Llegó la hora del patriotismo, señor Rajoy
jueves 17 de mayo de 2012, 09:42h
¡Por
fin! Aunque pareciera que le doliera el alma mientras lo decía. Aunque haya
tenido que esperar a que la prima de riesgo superara los 500 puntos. Aunque
Elena Valenciano le mirara por detrás como si estuviera a punto de romper la
vajilla de cristal repujado. Aunque lo haya planteado con rodeos, como la
necesidad de un consenso y no como lo que se necesita claramente, un pacto de
Estado. Pero la cuestión es que dio el paso y ahora es sólo cuestión de
empujarle, como hace hoy el editorial del diario El País, para que no se
arrepienta. Porque finalmente, el líder de la oposición, Alfredo Pérez
Rubalcaba, planteó ayer en el Congreso la oferta de un acuerdo político con el
Gobierno para enfrentar la gravísima crisis económica. Como dice el viejo
refrán, más vale tarde que nunca.
Ahora
la pelota está en el campo del Presidente de Gobierno, Mariano Rajoy. En su
respuesta parlamentaria al planteamiento de Rubalcaba, pareció que contestaba
afirmativamente, pero sin estar convencido del todo. En otras palabras, dio la
sensación de estar medio sorprendido, como si no tuviera otra cosa que un guión
tradicional para responder a las críticas centrales que el PSOE le iba a hacer.
Así que cuando el principal partido de la oposición le tiró el guante del
acuerdo, no tuvo reflejos suficientes y prácticamente balbuceó, dejándolo caer.
Por
esa razón, la ciudadanía y los medios de comunicación más conscientes no
pueden, no podemos, dejar pasar la situación creada al respecto como si fuera
un fleco más de la frondosa coyuntura. La opinión pública, que ha venido inclinándose
progresivamente hacia la convicción de que es necesario un pacto de Estado para
enfrentar mejor la crisis, debe fijar este hecho político y exigir una
actuación consecuente del Gobierno y de la oposición, pero sobre todo del
Presidente de Gobierno.
Mariano
Rajoy debe abandonar de una vez esa actitud medio autista que ya le perjudica
abiertamente, si es que en algún momento le sirvió para paliar el desgaste.
Ahora ya le han propuesto un acuerdo político y no es posible que siga mirando
para el ciprés. De manera insoslayable, ha llegado el momento de probar el
patriotismo que reclama de otros. Hacer
oídos sordos o minimizar la propuesta de un acuerdo entre las fuerzas
políticas, comenzando por las principales, sería una muestra palpable de que el
PSOE tiene razón cuando le acusa de estar sesgado ideológicamente cuando adopta
las medidas duras, que el Presidente de Gobierno considera absolutamente
necesarias. En otras palabras, si Rajoy deja caer el ofrecimiento en saco roto
estará evidenciando que pone los intereses partidarios por encima de los
intereses nacionales.
El
primer paso a dar en la dirección del acuerdo es la convocatoria de la
oposición, si se quiere comenzando por el principal partido, para revisar
conjuntamente la situación y examinar que asuntos tienen ya un consenso más
fácil. Este primer paso debe entenderse solamente como el inicio de un proceso
para ir consiguiendo acuerdos inmediatos, hasta lograr un pacto de Estado para
una política por la estabilidad, el crecimiento y el empleo. Dicho de otro
modo, comenzar a caminar juntos debe entenderse como un camino sin retorno, al
menos hasta que el país se aleje considerablemente del abismo. Porque, desde
luego, los que nos llamaron alarmistas cuando hace meses dijimos que ya
sentíamos el vértigo del precipicio, hoy deberían aceptar que eran simplemente
optimistas mal informados.
En
fin, don Mariano parece que estamos en el momento de mostrar el verdadero
coraje que hace falta para labrar el consenso. Debe usted recoger el guante que
tiene delante. Llegó la hora del patriotismo, señor Rajoy. Ahora veremos quién
es quién.