sábado 07 de julio de 2012, 11:11h
El juez de vigilancia penitenciaria José Luis Castro ha autorizado el
traslado de un preso etarra, desde Cádiz a Bilbao, para que se haga pruebas de
fertilidad. Lo ha oído bien, amigo. Un juez ha utilizado el dinero de todos los
españoles, para que un etarra vaya a su tierra para saber si puede tener hijos.
¿Que pasa, que en Cádiz no hay laboratorios que lo hagan?
El
gobierno anda con la tijera de los recortes, y este juez derrocha dinero público
para bailarle el agua a un terrorista, que para más escarnio, es del núcleo
duro, de los que no se arrepienten de nada.
Esto es el mundo al
revés. Los pensionistas tienen que pagar sus medicinas, y al etarra de marras
le sale el viaje gratis total. ¿Le paga el Estado a un parado un viaje por toda
España para que se haga pruebas de fertilidad? Claro que no. Pues entonces, ¿por
qué se le tiene que pagar a un asesino?
Si el etarra quiere saber si puede tener etarritas, que espere, que
tampoco se hunde el mundo.
Este juez se cree que
impartir justicia es repartir caramelos. Se equivoca, señor juez, una cosa son
los derechos humanos y otra que nos tomen el pelo. Si tanto interés tiene en
que el etarra se desplace a su tierra, rásquese el bolsillo, y págueselo usted.
Ese viaje habrá hecho feliz a un terrorista, pero ha sido un insulto a millones
de españoles. Señor Juez, nos debe una disculpa. Y además, el dinero del viaje.