Como
mera previsible, y avanzábamos ayer, todas las miradas estuvieron
puestas en Draghi y Merkel y en sus referencias a las
reformas españolas y a los planes de ajuste de la economía española
que se encarga de aplicar el presidente Rajoy. Los diarios de hoy no
defraudan,: muchos no tienen otro asunto en sus portadas, o casi
ninguna. Y todos dedican atenciones abundantísimas a las dos
crónicas "obligatorias", fechadas en la sede del Banco Central
Europeo de Francfurt, y en el Palacio de la Moncloa de Madrid. Eso
sí, cada diario proporciona sus correspondientyes puntos de vista
desde sus principales titulares: Titula El País El BCE
levanta un cortafuegos. Y habla de un salvavidas diseñado por el
Eurobanco, que impone estrictas condiciones. El mecanismo permite la
compra ilimitada de bonos, y el Bundesbank rechaza de plano la
propuesta. Con la foto del saludo de Merkel y Sajoy. En El Mundo,
se asegura que el BCE sólo comprará deuda si Rajoy pide ayuda bajo
estrictas condiciones. Draghi fija la única ruta para la adquisición
ilimitada de bonos españoles a corto plazo. Merkel insta a hacer los
deberes políticos para que las reformas sean creíbles. Y la euforia
en los mercados, mientras Rajoy gana tiempo, y dice: Cuando tenga
novedades, las contaré. También la foto de Rajoy y Merkel.
En
ABC, el anuncio de que el BCE comprará deuda si España lo
pide y con condiciones. La reacción de la Bolsa y la prima de
riesgo, y la afirmación de Merkel: Estoy impresionada con las
medidas que está tomando Rajoy. También la foto del encuentro
Rajoy-Merkel a las puertas de la Moncloa. Asegura el gran titular
de La Vanguardia que el BCE anuncia compras ilimitadas de deuda.
Draghi condiciona el plan a que España e Italia hagan más ajustes y
piden la ayuda. La prima de riesgo cae 46 puntos y la bolsa sube un 5
por 100. La misma foto que los restantes diarios, o una secuencia del
mismo saludo, y la frase de Merkel: No vengo a decir qué hay que
hacer, Confío en Rajoy. Y que Rajoy aleja por ahora la posibilidad
de pedir el rescate. Titula El Periódico de Cataluña:
Esperando a Rajoy. Draghi reitera que la ayuda se dará bajo
estrictas condiciones. Titula La Razón: Euroforia. El Banco Central
Europeo confirmará que comprará deuda con condiciones y rebaja la
presión sobre España. La frase de Rajoy, que negociará el plan de
compras de bonos del BCE, y de Merkel, que dice que el Gobierno ha
tomado las medidas necesarias. La misma foto que los restantes
diarios, la aproximación de rostros de los dos políticos a las
puertas de la Moncloa. Titula La Voz de Galicia: El BCE decide
comprar deuda española a cambio de condiciones más duras. ¿Es esto
un rescate suave?, le preguntaron y respondió: No, para nada. Y que
Rajoy asegura que no tiene intención de tomas las pensiones en este
momento, y Merkel que dice que España debe acometer las reformas de
manera creíble. En La Gaceta:, España, condenada al rescate.
Draghi y Merkel se reparten los papeles para marcar los nuevos
ajustes a Rajoy. El BCE supedita la compra de ayuda a estrictas
condiciones y a los ajustes pactados con la UE.Y la euforia en la
Bolsa. Y en los diarios de economía, también es el asunto estrella:
Respiro para España,. Titula Expansión, que cuenta que el BCE
comprará deuda si España pide el rescate y cumple condiciones
estrictas y que Merkel alaba las medidas tomadas, pero avisa a Rajoy
de que hay que hacer los deberes. Dice Cinco Días que Draghi desata
la euforia, que el BCE condiciona su ayuda a que España la pida
formalmente, la caída de la prima de riesgo, Merkel avala los
ajustes de Rajoy y le insta a acelerar las reformas. Y en El
Economista: El rescate para España, sólo pendiente de Rajoy. El BCE
aprueba la compra ilimitada de deuda y abre la vía a un rescate
blando, Merkel bendice las reformas y Rajoy descarta tocas las
pensiones en este momento, la prima de riesgo y la bolsa, y los
empresarios, que piden una hoja de ruta clara y compromiso político
a Merkel y Rajoy.
