Podría parecer que es que se ha quedado sin energías o ganas para luchar por su inocencia. Pero es algo que no vemos en los hombres inocentes. Lo que ha hecho el norteamericano
Lance Armstrong es evidenciar que no sólo se dopó una vez con EPO (prescribió su delito y no se le desposeyó de un Tour con ayuda de esa sustencia dopante), sino que serían más veces, como se le acusa. Y ahora, él, renuncia: la Agencia Antidopaje de Estados
Unidos
(USADA), nada más conocer la decisión del exciclista de
no presentarse al arbitraje para responder a los cargos de dopaje,
anunció a través de su director ejecutivo
Travis Tygart que será suspendido de por vida.
Así, Armstrong también
perdería la medalla de bronce que logró en los Juegos Olímpicos de
Sidney 2000, así como cualquier premio, títulos de competiciones -entre
ellos los 7 Tours de Francia, uno de los cuales, el de 2002, pasaría al español
Beloki, que fue segundo- y
ganancias en efectivo desde 1998.
Una pena, desde luego...
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Del mito a la vergüenza: Armstrong podría perder todos sus Tours de Francia