Cuatro meses
después de llegar a la presidencia de Francia, el sucesor de Nicolas Sarkozy,
Francois Hollande, ha empleado las tijeras de podar gastos a los franceses. Es
uno de los asuntos de mayor relieve este lunes, para los diarios españoles:
Hollande anuncia más impuestos para un recorte de 30.000 millones; apela al
patriotismo de los ricos ante la crisis. Empresas, familias y gasto público se
repartirán las nuevas cargas, dice El País. En El Mundo, Hollande recorta
gastos para ahorrar 30.000 millones y reducir déficit. Titula ABC, sobre la
foto de Hollande: Recorte sin precedentes en Francia. Hollande se olvida del
crecimiento y acomete el mayor ajuste de la historia reciente del país, de
30.000 millones en doce meses. En La Vanguardia: Hollande también se ve
obligado a acelerar los ajustes. El presidente anuncia un recorte de 10.000
millones que incluye la sanidad. Francia
sigue los pasos de España e Italia y flexibilizará el mercado laboral. En La Razón, Hollande anuncia un recorte de
33.000 millones el día que Rubalcaba se radicaliza. En La Voz de Galicia. Hollande anuncia a los
franceses un ajuste de 30.000 millones. Impondrá una tasa del 75 por 100 a las
rentas superiores al millón de euros. Cuenta La Gaceta: Hollande lanza el
mayor impuestazo, 30.000 millones en dé
cadas. Francia también tendrá una nueva reforma laboral. En Cinco Días.,
Hollande presenta un ajuste de 33.000 millones, la mayoría vía impuestos. Fija dos
años para la recuperación de Francia. Curiosamente, no prestan atenciones
especiales en sus correspondientes portadas los diarios Expansión (ni en
páginas interiores) y El Periódico de
Cataluña, al anuncio del presidente francés. -
La noticia es
simple: El presidente francés, François
Hollande, anunciaba este domingo
que su Gobierno revisará a la baja su previsión de crecimiento económico para
el año que viene, que pasará del 1,2% al 0,8%, para ponerlo en línea con las
últimas previsiones más pesimistas de los mercados. Esa reducción figurará en
la propuesta de presupuesto que su gobierno debe presentar a finales de mes,
según se cuenta en la crónica de ABC. En una entrevista concedida
al telediario del canal «TF1», en horario de máxima audiencia, Hollande
procedía, a continuación, a explicar su programa de ajuste económico, por el
que pretende obtener 30.000 millones de euros y
cumplir con el objetivo de reducir el déficit público hasta el 3%. «El
crecimiento se ha estancado durante muchos meses y apenas estará por encima del
cero por ciento en 2012», declaró Hollande en la entrevista. «Espero que lo hagamos mejor que el 0,8 % pero de
todos modos trabajamos sobre esa estimación», ha admitido también. El presidente
indicó que su intención es obtener los aproximadamente 30.000 millones de euros
en tres ámbitos: 10.000 millones a partir de recortes ministeriales «excepto
Educación, Seguridad y Justicia», puntualizó, otros 10.000 de grandes empresas
y, finalmente, otros 10.000 a partir de las grandes fortunas. «Lo hago por
convicción y porque no quiero dejar que nuestros hijos carguen con la deuda de
Francia», dijo. También anticipó que su reforma más importante, la imposición
de un impuesto excepcional del 75% a las grandes fortunas, podría permanecer en
vigor durante dos años según se desarrolle la recuperación económica. Ese
tiempo es el que calcula el jefe de Estado que será necesario para superar la
crisis. En otro de los mensajes hacia una población crecientemente preocupada
por el
incremento del desempleo, Hollande ha
declarado que la «curva del paro» deberá tender hacia abajo en el plazo de un
año. El empleo es justamente una de las inquietudes
fundamentales de los ciudadanos franceses, según demuestran los últimos
sondeos, que además reflejan una caída del apoyo del electorado al Gobierno
socialista, del que se teme que no cumplirá parte de las promesas electorales.
El ajuste anunciado por Hollande es el más importante de las últimas décadas en
el país. La semana pasada, el presidente había avanzado sus planes para
«reducir el déficit público al 3% a finales de 2013» en lo que el dirigente
describió como «el esfuerzo fiscal más grande de
los últimos treinta años».
