Los jornaleros andaluces y las significativas diferencias de sensibilidad ante el robo
viernes 10 de agosto de 2012, 10:58h
A ninguna persona nos gusta que nos quiten lo que es nuestro. Tanto es así que desde tiempo inmemorial los seres humanos nos hemos dado normas e instituciones para evitarlo y para castigar a quien lo haga. Comprendo, por tanto, el enojo de los propietarios de los supermercados donde un grupo de jornaleros andaluces han sustraído comida. Aunque el objetivo sea noble, ya he dicho que a nadie le gusta que le quiten lo suyo y entiendo, pues, que hayan dado parte a las autoridades. Incluso entiendo que éstas se hayan movilizado enseguida y que los dirigentes de algunos partidos hayan pedido rápidamente que se castigue a los culpables. Es lo que ha hecho el portavoz adjunto del Partido Popular en el Congreso, Rafael Hernando, quien afirmó que espera que el diputado de Izquierda Unida, Juan Manuel Sánchez Gordillo, sea denunciado por robo porque, según ha dicho, "las leyes se tienen que cumplir y tiene que tener conductas ejemplares. Esta forma de protestas me parecen lamentables y espero que la Justicia tome cartas en el asunto". Ya digo que me parece normal. Pero lo que, sin embargo, no me parece tan normal es que estas autoridades y los políticos que se han escandalizado tanto por el hurto de los jornaleros sean tan poco sensibles a otros robos mucho más grandes que ocurren a diario en nuestro país. Es decir, que se enrabien tanto por un hurto de poca monta y no persigan los grandes robos y estafas. Veamos: Supongamos que los jornaleros llenaron cada uno de los carros con comida por valor de 300 euros cada uno (lo que significaría, por cierto, que la cantidad total hurtada es muy pequeña para Carrefour y Mercadona, pues entre ambas empresa obtuvieron 845 millones de euros de beneficios en 2011, y si suponemos que recogieron 25 carros de comida resulta que con ese beneficio se podrían llenar 2,8 millones de carros con comida por valor de 300 euros cada uno). Comparemos ahora este hurto con otros tres robos de los que se han producido o se producen día a día en España: a) Robo de las compañías eléctricas. El ingeniero Antonio Moreno ha demostrado que "cada día que pasa sin que el Gobierno apruebe la normativa oficial que defina en qué consiste "la adecuada renovación y actualización del parque de contadores", las compañías eléctricas cobran ilegalmente las siguientes cantidades (incluido el IVA): - Más de 600.000 euros por un servicio ("la adecuada renovación y actualización del parque de contadores") que no prestan porque el Gobierno aún no ha definido en qué consiste dicho servicio. - Entre 196.000 y 342.000 euros por el error positivo que tiene el 80% de los contadores debido a que no han sido verificados periódicamente porque el Gobierno aún no ha publicado la correspondiente normativa". Es decir que las compañía eléctricas (solo por cobrar un servicio de renovación y actualización de contadores que no prestan) roban cada día a los españoles el equivalente a 2.000 carros de supermercado con comida por valor de 300 euros cada uno, lo que representa unos 730.000 carros al cabo del año. Como puede verse en la web de Antonio Moreno (http://www.estafaluz.com) si se suman los demás conceptos de la estafa continua de estas empresas, resultaría que nos están robando el equivalente a muchísimos más carros. b) Robo de las preferentes. Como es sabido, un buen número de bancos engañó a miles de ahorradores españoles colocándoles "participaciones preferentes" como si fueran depósitos, sin informarles de que en realidad son una especie de acciones sin derecho a voto y cuyo efectivo solo se podría recuperar en condiciones muy leoninas (Ver un reportaje de Tele5 sobre este tema). Como consecuencia de ese engaño de los bancos alrededor de un millón de personas han perdido la inmensa mayoría de sus ahorros, calculándose que esas pérdidas, un verdadero robo, pueden tener un valor de entre 10.000 y 30.000 millones de euros. Si aceptamos la estimación más baja (10.000 millones), resulta que los bancos han robado a un millón de españoles, y solo por el concepto de participaciones preferentes, el equivalente a 33 millones de carros de supermercado cargados con comida por valor de 300 euros cada uno. c) Fraude fiscal. Según los técnicos del Ministerio de Hacienda el 72% del fraude fiscal (que es de unos 89.000 millones de euros en total), lo realizan las grades fortunas y grandes corporaciones empresariales, lo que significa que éstas dejan de pagar a Hacienda unos 64.000 millones de euros al año. Si aceptamos que evadir el pago de impuestos al que estamos obligados es un robo a la sociedad, resulta que las grandes fortunas y corporaciones roban a todos los españoles el equivalente a 213 millones de carros de supermercado cargados con comida por valor de 300 euros cada uno. A estos robos podríamos añadir otros a gran escala, como el que han padecido las familias engañadas que contrataron con bancos créditos con cláusulas suelo fraudulentas (información aquí y aquí), los que practican las empresas farmacéuticas (información aquí), o el sinfín diario de malas prácticas de los bancos que cuestan miles de millones