Todo
eso en las primeras página. Luego, en el interior, decenas de
páginas con el desarrollo de los tres eventos del día: Draghi
comparece ante un número récord de periodistas, Merkel habla y
almuerza con Rajoy en la Moncloa, y la cumbre de empresarios hispanos
y alemanes, un centenar, aproximadamente, que intercambiaron ideas y
opiniones en mesas de trabajo... Todo lo cual, impulsa a que los
diarios traten los hechos bajo un epígrafe grandilocuente: Un día
decisivo, dice La Gaceta.-
Una visita trascendental, dice El País.
En
El Mundo se habla de emergencia económica. En ABC,
de primer plano. Y en La Razón,
de día decisivo para Europa. También cada diario hace sus
correspondientes editoriales sobre la jornada: para El País fue una
jornada clarificadora. Le corresponde ahora a Rajoy solicitar un
segundo rescate y negociar las condiciones. Dice El
Mundo que
Rajoy se ve obligado a tomar una decisión que será difícil. ABC
llega a la conclusión de que fue un buen día para España. Y en la
misma onda se mueve el comentario editorial de La Razón: Buen día
para España y Europa, reitera. La Gaceta tiene su propia conclusión:
Sin rescate no hay futuro. Y parecida conclusión refiere Cinco Días:
Draghi señala el camino del rescate blando. También El Economista:
Habló Dragi, ahora Rajoy tiene la palabra... De modo que algunos
medios aventuran que habrá rescate suave..., cuando Rajoy estudie la
letra pequeña de Draghi y las estrictas condiciones que le impone
para pedir ayuda económica para pagar la deuda. Y, en segundo lugar,
que las reformas-ajustes de Rajoy deberán continuar, según le
reclamó la todopoderosa canciller: Angela
Merkel,
hizo un llamamiento a España y a otros países a "hacer los
deberes" tras el anuncio del Banco Central Europeo de su
disposición a prestar apoyo en los mercados a los socios del euro
más vulnerables, como interpreta El
Mundo.
Resalta
que Mariano Rajoy se ha comprometido ante la canciller alemana a
"continuar por la senda reformista". "Los esfuerzos de
este Gobierno continuarán, no les quepa la menor duda", ha
proclamado en la rueda de prensa que ha compartido con Merkel tras su
reunión en La Moncloa. Ésta ha sido la primera vez que Rajoy y
Merkel se ven a solas desde el pasado mayo, cuando navegaron durante
algo más de hora y media por el río Chicago a bordo de un barco,
aprovechando una jornada previa de la cumbre de la OTAN que se
celebró en esa ciudad estadounidense. Tras aquel encuentro, en el
que Rajoy aseguró contar
con el apoyo de Merkel
y recalcó la auditoría de los bancos españoles como un ejemplo
para toda la UE, ha habido otros, pero no a solas, como la
del
pasado junio de la que salió bastante satisfecho Rajoy y no tanto
Merkel, y que concluyó con el compromiso para impulsar un plan de
estímulo de 130.000 millones de euros y una apuesta por estabilizar
la moneda única.
Indica
El País
que el aura pseudorreligiosa de los bancos centrales brota de su
capacidad mágica para fabricar dinero de la nada. Esa, una vez más,
es la forma elegida por el Banco Central Europeo (BCE) para deshacer
el nudo gordiano en el que se ha convertido la crisis: su presidente,
Mario Draghi, anunció ayer en Fráncfort un nuevo programa destinado
a la compra ilimitada de deuda pública de los países con más
problemas en los mercados. Compras ilimitadas, tal y como se
esperaba, aunque con una dedicatoria temible para España e Italia.
"Con estrictas condiciones", según dijo Draghi en una rueda de
prensa multitudinaria. España se ve así abocada a solicitar un
segundo rescate, y a negociar las temibles condiciones con sus socios
y con el BCE antes de hacerse acreedora de la magia de Draghi en el
mercado de deuda. Queda saber solo cuándo. Y cómo. Casi todo lo
demás parece atado y bien atado, según las fuentes consultadas.
