Duras realidades y demagogias baratas
martes 17 de julio de 2012, 09:58h
Acabáramos. El ínclito Mario Jiménez, nuevo
y flamante vicesecretario general del PSOE andaluz, número dos del Pepe Griñán
en el partido, que no en el Gobierno donde, que yo sepa, aún no manda nada, se
reune con sus amiguetes los secretarios generales de Comisiones Obreras y UGT, Francisco
Carbonero y Manuel Pastrana, respectivamente, y les anuncia que
la Junta de Andalucía, donde dije digo digo Diego, no va a bajarle ahora el
diez por ciento el sueldo a sus más de trescientos mil funcionarios tal y como
había propuesto su jefe, Pepe Griñán, ante el Parlamento andaluz. Si Mario
Jiménez hace las veces de la consejera de Hacienda, Carmen Martínez
Aguayo, y del consejero de Economía, Ciencia e Innovación y no sé cuantas
cosas más, Antonio Ávila, la pregunta es ¿para qué, contri, necesitamos
los andaluces tanto consejero inservible? Mejor que las decisiones las tome
Jiménez en nombre del partido, a quien supuestamente le paga el PSOE, y así nos
ahorramos todos un dinero curioso. Y es que estamos en lo de siempre, que a
costa de estar tanto tiempo mandando, más de treinta años en el uso y abuso del
poder, los socialistas confunden el tocino con la velocidad, el partido con el
Gobierno, y los intereses de Andalucía con sus propios intereses. Yo no les
echo la culpa. La culpa la tenemos, la tienen, todos aquellos que se acojonaron
el pasado 25 de marzo con el triunfo del PP en las municipales y las generales,
y decidieron que había que darle un correctivo a Mariano Rajoy en el
culo de Javier Arenas para que no se creyera el amo del universo. Y la
patada nos la dimos a nosotros mísmos consintiendo que el PSOE de Pepe
Griñán, esta vez con el apoyo de la IULV-CA, de Diego Valderas y Sánchez
Gordillo, siguiera otros cuatro años más, y ya van a ser má de 36,
dirigiendo los destinos de esta tierra.
Pero a lo que íbamos. Resulta que el tal Jiménez, que no se entrevista con el
CSIF que es la fuerza sindical mayoritaria en la administración pública, queda
a comer con sus colegas de CC.OO. y UGT para asegurarle que el compañero Pepe
no le va a bajar también el sueldo a los funcionarios que ya tienen bastante
con los recortes de Rajoy. Así queda bien la Junta de Andalucía del PSOE
e IULV-CA, como poli bueno, y mal el Gobierno del PP, como poli malo de la
película. Genial, Mario, eres un genio ¿eso lo has pensado tú solo o te ha
ayudado Susanita? El problema es que la Junta tiene un problema. Y grave. Si no
recorta el sueldo a los funcionarios, que me parece estupendo que no lo haga,
si no ahorra en gastos de personal, si no se cepilla a cientos de los miles de
asesores y cargos públicos nombrados "a dedo" que no sirven para
nada, si no retira coches oficiales ni cierra empresas públicas, en definitiva,
si no se ajusta el cinturón no un agujero, sino cinco, ¿cómo va a cumplir sus
ajustes de déficit? Blanco y en botella, como la leche. Griñán no piensa
cumplir ninguno de los compromisos firmados con Montoro. Su único
interés en estos momentos es forzar al Gobierno central a tomar medidas
disciplnarias contra Andalucia y presentarse ante los electores como la víctima
del centralismo de derechas en defensa de los derechos de la única comunidad
autónoma española capaz de hacerle frente a la política suicida de Rajoy. La
estrategia no está mal pensada si no fuera porque es el uso y el abuso de la
total demagogia en beneficio del partido que puede llevarnos al desastre total.
Y, tal y como están las cosas, y peor que van a estar en un futuro a corto y
medio plazo, Pepe Griñán parece tener medianamente claro que su forzado
pacto con IULV-CA tiene una fecha de caducidad, el otoño de 2013. Si todo
resulta tal y como lo tiene planeado y la economía española sigue presa del
ataque de los mercados, el presidente de la Junta de Andalucía tendrá la
oportunidad única de deshacer el pacto y convocar una elecciones anticipadas
que, esta vez sí, le darían una mayoría absoluta bastante cómoda, logrando así
lo que tanto ansía, un respaldo mayoritario de las urnas que no ha podido
conseguir en sus dos mandatos. Si yo estuviese en el pellojo de Juan Ignacio
Zoido, e incluso de Diego Valderas, iría preparando los muebles para
la posible mudanza con el fin de que Griñán no sorprenda a la oposición con el
pie cambiado. Habrá que estar atentos a las jugadas de Jiménez porque
ésta de mantenerle el sueldo a los funcionarios no es sino un aviso de lo que
está por venir en los próximos meses...por más trapos sucios que pueda sacar a
la luz la Comisión de Investigación de los EREs fraudulentos que ahora comienza
en las Cinco Llagas. Al fin y al cabo, como dice los catalanes, "la pela
es la pela".