A las revistas del corazón les
gustan las bodas más que a un tonto un lápiz. Claro que no es lo mismo una boda
de tronío (de una Domecq para más señas) que la boda de una tronista de
hombres, mujeres y viceversa. La vida es cruel y las diferencias de clase se
hacen evidentes justamente en situaciones como una boda. Sólo tiene usted que
comprarse el Hola (o similar) y comparar la bodas que tuvieron la semana pasada
en nuestro país. De un lado se casaba una Domecq con un Bultó y eso ya es
motivo de titular para Hola. Los novios no son conocidos pero los invitados,
algunos, sí. Véase Naty Abascal, hijo y nuera...Sin embargo la otra boda, ni los
novios son de tronío, ni muchísimo menos los invitados. Mire, pues no es lo
mismo el duque de Feria (el actual, por favor, el actual) que Kiko Rivera. Ni
tampoco es lo mismo Laura Vecino que Jessica Bueno. ¿En qué estaría pensando la
madre de Jessica cuando le puso ese nombre? ¿Qué telenovela estaría de moda en
esa época? ¿Qué clase de pensamiento ha de pasar por una madre, sevillana para
más señas, para ponerle a su hija Jessica? ¿No le valía Rocío, Triana o
Macarena? Se ve que no.
Los novios de la boda de no
tronío son Tamara Gorro, una ex tronista de hombre, mujeres y viceversa que si
no saben qué es eso les cuento: un programa de T5 donde se subastaba un hombre
o una mujer a varios pretendientes del sexo contrario. Algo como un prostíbulo
del amor sin sexo (al menos no delante de las cámaras) y donde, parecía
condición sine qua non que ellas tuvieron pinta de lumis de barrio y ellos
parecieran orangutanes de gimnasio bien pertrechados de músculo en los bíceps y
con razonamientos básicos sobre la vida y el amor. Algo espantoso, francamente.
Los novios freak no tienen
desperdicio. Él va vestido como un cantante de boleros de una orquesta cubana. Lo
de sus zapatos es inenarrable. La invitada estrella en el horterismo es, como
siempre, Rosa Benito quién, se pone una pamela y posa cual Carolina de Mónaco.
Lo de la niña Chayo no tiene arreglo. Igual es un tic en la boca pero su
sonrisa falsa, unido a los moños se pone y ese estilismo rancio hace que
siempre parezca tener cumplidos los 55. El marido vestido como un portero de
discoteca. Y el padre, Amador, con gafas de sol como si acabase de salir de un
after. En fin, un primor de familia.
Hay otra boda esta semana que
Hola no saca en portada pero que sí lo hace Lecturas y Semana. Es la de Raquel
Sánchez Silva y su ya marido, un cámara siciliano al que conoció en
Supervivientes. Ha tenido que ser una boda divertidísima. La novia, radiante,
él, un bombón y todos los invitados felices. Y, lo mejor de todo: fue colgando
en su perfil de twitter las fotos para evitar falsos robados, robados, posados
y demás fruslerías.
Love se nutre de fotos de cómo
los famosos empiezan a veranear. Que si Mar Saura empieza en Ibiza y acaba en
Soto (suerte tiene la condenada), que si Eugenia Silva se da un chapuzón y,
atención, sorpresa, otra que se sube al carro del famoseo patrio. Una tal
Andrea que sale con el hijo de la infanta Pilar y que, para darla a conocer la
revista pone que es íntima de Fiona Ferrer. Todavía no sabemos quién es la tal
Fiona, bueno sí, una rubia que posa en todos los photocall de Madrid y que su
boda con un Polanco causó indignación en Prisa por el estilo hortera y de derroche
en medio de una crisis. Y poco más.
De nuevo Sandra Ibarra da un
entrevista hablando del cáncer. Lo hace tan a menudo que corre el riesgo de
banalizarlo en demasía. Cuidado, Sandra. Lo poco agrada, lo mucho cansa. Gema
Ruíz ya está en capilla. La ex de Cascos se hace tratamientos de estética muy
raros y cada vez tiene más aspecto de chupa chups. Es todo cabeza. La cara está
perdiendo expresividad.
También en Semana viene una boda.
La de la hija de la novia de Palomo Linares. Un lío, sí. Dicen las revistas que
los novios querían una boda con acento venezolano. Y claro, oyes eso y te pones
a temblar. Nada hay más cursi que una venezolana contrayendo matrimonio y
diciendo sí quiero ante Diosito. En fin. Pero que no cunda el pánico. Nos
podían haber obsequiado con un posado en toda regla con una novia con corona
tipo miss Venezuela y han prescindido. Se agradece.