Según la
información que proporciona El Mundo, Hollande, se ha fijado un
plazo de dos años para lograr la "recuperación de Francia" de
las consecuencias de la crisis económica que atraviesa el país. En medio de una
creciente caída de popularidad y con la intención de explicarle al país su plan
de medidas para frenar la grave crisis económica, Hollande dice que
"Francia debe encontrar 30.000 millones de euros". El jefe del Estado
ha reconocido en su primera entrevista televisada desde el 14 de julio, que en
Francia hay "inquietud" por el aumento del paro, pero se defendió al
decir que no es posible arreglar todo en los poco más de cuatro meses que lleva
en el cargo. "Tengo como misión la recuperación del país. Voy a
establecer una agenda de recuperación, en dos años, en el empleo y las cuentas
públicas", manifestó el presidente, criticado en las últimas semanas por
la actitud de su Gobierno y la falta de precisión en las reformas. Hollande
adelantó que será necesaria una "reforma del mercado de trabajo, para que sea más
flexible y al mismo tiempo más protector", en alusión a la
situación de desempleo que registra el país, que ya tiene más de tres millones
de parados, por encima del 10% de la población activa. "Hay que invertir
la curva de desempleo dentro de un año", ha dicho. "No puedo hacer en cuatro
meses lo que mi predecesor no hizo en cinco años", declaró
además en alusión al conservador Nicolas Sarkozy, al que Hollande venció en los
comicios celebrados en abril y mayo pasados. Hollande dijo además que las
cuentas públicas de 2013, sometidas a la exigencia de reducir el déficit hasta
el 3% del Producto Interior Bruto (PIB) se harán con una previsión de
crecimiento económico de en torno al 0,8 %. De los 30.000 millones que Francia
tiene que ahorrar, el jefe del estado francés ha dicho que aplicará recortes en
todas las áreas menos en Educación, Seguridad y Justicia. Detalló que 10.000
millones procederán de la contribución de los hogares franceses; y otros 10.000
de aportaciones suplementarias de las empresas al país. No evitó tocar la
polémica medida de impuestos a las grandes fortunas. "La medida del 75% (de
imposición máxima sobre las rentas superiores a esa cantidad) no está puesta en
entredicho, los que han querido ir por ahí lo hacen por cuenta
propia", dijo el presidente después de que en los últimos días circularan
informaciones de prensa en las que se mencionaba una marcha atrás del Gobierno
socialista en esta medida. Aseguró además que no habrá excepciones a la aplicación de esa medida
y que afectará en torno a 2.000-3.000 personas. Hollande consideró como una
"provocación" el anuncio del presidente del grupo de empresas del
lujo LVMH y mayor fortuna de Francia, Bernard
Arnault, de que solicitará la
nacionalidad belga, aunque mantendrá la francesa y la residencia fiscal en
territorio galo. "Se esperaba", dijo Hollande respecto a ese
anuncio sorpresa, que el rico empresario confirmó, aunque dijo que seguirá
cumpliendo con sus obligaciones fiscales en Francia.
Indica la crónica de El País que, en horario de
máxima audiencia, el presidente
francés, François Hollande,
demostró este domingo en televisión que hay formas y formas de pilotar las
crisis y de aplicar la nueva religión europea del rigor y la austeridad. El
jefe del Estado francés recuperó la iniciativa política y presentó un ajuste a
dos años, "una agenda para recuperar el país, el empleo, la competitividad y
construir una sociedad más humana y solidaria". El recorte será de órdago:
33.000 millones solo en 2013, a repartir en tercios iguales entre los hogares
más ricos, las empresas y todos los ministerios salvo Educación, Justicia y
Seguridad. Hollande reclamó a "los más ricos" que "demuestren su patriotismo",
confirmó que aprobará la simbólica
tasa del 75% para los ingresos superiores al millón de euros limitada a dos años, y criticó a Bernard Arnault, el hombre más
rico de Francia, por pedir la nacionalidad belga "en un momento así". A los
cuatro meses de llegar al poder, Hollande afronta una situación dura: la prensa
ataca cada día, las encuestas son cada vez más negativas, el paro galopa, la
economía se ha parado y la izquierda del Partido Socialista amenaza con no
aprobar el tratado europeo. El presidente se declaró "en situación de combate",
pidió al país que se movilice y dejó alguna noticia inesperada, como la rebaja
de la previsión de crecimiento para 2013: del 1,2% al 0,8%. El presidente
recordó a sus paisanos que la situación es "especialmente delicada", y que es
necesario controlar la deuda y el gasto y "encontrar" 33.000 millones para
cuadrar las cuentas y reducir el déficit del año próximo hasta el 3%. El ajuste
