Cuando Urralburu decidió crear otro partido
viernes 20 de julio de 2012, 09:05h
En junio de 1982, hace ahora treinta
años, llegaba a
Pamplona el Secretario General del PSE-PSOE, Txiki Benegas.
En el transcurso de su visita presidió junto con Gabriel Urralburu una rueda de
prensa en la que se anunció de una forma más o menos oficial el acuerdo de las
dos ejecutivas en cuanto a la escisión de la Agrupación Socialista
navarra del Partido Socialista de Euskadi.
La variación estratégica del partido socialista en
Navarra había sido la más llamativa de todo el Estado español. En 1976 salía a
la calle bajo la dirección de un religioso del Verbo Divino, Gabriel Urralburu.
Tal circunstancia conmocionó a los sectores de la derecha. En palabras de
Santiago Cañardo, cualificado miembro de la Democracia Cristiana de la época y
después hombre de confianza de Del Burgo, "era un verdadero
escándalo". Además, el Partido propugnaba la unidad institucional del País Vasco, con lo que Urralburu alcanzó
fácilmente una cierta popularidad.
Estos posicionamientos hicieron que el
PSOE suscribiera para las elecciones del 77 el llamado "pacto autonómico" con el PNV
y Esei en las listas del Senado. Gabriel Urralburu y Julio García fueron
elegidos diputados y se integraron en la Asamblea Parlamentaria Vasca que
presidía
D. Manuel de Irujo. Precisamente, Urralburu fue el Secretario del ente
parlamentario formado.
El PSOE había obtenido dos diputados propios y un
senador en coalición (Irujo). Los resultados, en principio, parecían más que
aceptables.
De ésta época se encuentran abundantes
documentos socialistas en los que se demuestra que "la única salida para
los problemas navarros es la unidad institucional". Urralburu declaraba a una desaparecida revista -"Tierra Navarra"- que "allí donde constituimos más agrupaciones,
que es en la Ribera, se va aceptando la tesis de la incorporación. Nuestro
electorado ha ido identificando los intereses del socialismo con la
incorporación al País Vasco porque entiende que en ese marco es posible una
sociedad más solidaria, que eso contribuye al desarrollo del socialismo en el
Estado".
En el año 1978 llegó al partido Víctor Manuel Arbeloa, despedido del Frente
Navarro Independiente, que no había obtenido representación parlamentaria.
Arbeloa poseía cierto renombre y era una persona electoralmente interesante
para el PSOE. Al contrario que Urralburu, parecía tener ciertas reservas sobre
la integración institucional. Se creaba de esta forma una cierta pugna política
entre los que pasarían a ser líderes indiscutibles de la Agrupación navarra.
En las
elecciones del 79 no se hizo constar expresamente en el programa la postura
socialista en relación con el tema. Al llegar
las elecciones generales salieron elegidos parlamentarios Urralburu (al
Congreso de Diputados) y Arbeloa (al Senado).
El cabeza de lista
indiscutible para el Ayuntamiento de Pamplona era Juan Manuel Pérez Balda, hombre totalmente vasquista y autor de la moción que había
colocado la Ikurriña en el balcón pamplonés. Sin embargo, sorprendentemente,
pocas horas antes de cerrarse las listas se incluyó como número uno a Julián
Balduz, persona más cercana a los planteamientos de Arbeloa.
Tras los
resultados electorales, y quizá por hallar una
compensación, Urralburu ofreció a Carlos Garaikoetxea la Presidencia del Parlamento
Foral navarro. Con ello se evitaba que Arbeloa alcanzase el primer sillón
parlamentario. Garaikoetxea no aceptó la propuesta por entender que existía un
pacto progresista que su
partido apoyaba -Patxi Zabaleta iba para alcalde de Pamplona y Arbeloa
para presidente del PFN- y que en todo caso las alteraciones a este compromiso
las deberían pactar estas dos fuerzas políticas.
El 21 de Mayo de
1981, el PSOE proponía la creación de una
"tercera Vía": El Consejo Vasconavarro. Se habían impuesto las tesis
de Arbeloa, que propugnaba un ente al que en un principio había dado en llamar
la "Dieta vasconavarra". Todavía hoy no están claros los motivos por
los que Urralburu abandonó tan repentinamente sus planteamientos de dos años
antes. ¿Poder votar más a gusto?. ¿Poder robar sin control?
Con Julián Balduz como alcalde de Pamplona y él mismo como presidente del
legislativo foral, Arbeloa había cogido con fuerza las riendas del partido, y
no iba a permitir disonancias en su seno.
Sin embargo, la
voz de Txiki Benegas se alzó en la prensa el 2 de Julio de 1989. En síntesis, y ante la sorpresa de propios y extraños, aseguraba que el
PSOE estaba dispuesto a apoyar un referéndum en Navarra si su "tercera
vía" no era aprobada por las demás fuerzas.
Los socialistas
vascos se dividieron y con ello rompieron un poco más Euzkadi. Lo
que hoy es ya un hecho, la desvinculación de los socialistas navarros del PSE,
adquirió plena vigencia jurídica una vez que dicho partido celebró su III Congreso a
primeros de marzo de 1982 y en él se dió el visto bueno a la creación del
Partido Socialista Navarro (PSN), desvinculado del anterior.
Nadie hubiera
dicho que se iba a llegar a esta situación cuando en
marzo de 1977 se constituía el PSE, en el que en aquel entonces tenían cabida
todos los socialistas de Euzkadi. Pero el aumento considerable de militantes
socialistas navarros en ese partido desde aquella fecha (en que eran tan
escasos) hasta el día de la ruptura y la bifurcación institucional que se
produjo como consecuencia de la creación de dos comunidades autónomas (la "vasca"
y la "navarra") dio como resultado el incremento de las discrepancias
de los socialistas del Viejo Reino con respecto a las directrices unitarias de
sus correligionarios de las otras tres provincias de Euzkadi Sur. Discrepancias
que irían en aumento hasta dar origen a esa división en dos del PSE.
Treinta años después, la
pregunta se impone. ¿Cómo sería Euzkadi hoy si los socialistas navarros no
hubieran roto el PSE?