Rostros torturados: Rajoy y Mas
viernes 18 de mayo de 2012, 09:52h
Dos estampas preocupantes. El
rostro de Mariano Rajoy durante sus declaraciones en los pasillos del
Parlamento, y el de Artur Mas en la entrevista televisada que hizo Josep
Cuní. Rostros sufrientes de dos presidentes sufridores, que no transmitieron
esperanza y optimismo, sino preocupación.
Daban la impresión de que podían
perder la brújula y la ilusión. Están poniendo al límite sus esfuerzos para
salir de la crisis, y esta no da señales de aflojar. Entonces, 'hechos los
deberes', como aseguran, buscan desesperadamente la salvación en otros planeamientos. Rajoy, clamando
a Europa para que nos ayude; Mas, alentando al enfrentamiento con el Estado al
que acusa de chupar la sangre catalana. Parecen recursos de quienes se siente al
borde del naufragio. Unos hablan del
caos griego, otros de elecciones anticipadas.
Si España está haciendo 'los
deberes' que le impone la Europa del euro, es lógico esperar que ahora nos ayude.
Que no nos ahogue con más sacrificios económicos y sociales. Pero, ya es sabido,
en los asuntos internacionales priman los intereses propios y los egoísmos de los
estados. La solidaridad viene por añadidura, cuando puede ayudarles a ellos a
no hundirse más. Hay que reclamar su ayuda, pues ningún Estado saldrá solo de la
crisis, en un contexto en que hay que hacer
frente a desafíos globales, a la feroz competencia de los países emergentes o
ya emergidos. Pero la solución empieza dentro
de cada país. Y para esto, aunque a un Gobierno con mayoría absoluta le toca gobernar,
conviene que lo haga con el concurso de las fuerzas políticas y gobiernos
autonómicos (que también son Estado y hay que comprender) con sentido de la responsabilidad
colectiva. Más diálogo y comunicación, y menos decretos ley. Para apoyar la
gobernabilidad, no para frenarla.
Y si Catalunya alardea de haberse
adelantado en las medidas de austeridad, es comprensible que reclame un trato
menos gravoso e injusto, dentro de la solidaridad, para no perder fuelle como
motor económico, en interés propio y del Estado. Sin locomotoras potentes que
tiren, el tren económico se parará para todos. Pero hay que decir que es una
irresponsabilidad alentar desde el Govern, y sus medios, a lo que se llama un
"choque de trenes" para desengancharse del resto del Estado. En un "choque de
trenes" todos perderíamos, principalmente Catalunya (como otras veces), que es
la parte más débil. Y en una gravísima crisis económica y social, como la que
vivimos, provocar ahora (al margen de ideologias y sueños históricos), una
radical crisis política de Estado, de enorme gravedad y consecuencias
imprevisibles, sería algo mucho más grave
que una irresponsabilidad; sería un suicidio colectivo.
Los rostros -últimamente
mostrados- sufrientes, casi abatidos, de los presidentes Rajoy y Mas, no son un
buen augurio pàra nadie. Menos enfrentamientos y más colaboración. Calma y
sentido común.