¿Continuidad o golpe de timón?
sábado 14 de julio de 2012, 10:31h
Antonio Hernández Mancha, Gabino Puche, Javier Arenas, Teófila Martínez, de nuevo Javier Arenas y Juan Ignacio Zoido.
Cinco presidentes en más de treinta años. Desde la fundación de Alianza
Popular en Andalucía, allá por el año 1980, germen del actual Partido
Popular, esta formación política ha tenido cinco presidentes. De todos
ellos, cado uno con sus luces y sus sombras, no cabe la menor duda que
quien más ha hecho por el centro-derecha andaluz ha sido el hombre que
este domingo cede en Granada oficialmente su puesto al alcalde de
Sevilla, Juan Ignacio Zoido. A sus 54 años, Javier Arenas Bocanegra ha
recorrido un largo camino político difícil de igualar que ha ido desde
ser el teniente de alcalde más joven en el Ayuntamiento de Sevilla, con
sólo 25 años, a la vicepresidencia del Gobierno de la nación a las
órdenes de José María Aznar, pasando por diversos Ministerios Es
verdad, y él lo sabe, que tanto tiempo al frente del segundo partido de
la comunidad le ha granjeado filias y fobias, sobre todo fobias dentro
de sus propios votantes que, al final, le han impedido alcanzar lo que
en buena lógica era su meta: la Presidencia de la Junta de Andalucía, un
puesto al que ha aspirado en varias ocasiones y al que, pese a
conseguir este año por primera vez en la historia de la autonomía
derrotar al PSOE en su coto privado andaluz, no ha logrado acceder
gracias al pacto de los socialistas con Izquierda Unida. Se puede decir
lo que se quiera de Javier Arenas y son muchas las tonterías que
se dicen de él, sobre todo en Madrid, pero no cabe duda que se trata de
un político de raza que ha sido capaz de algo inaudito e increíble hace
tan solo una década, poner las bases de un centro-derecha ganador y
aglutinar, sobre todo, en las grandes ciudades y el las zonas más
desarrolladas de Andalucía, un sentimiento de hartazgo de un régimen que
lleva perpetuándose en el poder desde hace más de treinta años gracias a
una tupida tela de araña urdida desde las propias administraciones
públicas.
Hay que dejar claro que a Arenas no lo echan. Pese a
las críticas, nadie en su partido se ha atrevido a cuestionarle. Que ha
sido él el que ha puesto punto y aparte en su liderazgo del PP dejando
que otros terminen con más fortuna el trabajo que el comenzó. Le toca el
turno ahora a una persona de su total confianza, Juan Ignacio Zoido,
que ha demostrado, con una mayoría absoluta jamás alcanzada en la
capital hispalense, que el PSOE no es un mito imbatible, que el trabajo
diario y el contacto personal con los votantes puede dar frutos
inesperados. Zoido quizás carezca de la empatía de Arenas pero su
constancia y trabajo es a prueba de bombas. Las primeras reticencias
provocadas en el partido con su nominación, sobre todo en Málaga y en
parte de Andalucía Oriental donde están hartos de que el PP siga
dominado por "los sevillanos", no parece que vayan más allá de una
rabieta pasajera de Paco de la Torre que pronto ha sido acallada. Ocurre, sin embargo, que en estos momentos Juan Ignacio Zoido acumula
en su persona un número excesivo de cargos (alcalde de Sevilla,
presidente de la FEMP, diputado andaluz y ahora presidente del PP-A) que
le van a impedir centrarse en una labor concreta como es la de levantar
los ánimos y relanzar un partido bastante hundido que, siendo el más
votado en Andalucía, sufre en estos momentos un síndrome insuperable de
perdedor. De hecho el nombramiento de un hombre de su total confianza,
el alcalde de Tomares y presidente del PP sevillano, José Luis Sanz,
como secretario general le va a permitir desentenderse algo de la
burocracia que rodea todas las organizaciones políticas y dedicarse de
pleno a lo que él considera en estos momentos una prioridad, sacar a
Sevilla del pozo en el que la habían sumido los gobiernos de coalición
PSOE-IULV-CA liderados por Alfredo Sánchez Monteseirín.
El
domingo, 15 de julio, el PP andaluz proclamará a Zoido como su nuevo
lider indiscutible. Me da la impresión que el nuevo presidente tiene
clara cuál va a ser su trayectoria a seguir que no es otra que la de
continuar la labor iniciada por Javier Arenas aunque va a pedir la
participación más activa de los alcaldes de las ocho capitales en la
organización y las metas del PP-A, que no son otras que consolidar su
liderazgo en Andalucía y lograr posicionarse para conseguir arrebatarle a
Pepe Griñán la Presidencia de la Junta en las próximas elecciones autonómicas. Claro que para ello necesitaría que el Gobierno de Mariano Rajoy consiguiera sacarnos de la actual crisis, algo que pese a los recortes y más recortes, está aún por ver.