Lo dicho: el Gobierno de
Mariano Rajoy apuesta por poner en marcha mecanismos que favorezcan el "envejecimiento activo" de los jubilados con el objetivo de "mejorar su calidad de vida" y favorecer que puedan "compatibilizar" un empleo parcial con la percepción de su pensión. Una forma compleja de decir que España prefiere, para estabilizar el sistema de pensiones, que los mayores de 67 años sigan trabajando.
Mientras, en el país vecino, las cosas van a ser muy distintas, como ya se venía planeando pero ahora se confirma. El Gobierno francés aprobó el miércoles el adelanto en dos años de la edad de jubilación, hasta los 60 años, para quienes hayan cotizado al menos 41 anualidades. Una medida del programa electoral de
Hollande, tomada a 4 días de la primera vuelta de los comicios legislativos del próximo domingo. El decreto revisa la reforma de las pensiones adoptada por el anterior Ejecutivo de
Nicolas Sarkozy.
"Es una media de justicia", afirmó la ministra francesa de Asuntos Sociales,
Marisol Touraine, que justificó la urgencia con la que se ha adoptado en el hecho de que era uno de los compromisos de Hollande de la pasada campaña para las presidenciales.
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