Tras el paso de ayer, el BCE y los socios europeos invitan a España
a solicitar esa segunda ayuda con la promesa de que no habrá nuevos
recortes sustanciales, más allá de explicitar las condiciones ya
conocidas en el primer rescate, y de añadir un estricto calendario.
Se trata de un rescate sin dinero: no hay inyección de fondos para
el Reino de España, sino compras de bonos españoles en los mercados
por parte del mecanismo europeo de rescate temporal o el permanente
(FEEF o Mede), y posteriormente del BCE.
Además,
el bazuca es doble: el fondo europeo compra en el mercado primario
(en las emisiones del Tesoro) y después el BCE en el de segunda
mano, con la ventaja de que España no pierde de esa manera el acceso
a los mercados. Las incógnitas son, al menos, dos, sigue analizando
El País:
El cuándo: la visita de la canciller Merkel a España y la próxima
reunión del Eurogrupo en Nicosia (Chipre) serán claves para
desvelar la fecha de la petición, que diversas fuentes sitúan entre
primeros de octubre y a lo largo del mes de noviembre, aunque hay
también analistas que aseguran que podría llegar antes, este mismo
septiembre.
Todo
eso está en función de calendarios electorales, de la crisis
griega, del temido Constitucional alemán, de los próximos sustos
que depare un mercado caprichoso que no volverá a la normalidad
hasta que no detecte por dónde demonios llega el crecimiento
económico. La segunda clave es el cómo: una vez se haya solicitado
el programa, probablemente una línea de crédito de precaución; no
un programa completo, los socios europeos enviarán una misión a
España para ver cómo se cumple el primer rescate, y en función de
eso fijarán las condiciones. Y las cosas irán previsiblemente mal:
España está tratando de cumplir las condiciones de la eurozona,
pero es prácticamente imposible que alcance las metas de déficit y
que elimine la desconfianza que suscitan en Europa las cuentas de sus
bancos y de algunas comunidades autónomas. Ahí se comprobará si de
veras hay nuevas peticiones, o si basta con las actuales y con ese
calendario de cumplimiento. La nueva piedra filosofal del BCE se
llama plan de Transacciones Monetarias Directas (OTM, por sus siglas
en inglés). Si hay que hacer caso de las palabras de Draghi, el OTM
supone para el BCE entrar en una nueva dimensión, a un paso de la
ventanilla de último recurso para los países, y ya no solo para la
banca. Aunque en realidad ese plan no es tan nuevo: el BCE ya ha
usado dos programas similares, siempre en pequeñas cantidades (y a
regañadientes, por la oposición del Bundesbank alemán, como ayer)
a lo largo de esta crisis.
En ABC
se asegura
que el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy,
y la canciller alemana, Angela
Merkel,
han decidido mantener el secreto de sumario y no desvelar -ni
siquiera valorar- si España va a solicitar la compra de deuda
soberana. Tras un intenso "y corto" -según Merkel-
almuerzo de trabajo en La Moncloa con la canciller alemana, Angela
Merkel,
el jefe del Ejecutivo, Mariano
Rajoy, ambos,
de acuerdo o no, esquivaron las preguntas. Merkel
dijo que el asunto no le compete. Rajoy, que aún no ha tomado una
decisión porque aún no conoce el comunidado de la institución.
"Cuando tenga una novedad se la contaré", ha respondido a
las preguntas de la prensa. Su comparecencia coincidía en el tiempo
con la del presidente del BCE, Mario Draghi. Donde claramente
quisieron aunar apoyos fue respecto al euro. Merkel aseguró que
ambos están comprometidos "con la defensa del euro" y con
"disipar cualquier duda que rodee a la moneda única",
mostrando además su firme convicción de que el reto es difícil
pero superable. En cuanto a las posibles condiciones a las que se ha
vinculado la compra de deuda, hizo referencia Mario
Draghi,
el jefe del Ejecutivo no quiso desvelar si está dispuesto a asumir
nuevas exigencias y en qué grado. Fuentes de La Moncloa explicaron
después que el presidente y su equipo económico tienen que analizar
"con calma" la oferta del BCE y conocer cuáles son las
condiciones antes de tomar una decisión. La resolución, señalan,
será "la mejor para España y para el euro". La Moncloa va
a esperar, como mínimo, a conocer la sentencia del Tribunal
Constitucional alemán la próxima semana sobre si los nuevos
mecanismos de rescate respetan el derecho alemán. Además, faltan
los informes de las auditoras contratadas por el Gobierno para acotar
las necesidades del sistema financiero español y acotar la petición
de ayuda de forma definitiva. Hasta entonces, no habrá novedades...
