España, desaparecida en combate
lunes 09 de julio de 2012, 23:10h
Esta semana arrancaba en Bruselas con España en el punto de
mira. Primero un Eurogrupo y después un Ecofin tenían que dictaminar las
condiciones del rescate a la banca, el futuro del déficit público, el reparto
de cargos políticos en diferentes instituciones europeas e incluso la letra
pequeña de lo que acordaron los jefes de Estado y de gobierno en Bruselas los
pasados 28 y 29 de junio que tenía que acabar con la crisis de la deuda. Dos
jornadas por tanto de alta intensidad informativa, diplomática, política y
económica en la capital comunitaria donde se toman las decisiones más
importantes para los ciudadanos españoles.
Sin embargo, y en contra de cualquier atisbo de sentido
común, ningún diplomático español informó
previamente a la prensa acreditada ante la Unión Europea de la posición del Gobierno. El embajador permanente de
España ante la UE, Alfonso Dastis, decidió para sorpresa de todos
que, en esta ocasión, no había nada que comunicar. A aquellos periodistas que
llamaron a la agregada de prensa para informarse sobre el tradicional 'briefing
off the record' (punto de información a la prensa en la que no se pueden citar
fuentes) previo a los encuentros de los ministros de Economía del Eurogrupo y
Ecofin, se les informó simplemente de que el embajador no quería celebrar
ningún encuentro.
Así las cosas, la prensa española, epicentro de la
información comunitaria en estos momentos, tuvo que informarse de las
negociaciones, e incluso de los intereses nacionales, a través de fuentes
indirectas como el embajador francés (que puntualmente informa no sólo a los
comunicadores galos sino de toda la UE), la Comisión Europea y el Consejo. España,
en cambio, desaparecida en combate.
Para irritación de los periodistas españoles en Bruselas e
insatisfacción de las redacciones en Madrid, la total opacidad con la que se mueve el
Ejecutivo de Mariano Rajoy en los pasillos comunitarios se ha visto
incrementada con la incorporación del embajador Dastis, quien ha roto una
tradición que durante décadas ha servido a todos los gobiernos de turno para
explicar la posición española dentro y fuera de nuestras fronteras, ganando así
puntos de negociación en los enrevesados juegos de poder de la UE.
El hecho de
que la cuarta economía de la zona euro no exista desde el punto de vista
informativo en Bruselas - los esfuerzos de los grandes medios internacionales
chocan con los mismos problemas que los nacionales-- puede ser debido a una
estrategia (sin duda equivocada) expresa del gobierno del PP o una desidia del
cuerpo diplomático que hace un flaco favor a los intereses de España como país
en la escena internacional. Los
intentos del ministro de turno, en este caso Luis de Guindos, por responder a
las preguntas en ruedas de prensas oficiales no sirven de nada si España no es capaz
de explicar los acuerdos y saciar las necesidades de transparencia de los
mercados.