Cualquiera puede ser rico
viernes 22 de junio de 2012, 12:50h
Para
llegar a rico, aún continúa funcionando lo de ser hijo de papá.
Pero, a Dios gracias, cada vez menos.
En
las listas de los más ricos que publica desde 1976 la revista
Forbes, los herederos de grandes fortunas van siendo
reemplazados paulatinamente por multimillonarios de primera
generación, como el mexicano Carlos Slim o los
norteamericanos Bill Gates y Warren Buffet.
Ocurre
lo mismo en España, donde a las familias tradicionales de toda la
vida las sustituyen los nuevos nombres de Amancio Ortega,
Isaak Andic o Juan Roig.
A
ese fenómeno, claro, se le llama movilidad social. Quiere decir, en
esencia, que en las sociedades más desarrolladas uno no permanece
para siempre en la clase social en la que nace, sino que puede
labrarse su propio futuro.
La
prueba vuelve a ofrecerla la susodicha Forbes, con millonarios
veinteañeros, como Mark Zuckerberg (27 años) y Dustin
Moskovitz (27), la famosa pareja que fraguó Facebook.
Este
proceso, impensable en la sociedad estancada de hace algunas décadas,
es un camino de doble sentido, por supuesto: aparecen grandes
fortunas y desaparecen otras; mientras unos ascienden al gold
gotha, otros se despeñan por el abismo de la bancarrota.
Lo
peor de todo es que este segundo sentido es más transitado que el
primero y mientras grandes ejecutivos se aferran a sus bonus,
pensiones e indemnizaciones millonarias, la crisis conduce a la
miseria a muchísimas familias indefensas.
Mantener
intacta la posibilidad del ascenso social, al tiempo que se evite la
injusticia del empobrecimiento colectivo, es el gran reto de la
sociedad democrática. Conseguirlo o no sólo depende de nosotros.
Diplomado en la Universidad de Stanford, lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundo de Nueva York.
Entre otros cargos, ha sido director de El Periódico de Barcelona, El Adelanto de Salamanca, y la edición de ABC en la Comunidad Valenciana, así como director general de publicaciones del Grupo Zeta y asesor de varias empresas de comunicación.
En los últimos años, ha alternado sus colaboraciones en prensa, radio y televisión con la literatura, habiendo obtenido varios premios en ambas labores, entre ellos el nacional de periodismo gastronómico Álvaro Cunqueiro (2004), el de Novela Corta Ategua (2005) y el de periodismo social de la Comunidad Valenciana, Convivir (2006).
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