En
el diario La Razón se
explican las condiciones de la ayuda del BCE:
El BCE supedita su intervención en el mercado secundario, en
el que se compra deuda ya emitida, a que los estados cumplan unas
«estrictas condiciones», supervisadas por el Fondo Monetario
Internacional (FMI). Además, los países interesados deberán
pedir o bien un rescate completo como el de Grecia,
Irlanda y Portugal, o bien un programa preventivo que incluya al
menos la compra de bonos en el mercado primario, es decir,
directamente en las emisiones del Tesoro, por parte de los fondos de
rescate europeos. Para no ahuyentar a los potenciales inversores, el
eurobanco renunciará a su condición de acreedor preferente y
aceptará «el mismo tratamiento que los acreedores privados» en
caso de reestructuración de la nueva deuda adquirida en
el mercado. El anuncio levantó ayer el optimismo de las bolsas
y de los responsables europeos. El vicepresidente económico de la
Comisión Europea, Olli Rehn, afirmó que espera que sirva para
«restaurar la confianza de los inversores», mientras los estados
«vulnerables» siguen aplicando reformas. En cambio, el BCE no
contentó a todos. En contra de lo que reclamaba el mercado, el
eurobanco decidió mantener ayer el precio del dinero en el 0,75%, al
tiempo que revisaba a la baja los pronósticos de crecimiento para la
zona del euro en 2012 y 2013. Sus previsiones apuntan ahora a que la
economía del área de la moneda única se contraerá una media del
0,4% este año, en vez del 0,1% previsto en junio. Según manifestó
el presidente del eurobanco, los indicadores económicos apuntan una
actividad económica débil continuada en lo que queda de 2012, en un
entorno de elevada incertidumbre. A ello se suma que existen riesgos
a la baja para el crecimiento económico que están relacionados con
«las tensiones en algunos mercados financieros de la zona del euro y
su contagio potencial a la economía real del área». Con todo, el
dictamen del banco emisor es que la economía de la zona del euro se
recuperará «sólo muy gradualmente» y que el crecimiento será
débil por «el necesario proceso de ajuste de balances en los
sectores financiero y no financiero, la existencia de un elevado
desempleo y una recuperación global desigual». «Estos riesgos
deberían contenerse si los políticos de la zona del euro llevan a
cabo una acción efectiva», apostilló Draghi, convencido de que
ahora que ha hecho lo que se le reclamaba toca que los demás cumplan
con sus compromisos.
En
El Confidencial,
la crónica corresponde a Carlos Sánchez. Explica, primero, que la
arquitectura institucional diseñada en los dos últimos años por la
Unión Europea para afrontar la crisis de deuda soberana, comienza a
dar sus frutos. A cambio de una condicionalidad "estricta y
efectiva", en palabras de Mario Draghi, el BCE comprará deuda
pública de forma ilimitada. Y lo que es también relevante: sin
conservar el estatus de acreedor preferente frente a los inversores
privados. Lo que no se sabe es a partir de cuándo comenzará a
adquirir títulos gubernamentales. Ni qué entiende el BCE por
condiciones estrictas y efectivas. Ni siquiera si España tendrá que
negociar un nuevo Memorado de Entendimiento (MoU) o valdrá el actual
con adendas. Ni, por supuesto, en qué nivel tiene que encontrarse la
prima de riesgo para justificar una intervención de los banqueros de
Fráncfort. El BCE podría haber anunciado un determinado diferencial
-como hizo el Banco de Suiza para defender el franco de su imparable
apreciación- pero no lo ha hecho. Lo que sí está claro es que el
Banco Central Europeo inicia una nueva era -en la que se juega su
credibilidad- que le implica directamente en la financiación de los
Estados, algo que está fuera de su mandato y que prohíben
taxativamente sus estatutos. Pero el BCE lo salva con un argumento de
peso: la transmisión de la política monetaria se ha roto (los bajos
tipos de interés no llegan a los agentes económicos) y su
obligación es restaurarla. "No es normal", asegura una fuente
oficiosa del Banco de España, "que unos países se financien al
1,5% y otros al 6%", y por eso está decidido a intervenir, aunque
siempre en el mercado secundario, nunca comprando directamente las
emisiones a los tesoros nacionales, algo que si podrá hacer el
futuro Mecanismo de Estabilidad (Mede).
