De acuerdo con el Derecho comaprado, el estado de emergencia
es uno de los regímenes de excepción que puede dictar el gobierno de un país en
situaciones de perturbación de la paz normalmente resultado de alguna
catástrofe natural, de graves circunstancias políticas o de conflictos civiles
que se interpongan en el orden interno de una comunidad. En este caso la causa
del desorden es el 'huracán' Justin y sus 'believers'.
Noruega, sede del próximo concierto del joven cantante, se
está planteando seriamente decretar el estado de emergencia nacional e incluso
cancelar el espectáculo después de que la última vez que Bieber se presentara
en Oslo, sus fans revolucionaran la ciudad hasta tal punto que la policía se
veía incapaz de controlarlos.
Justin parece que no podría hacer daño ni a una mosca, pero
lo que parece que no sabe es que arrastra consigo a un número abrumador de fans
capaces de saltarse todas las leyes del mundo sólo por una hebra del pelo de su
ídolo.
Por suerte el cantante tiene algo de compasión por la
policía noruega y escribía en su perfil de Twitter antes de las estampidas de
su última visita a Oslo: "Por favor, escuchad a la
policía. No quiero que nadie salga herido. Quiero que todo salga bien, pero
vuestra seguridad es lo primero...". Ojalá esta vez los 'beliebers' le
hagan caso.
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