Ahí está la clave: ante una situación
así, se considera que los electores deben dar su benepláctico a un
Gobierno para continuar con unas políticos alejadas de las que se
habían planteado en su momento, concretamente en noviembre de 2011.
Por entonces, la situación ya era delicada de por sí, pero nadie
quería hablar de un rescate formal de nuestro país.
Desde diciembre del año pasado, cuando
Mariano Rajoy tomó las riendas del Ejecutivo, ha tenido que acometer
varias reformas más que estrictas, algunas contempladas en su
programa electoral, pero otras que no. Ha tenido que subir los
impuestos dos veces, el impuesto sobre las rentas, el IRPF, y en este
mes de septiembre ha iniciado la nueva tasa del IVA al 21% casi para
todos los bienes y servicios.
Una vez llegados a este punto en el que
el Banco Central Europeo ha exigido a España que acuda al rescate
europeo para recibir sus ayudas y así poder financiarse a buenas
condiciones en el mercado de deuda, Rajoy no tiene alternativa. La
primera petición ha venido de filas del PSOE, donde se está
pidiendo a Rubalcaba, el líder socialista, que exija al presidente
del Gobierno que convoque un referéndum, como se pretendía hacer en
Grecia antes de recibir el segundo rescate.
Ese referéndum nacional difícilmente
será posible, puesto que la mayoría absoluta del PP en el
Parlamento le permite un colchón más que suficiente para acometer
todas las reformas y las decisiones como la del rescate que España
necesite. No hay posibilidad de moción de censura ni de desbancar al
actual Ejecutivo, que legítimamente tiene más de 3 años de mandato
restantes.
Por eso, se hacen más que imposibles
las otras dos alternativas: que Mariano Rajoy dimitiera por la
situación límite para España.
En Irlanda, cuando se concedió el
rescate a finales de 2010, no hubo dimisión, sino elecciones ya en
marzo de 2011, en las que hubo un vuelco y el primer ministro
Brian
Cowen dejó paso al conservador
Enda Kenny, quien desde entonces está
al frente del país.
En el caso portugués, el rescate llegó
en mayo de 2011 pero sí que hubo dimisión. El socialista
José
Sócrates renunció al cargo de primer ministro en marzo ante la
imposibilidad de poner en marcha las medidas económicas que
pretendía aprobar. A finales de ese mes de marzo anunció elecciones
anticipadas para junio, que ganaron los conservadores, que gobiernan
desde entonces en la vecina Portugal.
Y otra dimisión
en Grecia, aunque en
otro contexto. El país heleno fue rescatado por la mala gestión de
los conservadores, que durante dos legislaturas falsificaron los
datos macroeconómicos de la contabilidad nacional para cumplir con
Europa. Tras el estallido de la verdad sobre sus cuentas, llegaba al
poder en 2009 el socialista
Yorgos Papandreu, quien desde entonces
tuvo que torear con el rescate y las duras condiciones de la llamada
'troika'. El fracaso fue total y finalmente tuvo que dimitir y
convocar elecciones después de que el referéndum que pretendía
convocar para pedir la opinión a los ciudadanos fracasara y no
pudiera ni celebrarlo. Tras su dimisión, llegó el tecnócrata
Lucas
Papademos, al igual que en Italia había llegado
Mario Monti para
sustituir al dimisionario
Silvio Berlusconi. Después, como ya es
sabido, ganaron las elecciones los conservadores en el mes de junio
de este 2012 y es el actual curso de los acontecimientos en ese país.
¿Tendrá que atravesar España alguna
de esas 3 situaciones extremas? ¿Dimisión y cambio de presidente
por un tecnócrata? ¿Adelanto electoral? ¿Referéndum ciudadano
para preguntar si nos acogemos a las condiciones de un rescate?
Pronto, esperamos, las respuestas, porque el rescate español sería
en todo caso un
'rescate
preventivo', como se dice desde Bruselas, lo que haría más
agradables las condiciones para el Gobierno español.
[ La trampa del rescate que exigen que pida España: será de tipo 'rescate preventivo' ]Lea también:-
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