La preocupación sigue llamándose crisis económica
miércoles 04 de julio de 2012, 08:11h
Superada la satisfacción por
el triunfo de "La Roja", y todavía sin haber digerido suficientemente la "gran
quema valenciana" de los incendios forestales, que ha podido dejar sin áreas
verdes a algo así como cincuenta mil hectáreas en una semana, las
preocupaciones de los españoles regresan, si es que alguna vez no lo fueron, a
la crisis económica. Aquella crisis que, en los primeros momentos, no quiso ver
Zapatero, y que tampoco vio Rajoy, obsesionado por llegar a la Moncloa. Para
Rajoy todo fueron torpezas e ineficiencias, incluso improvisaciones e ideas
repentinas, de su antecesor. Ahora, en cambio, se ve enfrentado a la cruda
realidad que le describen los diarios de manera permanente. Un repaso pormenorizado
de las cuestiones que, por ejemplo este miércoles, afloran en esos diarios,
conduce a comprobar las dificultades que aún quedan por superar, y que en gran
medida, están suscitadas por los efectos de esa crisis de nunca acabar: Hemos
pasado ya muchas adversidades, pero quedan otras cuentas por superar. Por
ejemplo, nos cuenta El País que las listas de espera quirúrgica suben un 17 por
100 por los recortes. Según El Mundo, el crédito no volverá a crecer hasta
2015, según los bancos, y las familias recurren por primera vez a sus ahorros
para llegar a fin de mes. La Gaceta abunda en esta misma materia: La crisis
ahoga como nunca a la clase media española. Las familias ya gastan más de lo
que ingresan y la capacidad de ahorro es negativa por primera vez desde 2005.
También señala esta particularidad de la crisis la portada de Cinco Días: Los
hogares se ven obligados a consumir parte de su riqueza, y la subida de
impuestos agudiza la pérdida de renta de las familias, mientras el Gobierno
anuncia que prepara restricciones de gasto muy severas. Es cierto que los datos
del paro registrado en junio, con el descenso "histórico" de casi cien mil
parados, han dado un respiro, y que el gubernamental La Razón celebra que "el
paro para", pero se teme que sea, además de leve, temporal o coyuntural. La
propia ministra Báñez, seriamente acosada por la filtración de los papeles del
ERE del PSOE a ese mismo diario ya mencionado, pide prudencia, y recuerda que
todavía hay cuatro o cinco millones de españoles que no tienen empleo...
Todavía dentro de las mismas graves preocupaciones de los españoles, se suma la
portada de La Voz de Galicia: El Gobierno proyecta el despido de miles de
empleados públicos, y lo hará con una reforma de la Administración con la que
pretende ahorrar 80.000 millones en esta legislatura. Habla, a su vez,
Expansión, de "despido para directivos públicos ineficientes", y avanza que el
Gobierno impondrá retribución variable y cesarán quienes no logren un mínimo.
Recuerda, asimismo, los anuncios oficiales: Rajoy anuncia que ahora toca pisa
el acelerador, y García Margallo se
refiere a las severas medidas que vienen...
Es, como decimos, la crisis de nunca acabar, de la que se sabe cuándo,
aproximadamente, se inició, hace ya cinco años, pero no cuándo podría terminar:
2013, 14, 15? ¿Cuándo regresaremos a los viejos esquemas, ahora en revisión
profunda, si es que alguna vez vuelven...? Hay algunas apreciaciones dignas de
tenerse en cuenta, como la que hace el consejero delegado del Banco de Madrid,
Joan Pau Miquel: En primavera de 2013 atisbaremos el final de la crisis",
asegura a El Economista. Explica la situación presente: "Agora estamos en un
momento de máxima presión, y la mejora no será de un día para otro, sino
progresiva. Previsiblemente, en la primavera de 2013 veremos las cosas de otra
manera. Comprobaremos si las medidas adoptadas por Europa funcionan. Podemos
tener en 2013 con crecimiento o con mínimo decrecimiento..." Pero ya es sabido
el recelo con el que los españoles recibimos los anuncios de "brotes verdes!" o
"luz al fondo del túnel". De momento, la dura realidad se impone, y los
anuncios de que el tiempo de sacrificios no ha concluido, para la reducción del
déficit, mantiene a muchos españoles en vilo. Ahora, parece que la mayor
preocupación podría centrarse en los recortes que pudieran producirse en la
función pública, tanto del Estado como de las Comunidades Autonómicas, en las
que está generalizada la impresión de que sobran centenares y miles de
funcionarios públicos. Pero prescindir de ellos tendría el efecto indeseable de incrementar la
presión social y las listas de parados, ambos termómetros ya en puntos
máximos... Esa amenaza parece que se contiene en el "paquete de restricciones
muy severo" al que hizo referencia el ministro Margallo, adelantando las
intenciones a su vez ya anunciadas por Rajoy. El ministro de Economía y
Competitividad, De Guindos, cree saber que ese paquete con que se nos amenaza
se retrasará hasta el día nueve, cuando reciba las recomendaciones del
Eurogrupo. Del mismo remitente de la línea de crédito-rescate "no gratuita" de los "hasta cien mil millones
para reponer el capital de las entidades bancarias en dificultades.
De modo que aún queda
desierto por atravesar, y con las temperaturas que se vienen produciendo...