miércoles 22 de agosto de 2012, 07:58h
El Parlamento vasco quedará disuelto,
previsiblemente, el próximo 29 de agosto y el 5 de octubre comenzará la campaña
electoral para la celebración el 21 de octubre las elecciones autonómicas
vascas de forma anticipada. El actual mandato del lehendakari Patxi
López y el Gobierno del PSE-EE finalizaba oficialmente en marzo de 2013.
Según han informado fuentes de la Cámara, la Ley de Elecciones al
Parlamento vasco prevé que 54 días antes de la celebración de los comicios se
disolverá la Cámara. De
esta forma, se prevé que en el Consejo de Gobierno del 28 de agosto se firme el
decreto de convocatoria y, al día siguiente, se publique en el Boletín Oficial
del País Vasco.
El lehendakari, Patxi López, ha decidido convocar
elecciones anticipadas para el próximo 21 de octubre, el día siguiente al
primer aniversario del anuncio del cese definitivo de la violencia de ETA. El
propio López ha oficializado el anuncio en la comparecencia posterior al
Consejo de Gobierno extraordinario.
"Hemos puesto en marcha las medidas para que los
más desfavorecidos no tengan que pagar más por las medicinas, hemos dejado en
marcha los programas para dinamizar la economía y hemos traído la paz a
Euskadi", ha
destacado el lehendakari, quien ha asegurado además que se trata
de una decisión meditada para dar paso a una nueva etapa de grandes acuerdos
que permitan seguir mejorando la situación de la ciudadanía vasca. López ha
justificado su decisión porque el ambiente "electoral en el que nos han metido
los demás partidos" no propicia los necesarios acuerdos a los que tienen que
llegar los partidos vascos para mantener la Euskadi "sostenible y solidaria" que "hemos construido".
En un discurso marcado por la frontal oposición a los recortes del
Gobierno de Rajoy, y de crítica profunda a la
oposición que ha hecho el PNV desde las instituciones que gobierna
-Diputación e Bizkaia- para impedir una Euskadi más justa en lo fiscal, el lehendakari
ha apostado por un futuro que mantenga las señas de identidad que han
caracterizado estos cuatro años. "Hemos traído la normalidad a Euskadi, lejos
de la crispación de los anteriores gobiernos y de las pugnas identitarias, y
hemos demostrado que se puede salir de la crisis con un modelo propio de
austeridad, pero de incentivos a la economía".
Una forma de hacer, que
según ha dicho ha convertido a Euskadi en la comunidad más solvente, en la que
confían no solo las entidades financieras de la UE -con un crédito del BEI de 460 millones- sino
la propia administración central que ha dado luz verde al plan de reequilibrio.
"Vamos a cumplir a rajatabla el objetivo de déficit del 1,5% y vamos a luchar
para que los más desfavorecidos no tengan que pagar los medicamentos, con un
decreto que vamos a poner en marcha", ha dicho en una rueda de prensa convocada
a las doce de la mañana en la presidencia del Gobierno.
Después de la ruptura de Antonio
Basagoiti y tras retirar el PP vasco el apoyo a López a raíz de su
oposición a los recortes de Mariano Rajoy y la presentación de un recurso
contra los decretos en sanidad y educación, la gobernabilidad se había
convertido en Euskadi en una tarea insostenible. El líder de los populares
vascos había marcado en abril las líneas rojas de su respaldo al Gobierno del
PSE. Esto es, si Patxi López utiliza su condición de presidente autónomo para
oponerse al Ejecutivo central, habrá adelanto electoral. Basagoiti dejó claro
que no iba a permitirlo. "No pueden aprovechar foros institucionales para
cargar contra la política del PP", advirtieron entonces los populares vascos.
Según los últimos sondeos, el PNV
ganará las próximas elecciones autonómicas en el País Vasco, pero con una leve
ventaja sobre Euskal
Herria Bildu (EHB), nunca superior a dos escaños. Así lo indica el último
Euskobarómetro, sondeo semestral realizado entre los días 8 y 24 de mayo,
cuando aún la coalición abertzale no había presentado a su candidata a lehendakari, Laura Mintegi. Estos
comicios, confirmarían unos nuevos equilibrios en los que el PSE se convertiría
en la fuerza clave. Pese a la caída en las encuestas de los últimos
Euskobarómetros, el PSE se empleó en mostrar "tranquilidad" ante sondeos, como
el de marzo, que le daban 108.000 votos menos que en las elecciones de
2009.
López, a quien toda la oposición llevaba pidiendo
elecciones anticipadas desde que el PP rompiese el pasado mes de mayo el acuerdo de
gobierno que le llevó a Ajuria Enea, considera que el Gobierno ya ha tomado
las medidas anticrisis que puede poner en marcha. A ello se suma para explicar
su decisión de adelantar los comicios, según fuentes del Gobierno, el
cumplimiento en un "alto grado" del programa del Gobierno y dejar en manos del
Ejecutivo que salga de las urnas la elaboración de los presupuestos del año
entrante, en los que se deberán adoptar medidas de aún mayor contracción.
El Ejecutivo de Patxi López disponía de un colchón de entre
580 y 600 millones de euros para afrontar su tesorería sin agobios hasta el
final de la legislatura, gracias a un crédito del Banco Europeo de Inversiones
de 460 millones de euros y la desinversión en Euskaltel, que le reportará en
torno a 120 millones adicionales. "Con las previsiones que se habían hecho y
las medidas que se habían adoptado por precaución el actual ejercicio se va a
hacer apañadamente y se cumplirán los objetivos. El problema es el próximo
año", reconocen fuentes del Gobierno. Así, el nuevo Ejecutivo partiría con
manos libres para elaborar un presupuesto que será inevitablemente restrictivo.
El escenario da además un argumento a López que le
reafirma en la línea política que lleva marcando desde que Rajoy comenzó con
los recortes. "Hay decisiones que tendrían que haberse adoptado para impulsar
la economía y no se han dado, porque el PNV y el PP no han querido", insisten
dichas fuentes. Ambas formaciones, que controlan dos de las tres Diputaciones
-Bizkaia el PNV y Álava el PP- llevan meses bloqueando todos los intentos de
los socialistas de aumentar los ingresos por la vía fiscal. El Gobierno depende
para elaborar sus presupuestos del dinero que recauden las tres instituciones
forales y peneuvistas y populares, bajo la bandera de la foralidad,
han vetado, tanto en las Diputaciones como en el Parlamento, los intentos de
López de adoptar medidas que le situaran en una mejor posición para hacer
frente a la crisis.