"más importante de las últimas tres décadas" se dividirá en tres partes
iguales, explicó: una la sufragarán con subidas de impuestos "los ciudadanos
más pudientes", otra saldrá de "no aumentar un euro el gasto en ninguna partida
salvo en Educación, Interior y Justicia", y los restantes 10.000 u 11.000
millones los aportarán "las empresas, especialmente las grandes, que no
reinviertan sus beneficios". "Los que más tienen tendrán que pagar más",
enfatizó el líder de los socialistas, que garantizó que los nuevos impuestos
"no subirían de forma lineal e indiscriminada" y que los dos primeros tramos
del IRPF (hasta 26.420 euros anuales) estarán exentos de las subidas. El
Gobierno, confirmó Hollande, aprobará la célebre tasa del 75% para las rentas
superiores al millón de euros anuales, "sin excepciones pero de forma temporal
hasta que la economía mejore", probablemente en dos años. "Tenemos por delante
una gran batalla contra el paro y otra batalla contra la deuda", dijo Hollande
durante una entrevista con la periodista Claire Chazal. "Igual que en Europa,
necesitamos disciplina y crecimiento", añadió, reiterando que el Gobierno
creará 100.000 empleos de futuro a finales de este año, y prometiendo cambios
en el mercado laboral y la financiación de la protección de desempleo. El
presidente dijo entender que los franceses "estén inquietos y se hagan
preguntas", porque el paro ha alcanzado los tres millones de personas (solo en
territorio continental), y el crecimiento de este año será cercano a cero. "Mi
misión es recuperar a este país. Pido dos años para arreglar la competitividad,
el empleo y las cuentas públicas. Aceleraremos las reformas, pero yo no puedo
hacer en cuatro meses lo que mi predecesor no hizo en cinco años", afirmó. Tras
estos meses de toma de contacto y evaluación de la situación, Hollande
necesitaba explicar cómo piensa cumplir el compromiso de déficit manteniendo
los principios de equidad y justicia. El 59% de los votantes están descontentos
con su tarea, según afirman las encuestas, y "los franceses quieren saber ya en
qué salsa van a ser comidos", según afirmó un analista en Reuters utilizando
una expresión muy local. Hollande recordó a una opinión pública asustada y
quejosa -según dijo el sábado en Le
Monde la gente está todavía bajo el síndrome del sarkozysmo, "malacostumbrada a
la hiperactividad y los spots
personales"-- que no todo son malas noticias, que el Gobierno ha cumplido
algunas de las 60 promesas anunciadas, como el regreso de la jubilación a los
60 años, las ayudas para la vuelta al colegio, o la contención de los
alquileres y del precio de la gasolina. En esto, los franceses parecen dar la
razón al presidente, porque el 58% piensa que está cumpliendo lo que dijo en
campaña. Son cuatro puntos más de los que obtenía Sarkozy a la misma altura de
mandato, en 2007, y diez puntos más que Jacques Chirac en 2002. Mientras, un
38% considera que el Gobierno actual lo hará peor que el anterior, pero la
cifra es impactante dada la gran impopularidad que sufrió Sarkozy. Hollande
también requería, de forma urgente, dar sensación de carácter, hacer ver que no
le asusta la vorágine de esta "crisis de excepcional gravedad". Para ello
deberá sobre todo convencer a unos medios de comunicación -especialmente de la
derecha, pero no sólo- que han empezado el curso lanzando un aluvión de
críticas y aventando sospechas sobre la capacidad del presidente socialista
para manejar la economía. Un aliado inesperado, el centrista François Bayrou,
afirmó al Journal
du Dimanche que "es el momento
de que el presidente electo pase a la acción", aunque ya es un mérito haber
creado un clima "menos violento, menos tenso, menos crispado, lo cual es muy
necesario en un país en crisis". Bayrou saludó también el "juego
europeo-europeo" de Hollande, que, dijo, "ha ayudado a reintroducir a Italia y,
en menor medida, a España en las negociaciones". Como no todo es economía,
aunque a veces lo parezca, en la entrevista Hollande habló también de los
gitanos, que a pesar del cambio político han protagonizado un verano más la
polémica política de expulsiones que sigue Francia. El presidente defendió la actuación
del ministro del Interior, Manuel Valls, afirmó que tratará el asunto "con
dignidad y justicia" y apeló a Rumanía y Bulgaria a "resolver el problema desde
el origen, porque no es aceptable que estas comunidades sean expulsadas de sus
países y vengan aquí sin poder trabajar". Durante la entrevista Hollande
criticó a Bwernard Arnaultm el hombre
más rico de Francia, por pedir la nacionalidad belga.:Debería haber medido mejor su decisión
porque muchos pensarán que abandona a Francia".
