Shadenfreude y Eudaimonia
lunes 18 de junio de 2012, 11:17h
Lo parece, pero el título no refiere a ninguna hermosa leyenda germánica. Shadenfreude, en mayúscula como todos los sustantivos alemanes, significa el gozo que se siente ante la desgracia ajena. Es un término terrible porque habla de lo peor de nosotros, los humanos.
En estas últimas semanas hemos podido percibir en el ambiente un sentimiento generalizado de Schadenfreude ante la situación griega e incluso ante nuestro propio drama con la prima de riesgo. De alguna forma flotaba en el ambiente un anhelo recóndito y colérico de que Grecia votara un gobierno que la sacara del euro o, al menos, uno que no gustara a los mercados y provocara su salida y la caída consecutiva de España. Schadenfreude: no es exacto pero lo más cercano en español sería "la malevolencia", malem volere, querer el mal.
Los griegos han sido valientes. Sabedores de las apreturas adicionales que se les vienen encima, a pesar de lo interesante y tentador para la clase media y para una parte del sector secundario del regreso al dracma, conscientes de las carencias que tienen desde que entraron en default, han optado por un gobierno que les mantenga en el euro... aunque la segunda fuerza política es anti-rescate, lo que vale a decir ainti Europa.
Hay otro término en el título, Eudaimonia, griego y aristotélico. Es la plenitud del ser que Aristóteles entendió como "El ejercicio virtuoso de lo específicamente humano, es decir, la razón". Eudaimónica fue la decisión de los griegos por más que (solo) la tomara un 30%. Han optado por permanecer en la eurozona y les honra porque también nos da una tregua a nosotros. Al menos aparentemente.
Se abre un nuevo tiempo, Grecia inaugura una prórroga que acaso sea breve e inútil pero que, sin lugar a dudas, en este momento es oxígeno para Europa y así sea uno solo, un segundo más de vida es, simplemente, más vida.
Es hora o de eurobonos, o de poner la maquinita a hacer billetes o de monetizar la deuda periférica (o sea comprar nuestros bonos-basura) y las tres soluciones no son más que una y la misma cosa: Inflación. Hay que aceptar que es necesario un determinado nivel inflación para recuperar competitividad, poner a circular el consumo y con el los dineros y la inversión: vamos a tardar 2 años en crear empleo neto así que empecemos ya. Con eso se afianzará paulatinamente el euro.
Supongo que acabará ocurriendo. O lo espero más bien: el sufrimiento de estos últimos días, en vilo con Grecia tras la debacle de España en los mercados primario y secundario, nos ha hecho ver las orejas del lobo a todos: ¡Hasta Merkel retrasó su vuelo hacia la cumbre del G-20 para conocer los resultados electorales griegos y felicitar al ganador!
Es otro tiempo. La subida del IVA es inevitable y el presidente Rajoy haría mejor en mantener un perfil bajo sobre este asunto o acabará con un costoso y doloroso desgaste político. Es un nuevo tiempo. Las CCAA tienen que rebajar expectativas, gastos y gabelas: no puede haber 17 administraciones ni 17 políticas exteriores. Es un nuevo tiempo. El Parlamento tiene que abrir una comisión que investigue a Bankia y a las otras cajas de nuestros quebrantos. Y a sus respectivos Rodrigos Rato.
Es un nuevo tiempo, pero no un nuevo renacer y mucho menos dorado. Es solo ese segundo adicional de vida cuando la situación sigue siendo dramática: ya cae el Íbex 35 en 1.73% y 116 puntos. La prima está en 569 puntos básicos, el interés ha superado el 7% antes de las 11:00 am y el martes hay subasta de bonos españoles. Los mercados no van a detenerse entre otras cosas porque no son demonios, solo inversores en busca del mejor rendimiento al menor riesgo.
Es la hora de la inflación, me temo, y la mayoría socialista del PSF reforzando el poder del euro-díscolo Hollande parece apuntar por el mismo camino que los griegos. "Los dogmas del apacible pasado no sirven en el tormentoso presente", dijo Abraham Lincoln.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
8222 | @ kroker - 18/06/2012 @ 19:29:44 (GMT+1)
Efectivamente, la cosa se dirime entre a ATPC o intentarlo un poco más. La decisión griega es como llegar a la tanda de penaltis, una pequeña prórroga, una oportunidad pequeñita... para España. Me honras con la lectura habitual de mis columnas y sabes lo que pienso: yo creo que el euro es un quiero y no puedo, aunque es verdad que durante 11 años ha funcionado mejor que peor.
