jueves 24 de mayo de 2012, 16:43h
En un país en el que sólo son noticia las malas noticias, la
desesperanza, el paro, la economía sumergida, la corrupción, la crisis
financiera, el desentendimiento político o la pobreza, deberíamos buscar soplos
de aire fresco. Hay algunos:
Que Rajoy haya conseguido unidad ante Bruselas con el apoyo, frío
pero expreso, de Rubalcaba y de Durán LLeida, y que haya frente
común en algunos asuntos con François Hollande sin empeorar las
relaciones con Angela Merkel. No se si nos van a dar cuartelillo en
Europa y van a frenar la sangría que sufrimos, pero la imagen de Rajoy -al
menos en estos días y sólo en Europa- es digna e infinitamente mejor que la de
Zapatero vagando por los pasillos del viejo continente. Ahora sólo hace falta
que el presidente siente a todos para lograr un pacto financiero, otro para
nombrar a los miembros del Tribunal Constitucional -que por cierto, en lugar de
amenazar podrían dimitir en bloque e irse a casa y ya se arreglaría todo-, al
presidente de RTVE, un pacto educativo, otro por la Justicia, un pacto social...
Todo es empezar.
Que vayamos, por fin, a crear un modelo de Formación Profesional que
combine formación y trabajo remunerado. Si esto funciona, todavía tenemos
futuro. O que se aumenten las exigencias académicas para obtener y, sobre todo,
para mantener una beca. Es de justicia. El ministro Wert se ha
encontrado con un plante de rectores de Universidad que debería reconducir,
pero sin perder de vista que si los rectores siguen de espaldas a la sociedad y,
sobre todo, a la realidad, acabarán más solos de lo que están y la Universidad
española seguirá bajando enteros en todos los rankings de calidad.
Que las grandes empresas que se integran en el Consejo de Competitividad
lancen una campaña para defender España y que avalen las reformas que está
emprendiendo el Gobierno y denuncien el castigo injusto a que estamos siendo
sometidos. Hace poco, Telefónica, Iberdrola, Repsol y otras muchas empresas
eran grandes en España e insignificantes en el mundo. Hoy eso ha cambiado. Lo
mismo sucede, por ejemplo, con Escuelas de Negocios como IESE, Instituto de
Empresa o ESADE, que se codean con las mejores del mundo en la cabeza de los
rankings. ¿Por qué no podemos ser iguales en otros sectores?
Que Iberia Exprés, la compañía "b" de Iberia, que provocó el plante de
los pilotos de la "a", entre en el top
ten en su primer mes de actividad. ¿Era una buena idea?
Que los Príncipes de España celebren su octavo aniversario, felices
-¿dónde están los que auguraban tres meses a la pareja?- con jóvenes en riesgo
de exclusión social en un taller de formación laboral.
Este país secuestrado por la crisis más dura de la democracia tiene
momentos para la esperanza. No debíamos mirar tanto hacia lo negativo para no
hundirnos en el agujero.