a todos los españoles (adicae). Por no hablar del robo global y de cantidades astronómicas que ha supuesto la crisis financiera, de el de los rescates bancarios, etc. En conclusión: me podría parecer razonable que se quiera perseguir y condenar a los jornaleros que han hurtado unos cuantos carros de comida por valor de unos 7.500 euros y no en beneficio propio. Pero lo que me pregunto es otra cosa: ¿cómo es posible que los mismos jueces, fiscales, policías, autoridades... que están persiguiendo y que terminarán por encarcelar a los jornaleros responsables por el hurto de unos cuantos carros de comida no persigan con semejante celo a quienes nos están robando cantidades que son varios millones de veces más grandes? No sé que piensan los lectores y lectoras pero, a la vista de este comportamiento tan contradictorio y de la falta de persecución efectiva que tienen esos robos multimillonarios, lo que yo creo es que criminalizan a los jornaleros no porque les preocupe el robo en sí sino por otra cosa: porque están tirando de la manta para que se vea la peor y más asquerosa vergüenza de nuestro mundo opulento: el hambre. Un sufrimiento, no lo olvidemos, que no es un accidente ni el resultado de la falta de recursos sino, como decía el anterior Relator de las Naciones Unidas para los Problemas de la Alimentación, Jean Ziegler, "un crimen organizado contra la Humanidad". Y es por eso, creo yo, que los criminales que lo cometen o que ayudan a cometerlo no quieren que se hable de ello. Así que no seamos hipócritas: Si las autoridades que tanto reclaman el respeto al orden y la propiedad fueran coherentes y acabaran con lo verdaderos ladrones que están robando a la inmensa mayoría de la sociedad no habría más jornaleros llevándose comida de los supermercados.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (5)
11545 | Pikertom - 11/08/2012 @ 11:35:45 (GMT+1)
Sofista, demagógico lo tuyo, porque aquí no se esta diciendo que las acciones del sindicato andaluz queden impunes, pues existe un delito. Lo que se esta diciendo es que aquellos que han corrido tanto en denunciar los hechos también tendrían que hacerlo contra los ladrones de guante blanco que son muchos, algunos, una mayoría, pertenecientes al partido político que hoy nos gobierna. Así que, majete, la demagogia es la tuya, parece que naciste con ella, y lo mismo le digo a Reivindico...
11540 | Sofista - 11/08/2012 @ 09:01:46 (GMT+1)
Un acto simbólico contra el hambre y la miseria en el mundo sería ponerse a las puertas del Parlamento de Andalucía y declararse en huelga de hambre hasta la hospitalización, no agrediendo a la empleada de un supermercado que defiende su puesto de trabajo y el pan de sus hijos (por seguir con la demagogia, digo)
11538 | Reivindicando lo obvio - 11/08/2012 @ 08:35:53 (GMT+1)
Interesante ética. Como otros roban más (y nadie dice que no se critique también eso) se justifica el asalto y la agresión a las empleadas de los supermercados. Bienvenidos a la Ley de la Selva y a la lógica del "y tú más".
11536 | chefa - 10/08/2012 @ 21:40:38 (GMT+1)
Estoy atravesando un crisis de identidad, lo reconozco.De un lado, mi espíritu y formación me obligan a respetar el Derecho y la propiedad ajena y condenar a quien se dirija contra estos, pero de otro lado, escuchando hoy a Sánchez Gordillo he sentido empatía con todo cuanto defendía, finalmente, leyendo a D.Juan Torres, la cosa me queda clara, no se debe quedar en una reivindicación demagógica, todos debemos obligar a los cuatreros de guante blanco a pasar por los juzgados y responder de sus fechorías. Saludos
11492 | kroker - 10/08/2012 @ 11:54:38 (GMT+1)
Eso que usted describe, es el paraíso neocom al que nos ha llevado y lleva la política de los partidos conservadores a uno y otro lado del Atlántico. Es el robo, le expoliación legal de la riqueza de las naciones. Lo hecho no es ejemplar, pero escandaliza tanta saña con esos sindicalistas, y tanto guante blanco con Udangarín (por poner un ejemplo); como dijo cierta payasa metida en el CGPJ, "es que no es los mismo". Claro que no es lo mismo, unos han hurtado presuntamente (me gustará ver como el Ministerio Fiscal, prueba el ánimo de lucro) para dar de comer a los que pasan hambre, mientras que al otro le ha podido la avaricia.
La palabra clave de esta crisis es: AVARICIA. Se han saltado todas las reglas del libre mercado, únicamente porque quieren más y más, son monstruos insaciables. Ya no se trata de crear riqueza, sino que la riqueza esté al servicio de unos pocos al coste que sea. Está demostrado que el sistema funciona, cuando la libre competencia y las buenas prácticas, hacen del mercado un mecanismo que promociona a los mejores. En la situación actual, en que todo se desarrolla a base de trampas; o cambia el sistema y vuelve a sus orígenes (por lo menos teóricos) de libre competencia, o nos veremos abocados a otra cosa. No se puede saquear el bolsillo de los ciudadanos, primero con prácticas empresariales fraudulentas y segundo, cuando las cosas van mal por esas malas prácticas que sean esos mismos ciudadanos con sus impuestos los paguen a tanto golfo/delincuente de cuello blanco.
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