Hay una especie de ley que dice que un equipo de música nunca funcionará mejor que el peor de sus componentes (o sea si los bafles son malos, no sonará mejor que los bafles, si lo malo es el cd no sonará mejor que su calidad y si lo malo fuere el lector láser pues lo mismo) y luego está la ley bankia (dos m---as no pueden dar un pastel de nata). Ambas son de aplicación a la idea del euro: difícilmente una economía agregada puede evolucionar mejor que el peor de sus miembros.
Si Grecia hubiera elegido salir del euro, quién sabe cuánto faltaría para que el euro reventara y se originara una especie de tsunami planetario impredecible: probablemente se llevaría por delante a muchas economías emergentes y a otras tantas recién emergidas. Si yo fuera griego, es muy probable que hubiera votado por Tsipras amparándome en aut Caesar aut nihil. la verdad es que el resultado es tan pequeño a favor de la permanencia que mucho me temo que estamos en el último suspiro y que el único disparo posible se llama inflación. También estoy seguro que Deutschland no va a dar su brazo de hierro a torcer y que ni siquiera estamos a tiempo de una voladura controlada del euro. Lo que vengo en decir, al final de todos los finales, es que este es el campo, los bueyes son Merkel, Rajoy, Hollande y los chicos de Samaras que, como todos sabemos, fueron los que empezaron la boñiga helena, y que hay que arar porque un segundo más de vida es, después de todo, más vida. Un saludo desde estas tierras lejanas.
8214 | kroekr - 18/06/2012 @ 16:57:10 (GMT+1)
@ Shadenfreude y Eudaimonia
Como no me gusta el alemán, ni casi nada que venga de Alemania, evitaré pronunciar es palabro, que con nuestra lengua tiene más concomitancias con FRAUDE, que otra cosa. Ya hemos repetido hasta la saciedad, que en Grecia no se han hecho bien las cosas, que mintieron sobre sus cuentas, etc. etc.
Pero dicho esto, no es menos cierto que Alemania hace 10 años también mintió sobre sus cuentas cuando se unificó con la RDA, y el resto de Europa hizo la vista gorda, más que nada por altura de mirar y pasar página a la II Guerra Mundial. Y hablando del último conflicto bélico provocado por los teutones, todavía Grecia está esperando los 60.000 millones de euros que le debe Alemania como reparaciones de guerra, y que nunca ha reconocido, pues Grecia tuvo la desgracia de no estar en los Tratados en que se negoció la reparación de daños de guerra producidos por la Alemania nazi, al estar inmersa en una guerra civil y carecer de representación efectiva.
Tampoco el resto de Europa, NO le ha pasado factura a Alemania por la reunificación, que en gran parte también se hizo a costa de la Unión, o como mínimo, de mirar para otro lado, mientras Alemania no cumplía con los criterios económicos impuestos al resto de los miembros, pues trataba de dirigir como una anaconda, a otro Estado.
Ahora, al impresentable Merkel, que si no es por UE, aún sería "súbdita" de su RDA, se permite decir que Alemania ni quiere ni puede ayudar más. Un fraude.
La segunda palabra, no tengo yo tan claro, que la felicidad de los griegos consista en quedarse dentro de la Unión.
1º Los intereses generados por los rescates, son usurarios. Por tanto, no está en la obligación de pagarlos, salvo que se haga una quita equivalente a lo que tendría que pagar por ellos, financiándose igual que Alemania.
2º Fuera de la Unión, y al cabo de un año más o menos, podría empezar a crecer, puesto que tener una moneda propia, le daría más margen de maniobra. Puestos a realizar sacrificios, mejor en beneficio propia que de toda esa Unión insolidaria. Si el euro de jode, pues ídem, se lo han buscado.
3º El que debe y paga, no debe nada; y el que debe y no paga tampoco debe nada, ¡A.T.P.C!. La felicidad consiste en hacer lo que uno quiere, cuando quiere y como quiere.
Quedarse dentro de U.E., es tanto como el "vivan las caenas", y España haría bien en pensárselo....., la prueba está que la presión sigue. La guerra dólar-euro, puede acabar con todos.
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