Hay
semanas en las que ¡Hola! Nos deleita con bodas a todo trapo de personas que
nadie, salvo ellos mismos y sus invitados, conocen. Da igual quienes sean, si
son princesas y tienen castillo el reportaje queda muy lucido. La revista tiene
varias modalidades pero todas constituyen un nuevo y único rito, ya no sólo
está casarse por lo civil y por la iglesia. Añadan casarse por Hola. ¿Recuerdan
la boda de Fiona Ferrer donde nadie conocía a la novia pero sí había muchos invitados
famosos y una multitud de marcas patrocinando el enlace? ¿Y qué me dicen de las
bodas protegidas por el máximo secretismo como la Marisa Jara y Chente? Lo que
sí no logra Hola es que luego los novios terminen como el rosario de la Aurora.
Una lástima. Pero yendo a la boda de esta semana. Se han casado la princesa
Fabrizia Ruffo di Calabria con Borja Benjumea de Soto. ¿Los conocen? No
importa, son ilustres y llevan invitados idem.
A
saber: la archiduquesa Sofía. ¿Quién va a una boda y se encuentra con una
invitada así? Pues gente de postín, obviamente. O la princesa Gabriela de Kent,
o la mujer de Pedrojota que no es princesa pero manda mucho. Y si no son
princesas tienen algo, miren sino a Vega Royo-Villanova (descubierta hoy mismo
por el que firma). La autora de un egoblog donde se fotografía a sí misma y
dueña de una cuenta de twitter donde todo es siempre ideal, it, cool y
megacaro. Justamente en su último post con una redacción propia de una niña de
primero de primaria nos da detallada cuenta de las nacionalidades de los invitados
así como sus ilustres apellidos. Sólo le ha faltado añadir el saldo de la
cuenta de cada uno. Los Royo-Villanova son una familia de gente talentosa; Carla
es una empresaria de éxito, Guillermina una dulzura con un talento increíble
para la literatura, exactamente igual que su hermano Jaime. Y luego está Vega
que quiere ser celebrity y que para lograrlo tiene un blog donde cuenta lo
divina que es su vida. Bueno. Va camino
de conseguirlo, de momento la saca esta semana Love en portada (pequeña) Entre
otras cosas dice que la sociedad tiene mucha envidia. Supongo que para ella
envidia será que se la critique, por ejemplo, por su falta notoria de talento.
Se define a sí misma como it girl. Es una buena opción, le podía dar por
declararse escritora y quedarse tan pichi. No se extrañen si la ven firmando en
la feria del libro del año que viene. Las editoriales últimamente andan
perdiendo el norte. Lo bueno de estas trepas que últimamente pululan por las
páginas del cuore es que tienen una fama efímera, en realidad son tan frikis
como los concursantes de GH pero vestidas de Dior.
Diez
Minutos y Semana coinciden en la portada con Sara Carbonero. Mucho me temo que
este año, igual que pasó con el mundial, nos van a freír con portadas de la
eterna parejita. Ellos no son responsables pero el público, tampoco.