Bien escoltada por De Guindos y Montoro, con gesto serio y
solemne -esta vez sin risas ni palmas ni jaleos- la vicepresidenta del
Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció sin titubeos el mayor plan de
recorte y la mayor subida de impuestos en toda la historia de España. A veces
con gesto compungido, a veces simplemente serio, Sáenz de Santamaría justificó
el 'impuestazo' con frases solemnes para el público: "España vive ahora uno de
los momentos más dramáticos de su historia reciente por la crisis", dijo,
"son momentos en los que un Gobierno tiene que actuar con responsabilidad,
con rigor y con realismo".
"Estamos pidiendo esfuerzos excepcionales para, entre
todos, sacar adelante un país". Con frases como ésta y similares, la
vicepresidenta Sáenz de Santamaría quería preparar este viernes a los españoles
ante la realidad consumada de un ataque sin precedente a los derechos sociales:
la vicepresidenta ha anunciado que, además de este pildorazo que los españoles
tendrán que tragar por las bravas, el Ejecutivo de Rajoy prepara otras 20 leyes
de aquí a final de año que van a dejar al Estado de Bienestar que hemos
conocido en el más escueto chasis.
Al menos, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros
'decisorio' -previamente hubo otro Consejo 'deliberativo' con el Rey en la
Zarzuela-, la vicepresidenta tuvo a bien reconocer que las medidas que el
Gobierno ha tomado "no son ni sencillas, ni fáciles, ni populares", que
"estamos pidiendo a muchos españoles esfuerzos adicionales y sacrificios
importantes", y que esa petición de casi holocausto la hace igualmente a
las Comunidades Autónomas, a las que también exige "un ejercicio de
responsabilidad política" para meter la tijera donde haga falta, aunque
duela, y se ajusten a los niveles prefijados de déficit público.
"Los que tenemos un trabajo tenemos que hacer un
esfuerzo adicional para pagar a los que no lo tienen", vino a decir Sáenz
de Santamaría, antes de explicar las grandes y "dolorosas"
actuaciones que emprenderá el Gobierno en los próximos meses: primero, "un
esfuerzo de consolidación fiscal por la vía del gasto y de los ingresos";
segundo, "reformas estructurales que nos permitan crear empleo".
Los disgustos, pues, no vienen solos: serán 20 nuevas leyes antes
de que concluya el año con el objetivo de reformar las Administraciones
públicas, mejorar la economía y crear empleo, porque "si no cambiamos las
cosas no podremos mejorar", dijo la vicepresidenta, que añadió más tarde:
"Tendremos que ahorrar al céntimo de euro".
Un apretado calendario de 'reformazos'
En concreto, este mismo mes de julio se enviará a las Cortes
la Ley de Transparencia, otra contra el fraude laboral y un nuevo Código Penal
económico. En el siguiente periodo de sesiones, una Ley de Acción Exterior
-para mejorar nuestra imagen en el mundo-, además de otra ley para garantizar
el factor de sostenibilidad en materia de pensiones, que irá a la Comisión del
Pacto de Toledo para su discusión.
También en este mes de julio se procederá a la reforma
energética y se aprobará en Consejo de Ministros la liberalización del
transporte ferroviario.
A partir de ese mes de septiembre, el Gobierno de Rajoy
mandará al Congreso una ley de Unidad de Mercado -simplificar procedimientos,
homogeneizar la legislación y que no haya 17 disposiciones distintas, tantas
como autonomías-, la creación de una única Comisión Nacional de la Competencia,
una reforma de la Ley de Costas y medio ambiente y una "profunda reforma"
de la Educación, especialmente en lo relativo a la Formación Profesional.
También se remitirá una nueva ley de mutuas y, sobre todo, la reforma de la Ley
Orgánica del Poder Judicial que ya ha puesto en guerra a toda la judicatura.
'Aplaudimos el coraje de Rajoy'
En un plano más interno, Sáenz de Santamaría dijo que los
aplausos y palmas que los diputados del PP dieron a Rajoy cuando anunciaba el
recorte en las prestaciones de desempleo no estuvieron dedicados a ese anuncio
sino al jefe del Ejecutivo, porque estuvo "dando la cara, sin disimulos y sin
disfrazar ninguna de las medidas".
Así, la vicepresidenta exculpó el "que se jodan"
expresado por la diputada popular Andrea Fabra diciendo que los aplausos
vinieron "por esa decisión valiente de asumir las dificultades, sin
disimulos y sin demagogias"; es decir, que Rajoy "fue arropado por su
partido, porque es difícil encontrarte un país en una situación peor de la que
esperas, tener muchas dificultades dentro y fuera y saber que tu obligación es
hacer lo que tienes que hacer, aunque no te guste y sepas que estás pidiendo un
gran esfuerzo, y hacerlo dando la cara, sin disimular y sin disfrazar ninguna
de las medidas". Ni qué decir tiene que Andrea Fabra ni dimitirá ni será
sancionada.
Ahora bien, estas decisiones tomadas ahora por el Gobierno
no venían en el programa electoral. ¿No defraudará a sus electores? Respuesta:
"Son decisiones que no venían en el programa electoral, pero se ha hecho
porque no había otra posibilidad en este país". En definitiva, que Rajoy
ha hecho "lo que tiene que hacer un presidente de Gobierno: si hay que
salvar a un país hay que hacer cosas dolorosas, pero necesarias".
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