Maniobras militares sin avisar y en un aniversario luctuoso
viernes 18 de mayo de 2012, 10:34h
Estudiaba yo Economía en la Universidad Católica de los jesuitas en Caracas. Un fin de
semana, me pidieron en nombre de EGl (Euzko Gastedi del Interior) que me ocupara de la acción clandestina que llevaba
el Grupo desde Venezuela que era la Txalupa (Radio Euzkadi con tres programas diarios de media
hora transmitiendo en onda corta) y la revista Gudari. Su entonces responsable,
el abogado donostiarra Alberto Elosegui, se trasladaba con su familia a Londres y necesitaban un loco como
yo, para ocuparse de esas cosas. Eso sí, desde la clandestinidad, sin decir nada a mi familia y
asumiendo un nombre supuesto.
Alberto Elosegui tenía dos. Paul de Garat y Pablo Romero. Yo desde entonces iba
a ser Ignacio Romero y toda la correspondencia a futuro llegaría con ese nombre. De esta
forma me convertí en Ignacio Romero, hasta tal punto que en unas navidades
cuando fui a visitarle al vicepresidente Joseba Rezola en su casa de Donibane fui como
Ignacio Romero. "Con ese nombre me lo imaginaba a usted con más edad y una
guitarra" fue el saludo que me hizo aquel fantástico abertzale.
Ya
casi me había olvidado de que un día fui Ignacio Romero Y por eso cuando de
vez en cuando veo el nombre, me acuerdo de aquellos viejos tiempos de doble vida
y de la descripción de Rezola. De ahí que, mis
ojos no podían dejar de fijarse en un
reportaje que el diario El Mundo publicó el pasado sábado 12 de mayo. Decía en el título: "Ignacio Romero. El yerno carlista del ministro" y
le acompañaban dos fotos. Una de éste Ignacio Romero y otra del ministro
Morenés con su hija. El novio, Ignacio Romero, llevaba el uniforme de gala de
Maestrante, y parecía un domador del circo de Ángel Cristo. Sable, sombrero con un penacho de plumas, casaca roja con
galones y botas con espuelas.
¡Caramba!, me dije. ¿Quién será este personaje
tan disfrazado?. El hombre no tenía la pinta de un resistente
clandestino y por eso me interesó la descripción que hacía Antonio Rossi de mi homónimo Ignacio Romero.
"Pedro Morenés y Álvarez de Eulate, actual ministro de defensa, es aristócrata de
cuna. Como otros muchos políticos del PP, su familia entronca con la más pura
nobleza española. Es hijo de los vizcondes de Alesón y nieto de los condes de
Asalto, distinguidos con la Grandeza de España, además de ser pariente
directo de los marqueses de Perinat o de los trágicamente asesinados marqueses
de Urquijo. Esta pasada semana se celebró en Sevilla la boda de su hija mayor
Isabela. Pedro Morenés Eulate, como se le conoce oficialmente, ha preferido suprimir
él "Álvarez de", quizás por no sacar a relucir su noble linaje. Está casado con la
vizcaína Goretti Escauriaza y tiene tres hijos: Ramón, Isabela y Sofía.
La boda ha
pasado casi desapercibida en las revistas, pero ha sido uno de los enlaces más comentados de la ciudad. Y no por el ministro y parte de los miembros de
la ejecutiva del PP que acudieron al enlace, sino por el novio. "Ha sido una boda buenísima, él es un partidazo", repiten sin cesar.
Ignacio Romero
Contreras no tiene título pero puede presumir de
linaje aristocrático puro y posee una historia familiar ligada al carlismo
(movimiento político que reivindica desde 1833 el trono español para los
descendientes de don Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII, en vez de los de
su hija Isabel II),
tanto por la vía paterna como por la materna. Causa
que por cierto él defiende de manera explícita.
En su blog personal, se define como "católico,
apostólico, panibérico, tradicionalista a la par que liberal y del Atlético de
Madrid".
Su padre, Enrique Romero y Solís, es el duodécimo de
los catorce hijos que tuvo Ignacio Romero y Osborne, V marqués de Marchelina,
un histórico activista de la causa carlista. Por él precisamente le pusieron Ignacio. En 1936 su abuelo, el marqués,
teniente de artillería retirado, traficó junto a Manuel Fal Conde con armas
para apoyar las sublevaciones contra la República y en los 70, y como jefe del
partido Carlista".
