Empleo: el modelo empieza a funcionar
jueves 05 de julio de 2012, 08:09h
Resultan sorprendentes los análisis
simplistas que se están haciendo acerca del descenso del desempleo en junio de
90.000 personas. Pareciera haber sorprendido a todo el mundo el tirón alcista
de la contratación en el mes pasado y se dan las interpretaciones más chatas,
entre ellas la de que se trata simplemente de un fenómeno estacional, que se
repite todos los años. Sí, claro, eso es cierto, pero la cifra es demasiado
alta, la más alta en los últimos veinte años, para no sospechar que aquí está
sucediendo algo diferente. Y tampoco se trata, como dice el diario El País, de
un puro espejismo.
Si se observa más de cerca esa
información estadística, puede apreciarse que una considerable cantidad de
nuevos puestos de trabajo está compuesta por empleos de tiempo parcial y/o
salarios reducidos. Dicho de otra forma, por algo muy similar a los mini-jobs.
Es decir, ese modelo tan denostado ya está entre nosotros. Los sindicatos han
señalado ya la gran cantidad de empleo parcial que contiene este alza de la
contratación en junio y tienen toda la razón.
Mientras tanto, los representantes
políticos se encuentran despistados: la mayoría sostiene que es un dato
positivo del que hay que alegrarse, pero que hay que tomarlo con cautela.
Incluso el gobierno emite ese mismo discurso. Claro, el Gobierno lo hace porque
sabe que la recesión se va a agudizar en el segundo semestre de este año y con
ella se destruirá mucho empleo. Previsión bastante razonable por cierto.
Pero ese discurso no explica el
cambio que está ante nuestros ojos. Puede que el agravamiento de la recesión
destruya mucho empleo, pero mi previsión es que el aumento de la contratación
seguirá manifestándose. En otras palabras, que el modelo planteado por el PP ya
ha comenzado a funcionar. Y ello, entre otras razones, porque es un modelo con
garantía de éxito, como lo prueba el ejemplo de Alemania. Si se descontara el
miniempleo en las estadísticas alemanas, fácilmente se doblaría su tasa de
desempleo.
Porque no hay duda de que la gente
desempleada prefiere mil veces un mini-job que mantenerse en paro. Y las
empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, ven en esta opción su tabla de
salvación. Estos son los hechos incontestables y no tiene sentido llorar sobre
la leche derramada ni edulcorar la realidad. ¿Qué este aumento previsible de la
contratación a tiempo parcial significa un retroceso respecto de las
condiciones de empleo de hace sólo dos años? Pero por supuesto. ¿Qué va a tener
el efecto de reducir las rentas del trabajo? Desde luego. Pero también resulta
innegable que va a aumentar las cifras de empleo, tratando de compensar la
destrucción que está originando la recesión.
Más aun, es completamente demagógico
pensar que hay muchas alternativas al respecto. He dicho muchas veces desde
este rincón que la recuperación de la crisis sucederá fundamentalmente desde el
sector privado y eso exige una recuperación de su tasa de ganancia. El Estado
puede ayudar y sería necesario que lo hiciera, pero, por una vía u otra, las
relaciones entre capital y trabajo van a suponer algunos pasos atrás para este
último. Así funciona la economía de mercado, a menos que optemos por salirnos
de la oferta y la demanda para abrazar la planificación centralizada, algo que
ya no desea nadie.
Por eso insisto en que las posiciones
tipo "ni un paso atrás" son un completo engaño a la gente. A menos que nos
lancemos al conflicto violento. Los dirigentes de los grandes sindicatos saben
que no tienen más remedio que negociar cuantos pasos atrás serán necesarios. Ahora
bien, mi juicio es que esos pasos atrás deben ser entendidos como algo
estrictamente temporal. Ahora no hay otro remedio, pero en cuanto se comience a
superar la crisis, mantener deprimidas las condiciones de empleo se convierte
en una trampa mortal. Una economía en crecimiento que mantenga deprimidas las
rentas del trabajo se convierte en un freno a la productividad o simplemente
está basada en una dictadura política.
Pero de momento, creo que los datos
de la última EPA requieren de una lectura de mayor perspectiva. Parece
indudable que el modelo alemán ya ha empezado a funcionar en nuestros pagos.