El diario La Vanguardia sostiene en su crónica de
París que Hollande confirmó lo que ya se sabía Francia necesita recortes
masivos de gastos y aportaciones de ingresos para encontrar un paquete de
30.000 millones de euros que le permita cumplir con su compromiso de reducir su
deuda al 3 por 100 del PIB. En otro de los mensajes hacia una población
crecientemente preocupada por el incremento del desempleo, Hollande
declaró que la curva del paro deberá
tender hacia abajo en el plazo de un año. Aseguró, además, que no habrá
excepciones en la aplicación de esta medida, y consideró una provocación el
anuncio del presidente de Louis Vuitton, la mayor fortuna de Francia, Bernard
Arnaultt, de que solicitará la nacionalidad francesa. "Se esperaba"·, dijo
Hollande respecto a ese anuncio sorpresa, que el rico empresario confirmó,
aunque dijo que seguirá cumpliendo con sus obligaciones fiscales en Francia.
Sobre el personaje dueño de Louis Vuitton, cuenta El País
que "provoca irritación al pedir la nacionalidad belga", y que los políticos
critican al hombre más rico del país por huir de los impuestos. También en ABC
hay una mención del caso: Los ricos no quieren ser franceses. El hombre
más rico de Francia pide la nacionalidad belga...Asimismo, señala LaRazón que "el duelo de Louis Vuitton conmociona Francia. Y en La
Voz de Galicia, que Hollande considera
una provocación que el hombre más rico de Francia quiera ser belga.
También lo reseña Cinco Días: "El rico Arnault ahora quiere ser
belga". El periódico en la Red Diariocrítico afirma que "la derecha se echa al cuello de Hollande por sus
ajustes, pero omite informar de dónde saldrán". Y que la mayor parte de los 33.000 millones que se necesitan
vendrá de impuestos a rentas altas. El presidente no tocará la Educación, la
Seguridad ni la Justicia, como había prometido. Pero aunque la derecha
mediática en seguida ha aprovechado la situación para cuestionar a Hollande, no
analiza profundamente las diferencias de estos recortes y otros del resto de
Europa. Y es que el impuesto extraordinario sobre el 75% las rentas superiores
al millón de euros y que permanecerá al menos dos años en vigor, generará la
mayoría de ese dinero.
El
presidente de Francia, François Hollande, cuenta El Confidencial,
ha explicado este domingo sus planes de ajuste económico para los próximos
meses, con el objetivo primordial de reducir el déficit al 3% en parte a través
de un impuesto extraordinario sobre el 75% las rentas superiores al millón de
euros y que permanecerá al menos dos años en vigor. El presidente puntualizó,
no obstante, que "para las rentas más pequeñas dentro de este ámbito se
pondrá en marcha un sistema de descuentos", según hizo saber en una
entrevista a la cadena TF1, en la que realizó un llamamiento al
"patriotismo" de las élites económicas y los empresarios para
contribuir a revitalizar la economía del país. El presidente indicó que su
intención es obtener los aproximadamente 30.000 millones de euros necesarios en
tres ámbitos: 10.000 millones a partir de recortes ministeriales -"excepto
Educación, Seguridad y Justicia", puntualizó-, otros 10.000 de grandes
empresas y, finalmente, otros 10.000 a partir de las grandes fortunas, en lo
que será "el mayor ajuste económico de los últimos 30 años en
Francia". "Lo hago por convicción y porque no quiero dejar que
nuestros hijos carguen con la deuda de Francia", declaró el presidente.
"Cuando se hace un esfuerzo, cada uno debe poner de su parte",
añadió, precisando que "dar al país es un gesto de patriotismo" y
concluyendo que los franceses conseguirán con estas
medidas "solucionar el problema del endeudamiento" que pesa
sobre ellos. "Una vez que la economía se haya recuperado, el impuesto podría
ser eliminado", añadió Hollande, quien estimó que los primeros resultados
visibles de la recuperación económica se verán en un plazo mínimo de dos años.
Así, el jefe de Estado francés pidió tiempo a la población. "No puedo
hacer en cuatro meses lo que mi predecesor (el ex presidente Nicolas Sarkozy)
no hizo en cinco años", declaró. Hollande, además, ha revisado a la baja
la previsión de crecimiento de la economía francesa para 2013 -de un 1,2% a un
0,8%- tras un año "estancado" durante muchos meses que "apenas
estará por encima del cero por ciento", declaró en la entrevista.
¿Falta
alguien por recortar? La receta Merkel está aplicada por doquier...
¿Falta
alguien por recortar? La receta Merkel está aplicada por doquier...