Una idea, una tesis doctoral y finalmente, una iniciativa empresarial culminada con éxito. Dos productos tan tradicionales en la región como el queso y el azafrán han logrado una simbiosis perfecta que supondrá una alternativa a la escasa diversidad de los quesos de oveja y, en definitiva, incrementar la competitividad de una industria de gran tradición y
arraigo en Castilla-La Mancha.
El trabajo ha supuesto desarrollar y optimizar un método de extracción del azafrán para incorporarlo
al proceso productivo quesero que aproveche al máximo el poder colorante y
aromatizante de la especia. "Tras dicha fase, se ha caracterizado este nuevo
queso a lo largo de toda su maduración, y se ha establecido el grado de
aceptación del nuevo producto para el consumidor.",-indica Carmen Cecilia
Licón, a la vez que añade que también se
han desarrollado técnicas de análisis que permiten asegurar la calidad del
producto y la autenticidad de sus materias primas.
Este trabajo es el resultado final de una tesis doctoral
que ha sido expuesta por la investigadora
en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos (ETSIA) de Albacete,
obteniendo por ello la mención cum laude.
La tesis que ha dado lugar a una patente
Esta tesis, que ha dado origen a una patente nacional, seis artículos
internacionales en revistas de impacto y numerosos congresos nacionales e
internacionales, se enmarca dentro del proyecto PBI08-0245-8453, financiado por
la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha titulado "Desarrollo de
nuevos derivados lácteos a partir de leche de oveja de Castilla-La Mancha:
empleo de azafrán Mancha". Una investigación en la que se destaca la
implicación de dos industrias queseras de la región (FOMAN y Quesera Campo Rus)
en la producción y comercialización a nivel nacional e internacional de esta
variedad de queso manchego.
La doctoranda, que ha desarrollado su trabajo científico
en la Universidad regional a caballo entre el Laboratorio de Calidad
Alimentaria del Instituto de Desarrollo Regional y la Cátedra de Química
Agrícola de ETSIA de Albacete, ha recibido una beca pre-doctoral FPI y una beca
José Castillejos, ambas de la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha. Además cuenta recientemente con el Premio
Estatal de la Juventud Tamaulipeca al logro académico.