"Dios los cría y ellos se juntan", pensé. Seguramente
a esa boda no le hubieran invitado los Morenés a Sabino Arana. La Real Maestranza de
caballería de Sevilla se remonta a
1670. Es una institución nobiliaria cuyo hermano mayor es el rey. Según sus normas para ser
miembro es imprescindible "ser español, profesar la fe católica, probar la nobleza de
los cuatro primeros apellidos, acreditar una excelente conducta moral y no
tener deudas".
Leyendo todas estas descripciones me di cuenta que cuando el
martes pasado el ministro Morenés fue al Senado a contestar dos preguntas, de
Alberto Unamunzaga y mía, sobre las maniobras militares en Elgeta, no sabía que este señor de Neguri había pasado un fin de semana
tan patriótico y que quizás esto le
obligaba a contestarnos como si de un parte de guerra del Cuartel del Generalísimo se tratara.
En efecto. Mi pregunta le inquiría sobre cuáles eran las
razones por las que el mismo día, 24 de abril, en el se cumplían 75 años de la entrada en Elgeta
de aquel salvaje, el general Camilo Alonso Vega, a quien sus compañeros de armas por bruto le
llamaban Don Camulo, el actual ejército español sorpresivamente y sin aviso previo
pasaba por Elgeta como recordando a sus habitantes que aquello había sido una conquista
militar después de durísima batalla en las
Intxortas, miles de muertos y a dos días del bombardeo de Gernika.
EI ministro, muy digno, como si tuviera
puesto el traje de Maestrante, me contestó:
"Señoría, llamar
maniobras militares al paso de treinta soldados en una marcha por Elgeta me
parece exagerado. Los soldados hacían turnos por secciones de compañía de treinta
personas. Pasaron por Elgeta como un punto más de un amplio circuito
dentro de Guipúzcoa que empezaba en Deba y terminaba en Tolosa; cosa que, por cierto,
hacen frecuentemente. No se realizó ningún tipo de actividad peligrosa para la población, no se causó objetivamente
ningún tipo de molestia, se escogieron las primeras horas del día -las seis de
la mañana- para minimizar el impacto causado al tráfico rodado o incomodidades
para los vecinos. Además, como su señoría sabe perfectamente, el Ejército de Tierra
está en su pleno derecho y, sobre todo, en su deber de realizar estos
ejercicios cómo, cuándo y dónde considere necesario en todo el
territorio nacional para cumplir con su obligación de adiestramiento y, con
ello, de sus misiones" (aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario Popular
en el Senado).
Lógicamente no me quedé satisfecho con la respuesta y
le dije que si quería en lugar de "maniobras militares" le llamáramos "paseos
militares" sin aviso, porque sí y obviando un aniversario tan luctuoso, pero el
hombre se mantuvo en sus trece. Lo mío era grandilocuencia mal intencionada,
exageraciones añadiendo que él además hundía sus raíces en el País Vasco "exactamente
igual que usted, y por eso, las hundo también en España" (Grandes aplausos en
los escaños del Grupo Popular).
La siguiente
pregunta fue la del senador por Amaiur Alberto Unamunzaga que leyó el terrible
testimonio que aparecía escrito en una placa que se encuentra en el caserío
Antxoa Basterrekoa, situado en Elgeta y que es el caserío de su familia.
"Cuando los franquistas llegaron al caserío el 24 de
abril de 1937, sábado, a las cuatro de la tarde, nuestro padre y otros 7 vascos estaban guarnecidos
en un hoyo junto a la casa, ya que los bombardeos eran terribles. Les dijeron
en español: Salid todos para morir. Nuestro padre, Vicente Garay, salió diciendo que él era el dueño de la casa y
que qué querían. Le respondieron: ¡Manos arriba! Y le dispararon matándolo en el
acto. A otros 3 los mataron junto a la puerta, y a los otros 4 los abatieron junto a otra puerta.
Había naturales de Azpeitia y de Mondragón. Nuestro hermano, el
hermano de mi abuela -al que he tenido la grandísima suerte de conocer- con 11 años fue testigo;
vivió todo aquello; y los enterraron junto a la casa, en los agujeros de las
bombas producidas por la aviación alemana".
Este es uno de entre los, desgraciadamente, demasiados
testimonios de familias que fueron víctimas de los hechos ocurridos el 24 de abril del treinta y siete, el día en que las
tropas franquistas entraron en Elgeta, dejando a su paso un reguero de
asesinatos y de violaciones.
