incendio de la Costa del Sol o la marcha de los del SAT, más que a California
Andalucía se está pareciendo cada día más a Somalia. Eso sí con mucha
"grasia" y mucho arte. Que no nos falte de ná.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (3)
12943 | Pikertom - 11/09/2012 @ 15:25:05 (GMT+1)
llojan, que razón tienes. Lo raro es que este señor todavía no te a respondido con sus acostumbrados insultos. Espero que tengas suerte.
12911 | kroker - 11/09/2012 @ 00:16:33 (GMT+1)
No quiero ser demagogo, más que nada porque Andalucía es la parte de España que más me gusta, excepto claro está mis queridas Islas Canarias, pero vayamos por partes que diría Jack.
Creo recordar, que fue en Sevilla dónde se hizo una inversión monumental en la Expo 92. Transformó (dicen) la ciudad y sus alrededores completamente, pero claro, lo que tenía que ser La Cartuja después del evento, se quedó mayormente en "agua de borrajas". También fue Sevilla la primera ciudad en ser unida por AVE con la capital, incluso antes que la segunda ciudad del país, Barcelona, y de la tercera, Valencia; eso sin contar otros numerosos eventos que ha tenido como sede alguna capital andaluza.
El potencial económico andaluz en turismo, agricultura es grande; quizá adolece de un sector industrial más potente, pero es indudable que hay polo como el de Huelva, que ya quisieran muchos tener.
Que le potencial de esa región está por explotar, pues sí, pero me parece que no hay que esperar que todo venga de Madrid, más que nada, porque la riqueza que tiene Andalucía, ya la quisiéramos tener muchos. Quizá lo que le falte, son verdaderos empresarios y no cantamañanas, como tenemos por aquí también y encima sin riquezas naturales, solo paisajísticas.
12888 | llojan - 10/09/2012 @ 16:23:13 (GMT+1)
Y si se está tan mal en Andalucía y se vive tan bien en Madrid ¿porque no se va usted a hacer carrera alli? Claro que en Madrid toda la CASTA liberal-nacional-catolica tiene copado todos los puestos, siga haciendo méritos, que con un poco de suerte lo reclaman pronto.
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