Carga excesiva para Catalunya
jueves 26 de julio de 2012, 11:31h
En
esto hay unanimidad. Entre los partidos, instituciones y ciudadanos. Es, en el
fondo, lo que se ha aprobado por consenso en el Parlament. Que lo que aporta la
economía catalana al resto del Estado es excesivo.
Por
dos razones, principalmente: porque lastra el desarrollo de la propia economía,
incluso empobreciéndola, y porque una economía catalana frenada o empobrecida,
no puede contribuir a la riqueza global
estatal ni actuar, como históricamente, de
motor de la misma.
Así,
todos salimos perdiendo. Este clamor, por tanto, bien merece ser tenido en
cuenta, en época de crisis o sin crisis. Incluso, podría formar parte de su solución.
Esta
evidencia de desequilibrio económico, por otra parte, está siendo un potente
factor del claro aumento del sentimiento independentista y de su extensión a
capas sociales normalmente lejanas del catalanismo radical. Es lo que se llama
"independentismo de cartera", que por sentido práctico desborda al puramente
"sentimental" o "identitario". El independentismo "del
interés"
Los
preocupados por el creciemiento del independentismo, sean ciudadanos catalanes
o de fuera de Catalunya, deberían sopesar bien este fenómeno de la fuerza determinante
del "interés" económico en la
decantación política. Atender a aquel clamor contra el
"desequilibrio" crónico del flujo fiscal entre lo que aporta
Catalunya a las arcas del Estado y lo que le retornan estas en forma de
servicios, no solo sería bueno para las economías catalana y española, sino
que, además, desinflaría el creciente sentimiento secesionista.
La
forma de hacerlo, siendo importante, es secundaria. Por esto la unanimidad
básica que sostiene la propuesta del Parlament -bajo el nombre de Pacte Fiscal-
se rompe entre los partidos, que tienen puntos de vistas diferentes y presentan
fórmulas distintas. No hay unanimidad en la manera.
Encontrar
una de satisfactoria y viable, que abordara el fondo (la carga excesiva de la
aportación catalana), en una negociación
sincera y realista entre el Gobierno de
Rajoy y el Govern de Mas, supondría un paso decisivo en los dos contenciosos:
el económico y el político, que se superponen peligrosamente.