Pero el ministro ni se inmutó. Como toda
explicación le contestó lo mismo que a mí y cerró justificando la violencia con
este comentario:
"Dado que parece que conoce bien la historia de Elgeta, le diré que habrá reparado en la
imposibilidad total de encontrar un solo día del año en el que no se
haya combatido a lo largo de la historia en el pueblo y sus proximidades. Solo
en los últimos 220 años, desde la Guerra del Rosellón, a la Guerra Civil, pasando por la Guerra de la
Independencia y las Guerras Carlistas, no encontraríamos una sola fecha libre de
suceso luctuoso".
Y se quedó tan
pancho. Entiendo porqué Ignacio Romero fue a la boda vestido de Maestrante.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (7)
6964 | Cuquiña - 21/05/2012 @ 10:35:12 (GMT+1)
Sr. Anasagasti, le estoy viendo en el Gran Debate de Tele 5, y solo le ha faltado bajarse los pantalones y algo más ante el Ministro Principal de Gibraltar, pues claro que los gibraltareños quieren ser ingleses, ¿acaso no hay cientos de miles de ingleses en toda la costa del Sol? podrían ser británicos pero el Peñón de soberanía española. Montse sí que ha sido valiente diciéndole que es un Paraíso Fiscal donde se blanquea dinero del narcotráfico, vd. es un cobardón antiespañol
6965 | Cuquiña - 21/05/2012 @ 10:35:12 (GMT+1)
No puedo menos que insistir en su intervención increíble en el Debate de Tele 5, hablando de defender a las personas en este caso los gibraltareños, ya me gustaría verle a vd. defender con el mismo calor a las víctimas del terrorismo. Claro que quieren ser británicas por el enorme dineral que reciben 28.000 habitantes cuando allí están inscritas 80.000 empresas. Pero el territorio la soberanía del territorio claro que tiene que ser española
6931 | Luis - 19/05/2012 @ 19:03:04 (GMT+1)
Yo no sé qué aporta este señor a DC sino mensajes de desprecio, odio y enfrentamiento. ¿Qué pinta un enemigo declarado de España pontificando cada lunes o cada martes por aquí?. ¿Es muy progre ser separatista y dar cabida en la sección de opinión de un periódico español a personas que quieren destruir la convivencia entre los españoles?. Los separatistas tienen mil y un medios a su disposición como para darles cancha en un periódico que se supone que defiende la unidad de España y su sistema democrático.
6925 | Esteban - 19/05/2012 @ 19:03:03 (GMT+1)
Disculpe Sr. Anasagasti, sin acritud, pero los últimos 30 y pico años, ¿usted estudia ó trabaja?
Se lo diré de otra forma, Anasagasti Barkatu, baina azken urteetan 30-bakoitiak ikasi duzun edo lan egin?
6926 | marcelino - 19/05/2012 @ 19:03:02 (GMT+1)
Muy bueno,a mi también me gustaría saber a que se dedica este señor y si no es español que co...o hace en el Senado cobrando de los impuestos de los españoles.
6923 | kroker - 19/05/2012 @ 19:02:54 (GMT+1)
Es usted tan mezquino como lo fue su particular líder elevado a los altares, el nazi-fascista Sabino Arana. Haber Mr. Retornado, si cada vez que llega una fecha de un asesinado por eta, se fueran a prohibir actos a los proetarras de Bildu o a ustedes mismos los nuevos independentistas del PNV, no quedarían fechas libres en el calendario para realizar sus actos políticos. La pestilencia nacionalista, es que no le deja a usted vivir.
6919 | Cuquiña - 19/05/2012 @ 19:02:52 (GMT+1)
Así que el atuendo de Maestrante le parece el de un domador del circo de Angel Cristo ¿y que le parece la apariencia de los etarras con cara de raso, ensuciando la chapela y la bandera del PNV ahora también del País Vasco. Qué comentario más ligero, más engreído, como si vd. fuera el metro patrón. ¿acaso van a tener que preguntarle a vd. cuándo pueden desfilar unos soldados por un territorio español. Yo también pertenezco a una nacionalidad histórica, Galicia, con más alcurnia, con más literatura y con más modales que la suya, no me refiero a Venezuela, y no me siento propietaria de mi querida tierra, todos los que en ella vayan, militares o paisanos pueden sentirse en su casa. Vd. despide de su tierra a los que opinan diferente,
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