lunes 30 de julio de 2012, 16:31h
El asesor ¿nace o se hace? ¿Hay una clara
vocación desde la más tierna pubescencia, una especie de pálpito que
viene ya de la infancia, o, por el contrario, uno puede llegar a ser un
asesor de provecho sin poseer dotes naturales? Puede parecer una
cuestión irrelevante, pero teniendo en cuenta que vamos camino de los
20.000 asesores, conviene tener un conocimiento más profundo de este
selecto grupo de personas que influyen, al menos en teoría, sobre las
decisiones que toman presidentes autonómicos, ministros, alcaldes y
demás jerarcas de la Administración.
No hay en España ni una sola Facultad de Ciencias de la Asesoría,
ni una Escuela Oficial de Asesores, ni siquiera un Instituto de Altos de
Estudios de la Asesoría. Con esta falta de infraestructura pedagógica
puede ser terrible la desazón de una madre cuando su hijo, un día
cualquiera, le suelte: "Mamá, quiero ser asesor". ¿Qué hacer? Podría
darse la feliz circunstancia de que la madre tenga un amigo ministro,
pero la tierna criatura puede tener nueve o trece años, y ya sabemos lo
poco que dura el ministerio en casa de los ricos, es decir, que cuando
el asesor/a vocacional esté en edad de merecer, de merecer una asesoría,
el ministro será ya un exministro con mucha experiencia.
Si, por el contrario, no son precisas dotes naturales para
asesorar, pongamos por caso, al presidente de la Diputación Provincial
de Huelva ¿qué puede hacer una madre, si la madre vive en Lugo?
¿Debatirse entre la duda de enviar al hijo/a a Huelva o soportar la
angustia no sea que, de repente, el futuro asesor/a se sienta capacitado
para asesorar al ministro de Industria?
Estamos hablando de un problema que puede afectar a cuarenta mil
madres y padres, desorientados ante esta cuestión insoluble. Porque,
además, si los asesores son unos plastas asesorando por falta de
preparación o por falta de entrenamiento, seremos millones de españoles
los que sufriremos las consecuencias.
Los mal pensados creen que no tiene importancia, porque los
asesores no hacen nada por la mañana y lo pasan a limpio por la tarde.
Pero si eso fuera así, serían miles los asesores que, a estas horas, y
en estas fechas, dada la situación del país, ya habrían presentado la
dimisión. ¿Ha dimitido algún asesor? No. Entonces, queridas madres,
tenemos un problema.