El
cuándo se concretarán esas compras es la gran pregunta que se hacen
los mercados, y hoy por hoy lo que se descuenta es que hay por
delante varias semanas de tregua. Nadie apuesta contra la deuda de
los países periféricos cuando el BCE anuncia que sacará su
artillería para aumentar los precios y bajar la rentabilidad, que
operan en sentido inverso. Sin embargo, el dinero es ilimitado, pero
la tregua no, y como sostiene el responsable de un importante
servicio de estudios, lo que parece fuera de toda duda es que España
-se trata de un requisito indispensable para que actúen los
instrumentos de ayuda financiera- no lo pedirá hasta que pasen las
elecciones vascas y gallegas del 21 de octubre. Y habla luego de
"líneas rojas": Todo dependerá en última instancia del grado
de cumplimiento de los objetivos de déficit, que es la condición
número uno de las que exige la UE: la auténtica línea roja. Si
España no cumple con el déficit, el BCE se abstendrá de intervenir
y dejará al Tesoro a merced de los mercados. En cambio, si cumple,
el Gobierno podrá sacudirse las presiones de los países del norte,
que quieren que España (e Italia) pidan lo antes posible la nueva
asistencia financiera. Sobre todo a la vista del enfriamiento de sus
economías derivada de la crisis financiera, como ayer puso de
relieve Eurostat. La economía del área euro cae ya un 0,5% en
términos anuales y un 0,2% trimestralmente. La fórmula utilizada
para resolver la crisis de deuda soberana no supone un rescate
formal, ni siquiera convencional, de la economía española a la
manera de lo que se hizo con Grecia, Portugal o Irlanda. Entre otras
cosas porque el Consejo de Gobierno del BCE precisa que se podrá
utilizar una línea de crédito denominada Línea
de Crédito con Condicionalidad Reforzada
(ECCL en siglas en inglés) para intervenir en los mercados. Esta
línea está ya operativa y puede activarse de forma casi automática
una vez que lo apruebe el Eurogrupo, aunque el primer requisito
continúa siendo que lo pida el Gobierno español.
Lo
mismo ocurre con el Fondo de Estabilidad Financiera, FEEF, o el
Mecanismo de Estabilidad (Mede), aunque con una sustancial
diferencia. La línea de crédito, en la que participa el FMI, tiene
menos condicionalidad que el Mede, que exigiría, con toda
probabilidad, un nuevo Memorando. Como dice un economista, la línea
de crédito es 'soft', mientras que el mecanismo de rescate sería
más exigente. En ambos casos, sin embargo, los enviados de la
'troika' -los célebres hombres de negro- vigilarían de manera
todavía más estrecha la economía española. En palabras del BCE,
"se requerirá la participación del FMI en el diseño de la
condicionalidad específica para el país y en el seguimiento del
programa". Mientras tanto, seguirá siendo el BCE quien preste
dinero a la banca, cuya apelación al Banco Central Europeo para
resolver sus problemas de liquidez alcanza ya los 375.500 millones,
dinero que se ha prestado sin condiciones, al contrario que en el
futuro más inmediato.
Tendremos
que esperara las decisiones que adoptarán Rajoy y sus asesores,
ahora mismo ya centrados en leer la letra pequeña, para que no haya
sorpresas. Tal vez la euforia no será tanta...