Los colombianos conocieron este miércoles los primeros
detalles sobre cómo será el diálogo que el Gobierno de ese país y las
FARC se proponen llevar a cabo en busca de la paz, que ha generado
grandes expectativas y también grandes rechazos.
En medio de la cautela del Gobierno, que solo
ha confirmado que ha habido contactos "exploratorios", la cadena de
radio RCN dio a conocer este miércoles el acuerdo entre ambas partes para "iniciar
conversaciones directas e ininterrumpidas" con el compromiso de "poner
fin al conflicto como condición esencial para la construcción de la paz
estable y duradera".
Los Gobiernos de Cuba y Noruega, como
garantes, y de Venezuela y Chile, como acompañantes, estarán alrededor
de la mesa de conversaciones de paz que el Ejecutivo de Colombia y la
guerrilla de las FARC formalizarán en breve.
La participación de
estos países está prevista en un acuerdo preliminar alcanzado en La
Habana por el Ejecutivo del presidente
Juan Manuel Santos y los
rebeldes, según el acuerdo cuyo texto fue revelado hoy por la cadena de
radio RCN. "Es un conjunto de países muy equilibrado", subrayó por teléfono el director de la Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI),
León Valencia, cuya organización es un centro de estudio sobre el
conflicto y la paz.
El experto explicó que Cuba, que ha acogido
varios diálogos colombianos de paz, y Venezuela, que ha facilitado
acercamientos con fines parecidos, les "dan mucha confianza" a las FARC.
Noruega y Chile también "dan mucha confianza" al Gobierno
colombiano, continuó Valencia, quien fuera integrante de la disuelta
Corriente de Renovación Socialista (CRS), disidente del Ejército de
Liberación Nacional (ELN).
El director de la CNAI observó que,
además, el Ejecutivo siempre ha tenido la acogida cubana y mantiene
ahora una "buena relación" con el presidente venezolano,
Hugo Chávez. La participación de este país, rechazada de plano por el
expresidente
Álvaro Uribe (2002-2010), fue igualmente bien valorada por
la exsenadora
Piedad Córdoba, líder de Colombianas y Colombianos por la
Paz (CCP), y que en los años recientes facilitó la entrega de una
veintena de rehenes de las FARC. La presencia de Chávez "es
importante (...) en la medida que Colombia es un país limítrofe", apuntó
Córdoba durante una reunión con la prensa convocada en Bogotá para
difundir un documento relacionado con los acercamientos.
En "La
paz como rehén y la necesidad de un cambio urgente para lograrlo",
Córdoba y el CCP dicen que ahora es factible un cese el fuego bilateral,
y reclaman la incorporación del ELN en la mesa con las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC).
Los territorios 'neutrales' de los diálogosSegún precisa el acuerdo, La
Habana será la "sede principal" de la mesa de conversaciones, que "podrá
hacer reuniones en otros países" y a la que "se podrá de común acuerdo
invitar a otros".
La capital noruega deberá acoger la instalación
de esta mesa, un mes después del "anuncio público" del pacto, titulado
"Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de
una paz estable y duradera".
El 5 de octubre ha sido mencionado
como la fecha de formalización en Oslo de este proceso, del que Santos
dio cuenta el pasado lunes, horas después de que el canal interestatal
Telesur y RCN informaran del consenso.
Santos admitió en una
alocución que "se han desarrollado conversaciones exploratorias con las
FARC para buscar el fin del conflicto" y que los resultados "se darán a
conocer en los próximos días".
El documento, de cuatro folios y
seis apartados generales, precisa que el acuerdo es el resultado de un
"encuentro exploratorio" celebrado en La Habana entre el 23 de febrero y
una fecha que no aparece en el texto divulgado, con Cuba y Noruega como
garantes y Venezuela como acompañante y facilitador logístico.
La agenda acordada abarca los temas de "política de desarrollo agrario
integral", "participación política", "fin del conflicto", "solución al
problema de las drogas ilícitas", "víctimas" e "implementación,
verificación y refrendación".
En el pacto aparecen literalmente
asuntos como el cese el fuego y de hostilidades "bilateral y
definitivo", la dejación de armas y la reinserción de los rebeldes,
incluso en la política, como oposición y mediante los movimientos que
surjan del acuerdo final. "Antes de que (ex)guerrilleros
pronuncien discursos en el Congreso, habrá llegado la paz", dijo a RCN
el expresidente conservador Belisario Betancur (1982-1986).
Los orígenesA
Betancur se debe un fracasado proceso de paz con las FARC que avanzó
hasta un alto el fuego y la creación de un partido que fue casi que
extinguido a bala con el asesinato de miles de sus miembros, incluidos
candidatos presidenciales.
"No nos escandalicemos y dejemos que
las cosas vayan evolucionando", pidió el exgobernante, que afrontó uno
de los peores hechos del conflicto interno: la toma en 1985 del Palacio
de Justicia por rebeldes del desaparecido Movimiento 19 de Abril (M-19).
La ocupación fue seguida de una contratoma militar con armas
pesadas. Tras un incendio que consumió la edificación, en el lugar
fueron hallados más de cien cadáveres, diez de ellos de magistrados,
unos cuarenta de rebeldes y los otros de empleados y visitantes.
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