BCE: administrar la credibilidad
jueves 02 de agosto de 2012, 08:38h
Mostraba
su profundo disgusto la Canciller alemana por los resultados de una encuesta
encargada por el semanario Stern, que entre otras cosas señalaba que más del
50% de los alemanes apoyarían el abandono de la Unión Monetaria.
Pero es posible que su preocupación esté más
relacionada con el pesimismo económico, pues un 57% de los alemanes lo son,
frente a un 12% de optimistas. Demuestra que los alemanes sienten de cerca la
crisis.
Pero
el estado de opinión poco favorable al proyecto europeo no solo es alemán.
Inspirado en los resultados que ofrecerá el Eurobarómetro se filtraba ayer que
la confianza de los europeos en la UE caía a su más bajo registro histórico con
un 31% de promedio. Ni Grecia, donde solo el 19% de sus ciudadanos confían en
la UE, ni España donde los que confían son el 21%, alcanzan la media. En los dos
países, el deterioro respecto a otoño de 2011 es de casi 10 puntos. Es
curioso que este desencanto ciudadano coincida con el momento de la crisis
donde el discurso político se ha centrado con más fuerza en la defensa del
euro, y es precisamente hoy un día en el que se examina hasta donde llega
esta voluntad de defensa.
La
posibilidad de que no se llegue en este momento demasiado lejos es mayor que la
contraria, y esta conclusión se ampara fundamentalmente en que, de modo
semejante a lo que ocurrió ayer con la Reserva Federal,
cada vez los bancos centrales tienen un recorrido más limitado en la aplicación
de medidas "no convencionales" y a pesar de mantener un
discurso favorable a ello, se ven obligados a administrar
la credibilidad que les resta del modo más prudente posible. Los
niveles de deuda pública son muy elevados en todos los países desarrollados y
nadie puede asegurar que no pueda llegar a desatarse una ola de desconfianza
sobre una deuda como la norteamericana o la británica que coloque a la economía
mundial en una situación imposible. Algunos importantes inversores han
perdido mucho dinero por tempranas y fallidas apuestas contra la deuda
norteamericana, pero un estado de opinión así siempre es un monstruo que puede
despertarse.
El
BCE que ha incrementado su cartera de deuda pública de una forma explosiva
desde que tuvo que emplearse con fuerza, en particular a partir del verano
pasado, tiene ahora 212.000 millones en deuda de países
"estresados", y a pesar del discurso contrario alemán, va a tener
que encontrar la forma de reducir el coste de
financiación de Italia y España. Lo que no es discutible a estas
alturas la voluntad de salvar el euro. Hoy es un día más importante por lo que
debe de evitarse que por lo que vaya a solucionarse. Por eso que es más
probable un lapso de desencanto. Pero no pasa nada.
En mi opinión, el BCE reanudará la compra de deuda en el mercado secundario,
abrirá la puerta para que los fondos europeos la compren en el primario, y todo
eso exigirá condicionalidad indirecta, es decir que solo se hará tras solicitud
española, y sometida al cumplimiento de los objetivos
comprometidos. Y como todo esto es lento, cabe que el mercado
se desinfle un poco. Pero no pasa nada. Al menos no pasa nada que no haya
pasado ya.
Analista y consultor
Consejero Delegado del Grupo Omega Financial Partners. Es economista, MBA por la IE Bussiness School y en Estrategia Internacional por la London Business School. Formado en el Chicago Mercantil Exchange, es experto en Options Risk Management por O´Connell & Piper de Chicago. Conferenciante y profesor de derivados financieros y divisas en diversos programas Master. Además, dirige los Comités de Riesgo de compañías de múltiples sectores de actividad, siendo miembro de varios Consejos de Administración. Ha sido contertulio habitual de emisoras de radio, miembro del equipo editorial de diversos diarios
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