Según la 'minuta
policial' a la que ha tenido acceso
Diariocrítico, el 8 de julio de 2011, un
policía de la Unidad de Prevención y Respuesta (UPR), de la Brigada Local de
Seguridad Ciudadana (BLSC) de Santiago de Compostela, dio a sus jefes con
nombres y apellidos la identidad del autor del robo del Códice Calixtino. Se
trataba de un policía de calle, y conocía tan bien a sus ciudadanos que
inmediatamente 'supo' quién había hurtado en la Catedral de Santiago por el
alto nivel de vida del interfecto y porque nadie le conocía trabajos que le
dieran una clara remuneración.
En la minuta se podía
leer ya el 8 de julio de 2011: "Que un tal Manuel Fernández Castiñeiras, con
domicilio en (...) estuvo de electricista en la Catedral hasta hace dos años,
siendo despedido al ser sospechoso de varias sustracciones así como por pasar
facturas irregulares, no siendo denunciado".
El policía añadía en su
minuta: "Así mismo, es de reseñar el amplio conocimiento que manifiesta
tener de la Catedral, así como de jactarse de tener diversas antigüedades
pertenecientes a la Iglesia. Reseñar que no parece que existan ingresos en la
unidad familiar, teniendo un alto nivel adquisitivo, con numerosas propiedades
inmobiliarias".
Continuaba el escrito
afirmando: "Finalmente, mencionar que este sujeto, está sin motivo
aparente y de forma asidua en la Catedral, así como al parecer, desde su
despido, no tiene 'mucha simpatía' hacía la Iglesia, manifestando en ocasiones
que se vengaría".
Y acaba diciendo:
"Lo que se comunica por si pudiera ser de utilidad y a los efectos
oportunos".
La 'minuta' estaba fecha
el 8 de julio, como decimos, y llevó el visto bueno del jefe de la Brigada
Local de Seguridad Ciudadana (BLSC). Siguiendo el conducto reglamentario, este
jefe de la BLSC la tenía que haber elevado al comisario jefe de Santiago y éste
ordenar que se investigara o, en su caso, pasarlo a la UDEV Unidad de
Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que llevó el caso y que dirige el
comisario
Serafín Castro, justo por debajo del comisario general de Policía
Judicial.
Ahora bien, ¿en qué punto
se cortocircuitó la denuncia de este policía, que ya daba datos de sumo interés
sobre el presunto autor del robo? Eso es lo que nadie sabe, pero la chapuza policial
es evidente.
Según comentan ahora
medios policiales, la policía no comenzó a vigilar hasta enero de 2012 a este
electricista que había sido despedido de la Catedral, después de que en una
conversación informal con un agente que le apuntó la posibilidad de que esta
joya bibliográfica hubiese sido quemada, se delató al responder: "No, no,
no, no está quemado". ¿Por qué no se le investigó antes, cuando existía la
denuncia exacta de un policía?
En una nota hecha pública
por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) se afirma: " Es necesario
saber qué paso con dicha minuta, si se cursó o si no se hizo, y en cada uno de
los supuestos, exigir explicaciones a los distintos mandos sobre las razones de
su proceder. Es un fallo garrafal, impropio de cualquier organismo o
institución que debe saldarse con la depuración de responsabilidades y el
establecimiento de mecanismos que impidan que un caso como este pueda volver a
ocurrir".
Pese a ese fallo
policial, el presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, fue el domingo a
'devolver' en persona el Códice a la Catedral, y este hecho ha sido duramente
criticado por los propios policías. Dice el SUP al respecto: "Ya está la
obra de arte en poder de la Iglesia; ya se han hecho las fotos, la propaganda
al más puro estilo bananero, soviético o de cualquier dictadura poco seria; y
ahora es el momento de pedir explicaciones por una chapuza que demanda ser
analizada para que no se vuelva a repetir".
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VEA LA DENUNCIA INICIAL CONTRA EL PRESUNTO AUTOR DEL ROBO DEL CÓDICE