Curiosa moda la que se está implantando últimamente en las administraciones del Estado... Ahora toca promocionar y premiar a los delatores.
Primero escuchamos cómo en la televisión pública valenciana se iban a proceder a
purgas 'estalinistas' utilizando como motivo de despido las quejas de los compañeros; después, el Gobierno de
Rajoy invitó a la sociedad a
'chivarse' del vecino defraudador a cambio de una reducción de la multa de la Agencia Tributaria, y ahora en Cataluña han surgido dos iniciativas inquietantes. Por un lado, el servicio de ferrocarriles de la Generalitat está incitando a los usuarios a presentar quejas vía móvil las posibles molestias que encuentren en sus trayectos (incluyendo aquí la presencia de mendigos, músicos ambulantes...) y, por otro, se está desarrollando un sistema de denuncias para que los padres se conviertan en 'policías' improvisados y persigan a sus congéneres tramposos que utilizan artimañas como la de empadronarse en un lugar distinto al de su residencia para conseguir una plaza de colegio para sus hijos...