domingo 20 de mayo de 2012, 09:52h
Nunca olvidaremos el eco que en la España del 92 tuvo la "marcha negra" hacia Madrid que realizaron 500 mineros leoneses. Los campos curtidos por el sol, recibían a hombres curtidos en la sombra de la mina. "Ahí están, estos son, los que arrancan el carbón." Con su grito de denuncia, encontraron el calor de la solidaridad ciudadana. Han pasado muchos años, y el minero ha vuelto a perder. Los hombres de la mina sufren, otra vez, una terrible decepción. La patronal y los sindicatos mineros denuncian que el gobierno ha engañado a las comarcas del carbón. Los Presupuestos Generales del Estado aplicarán drásticos recortes a la minería leonesa y el secretario de Estado de Energía ha ratificado que la postura del Gobierno es inamovible. Se enciende otra vez la mecha de las movilizaciones, si no se escuchan las quejas del sector minero y si no se busca, con urgencia, una solución que frene el colapso hacia el que se encamina el carbón. Mañana, los sindicatos van a organizar un calendario de de movilizaciones, y por su parte, los empresarios preparan una ronda de contactos para sumar apoyos. El carbón se ha puesto en marcha, en la calle y en los despachos, con pancartas y con negociaciones, y el Gobierno no puede hacer oídos sordos. Perder las minas es perder el corazón de la tierra. De nuestra tierra. No se puede destruir de un plumazo tanto esfuerzo y tanta fe. El corazón de león de mi tierra está dispuesto a llamar a todas las puertas, para reivindicar una solución estable a este dramático problema. El minero esculpe la roca extrayendo de ella su energía, a costa de su esfuerzo, e incluso de su vida, y tiene mucho que decir a una sociedad preocupada exclusivamente por los datos macroeconómicos. Los teletipos sólo se acuerdan de la mina, cuando se alza en rebeldía, y plantea sus reivindicaciones. El minero continúa buscando una mano tendida de comprensión, porque decir mina es decir verdad. A la Europa de los mercados y de los mercaderes hay que darle una pasada por la solidaridad. Y para dársela, ahí están, estos son, los que arrancan el carbón.
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Últimos comentarios de los lectores (1)
6967 | Rosa Paredes - 21/05/2012 @ 10:35:15 (GMT+1)
Luis, me temo que ese carbón encendido que ha salido a la calle en busca de soluciones a sus terribles problemas no va a encontrar por parte de este gobierno que se creen en posesión de la verdad y hoy por hoy con su hacer están perjudicando a los más desfavorecidos y "respetando" los honorarios de las altas esferas, que es donde tendrían que meter mano, respuesta alguna. Toda honrada profesión, y sobre todo ahora que abunda el fraude, la corrupción, blanqueo de capital, elevada tasa de paro, e injusticias de todo tipo, es digna de mi admiración. Ahora bien. Hay dos, en concreto, que merecen mis respetos y consideración por el riesgo que las mismas implican. Hombres de la mina. Hombres de la Mar.
Se adentran, día a día, en un mundo oscuro y profundo. El terrible grisú hace mella en sus pulmones y va mordiendo lentamente...
Ya en las profundidades y ante la oscuridad que los rodea, encienden la lámpara que llevan incorporada al casco y dan paso a la luz artifial en esa negrura de la tierra. Arriba, los seres queridos y ante el temor de un derrumbamiento que los deje sepultados para siempre, rezan lo que saben, con la esperanza de verlos subir de nuevo. Pico y barrena.
¡ Hombres de la mar! Los veo partir del puerto. A medida que esas barcas de pesca se van alejando, musito un ruego- "volver pronto, sanos y salvos" Se van a extender, en ese mar inmenso, las remendadas redes. Buscan el sustento que poner a la mesa. En noches cerradas cuando la niebla lo cerca todo, desde mi dormitorio oigo el lamento de las sirenas. Quieren irse a dormir y llegar a puerto, pero esa densa niebla que los envuelve, no los deja. En la lejanía, observo la luz del faro que guía sus pasos...
Mineros, y Hombres de la mar. Es mucha la admiración que siento por vosotros. Hay profesiones que por el peligro y sufrimiento que acarrean, tendrían que estar mejor pagadas. Por desgracia, perciben el salario del miedo...
http://rosaparedes-rosa.blogspot.com
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