José Manuel Gómez
Benítez, el hombre de Rubalcaba en el Poder Judicial, ha hecho temblar los
cimientos del órgano de Gobierno de los jueces: según algunos, su denuncia contra
Carlos Dívar podría inscribe en un proceso de desestabilización que tendría su
origen en un supuesto ajuste de cuentas. Ahora sólo quedan dos vías: si la
Fiscalía admite la denuncia y actúa contra Dívar, la Presidencia del CGPJ
saltará por los aires; si la Fiscalía la archiva al no observar delito, Gómez
Benítez queda al pie de los caballos. He aquí las claves de un asunto muy
complejo.
En medios judiciales no
pasa desapercibido que
la denuncia de
José Manuel Gómez Benítez contra el
presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo,
Carlos Dívar, por pagarse,
supuestamente, hoteles de lujo en Puerto Banús a cargo de los presupuestos del
Consejo, se haya producido una semana después de que el exjuez
Baltasar Garzón haya
protestado públicamente porque le redujeran la escolta y, sobre todo, porque le
quitaran el coche oficial. Hay quien en medios judiciales señala que podría
apreciarse hay una relación de causa-efecto.
Quienes así lo piensan
dentro de la carrera judicial tienen en cuenta por un lado el carácter de este
vocal del CGPJ, y por otro, el conocimiento de que Gómez Benítez es íntimo
amigo del exjuez Garzón, de quien fue, además, abogado. Pero citan
específicamente que Gómez Benítez es un hombre de absoluta confianza del líder
de la oposición,
Alfredo Pérez Rubalcaba. Para esos medios, la conclusión es
obvia: ¿está pensando el PSOE desestabilizar el actual Poder Judicial?
De Gómez Benítez muchos recuerdan
su actuación como uno de los cuatro negociadores del Gobierno con ETA entre
2006 y 2007. Es cierto que, en buena medida, la dureza de su carácter supuso un
impedimento para un culminar diálogo con la banda terrorista, pero no es menos
cierto que cumplía al pie de la letra las órdenes que le impartía directamente Pérez
Rubalcaba, entonces ministro del Interior y sobre quien pivotaba toda la
negociación con la banda armada.
Tras aquella aventura,
Gómez Benítez obtuvo una vocalía en el CGPJ a propuesta del PSOE con la misión
-nunca confesada, pero evidente- de hacerse con el control del órgano de
gobierno de los jueces en un momento que se adivinaba especialmente delicado.
No pudo ser; Gómez Benítez fue nombrado vocal, pero no logró convertirse en el
núcleo motor de ese Consejo General renovado y se quedó en un discreto tercer plano,
con escasas funciones.
El origen de la denuncia
contra DívarSiguiendo este orden cronológico, hace unos meses, otro vocal
del CGPJ, al apreciar el aumento desmesurado de gastos en cuestiones como
viajes, etcétera, convención a la Comisión Permanente para solicitar todos los
gastos obrantes en esos conceptos. La idea era transmitir la necesidad de que en
estos tiempos de crisis la austeridad se asentara también en el Consejo General.
El objetivo se cumplió: los gastos se redujeron considerablemente.
Sin embargo, los órganos
correspondientes no facilitaron en un primer momento toda la información
relativa al presidente del Consejo y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar. Ahí es
donde Gómez Benítez inició su particular investigación, según las fuentes
consultadas por
Diariocrítico. Los servicios del CGPJ remitieron entonces -esta
vez sí- toda la documentación de la que se disponía con respecto a viajes,
pagos, etcétera, de Carlos Divar.
Gómez Benítez siguió
insistiendo para que se desgranara cuáles de aquellos viajes habían sido
oficiales y cuáles fueron de origen privado, al observar que en un año se
habían producido no menos de cuatro estancias aparentemente no justificadas en
lujosos hoteles de Marbella y Puerto Banús.
En este punto es donde
las fuentes difieren: algunos señalan que los servicios del Consejo
explicitaron que al menos cuatro viajes a Puerto Banús habían sido privados,
pero que se habían pagado, según se deducía de los informes de gastos, por el Consejo
General en vez de por el propio presidente del organismo. Y según otras
fuentes, Gómez Benítez habló con Carlos Dívar para que abonara esas cantidades,
obviando tal recomendación.
La denuncia ha caído como
una bomba en el seno del CGPJ, mientras
Dívar ha desmentido los datos ofrecidos
por Gómez Benítez y afirma en una
nota oficial emitida en la mañana de este
miércoles que siempre ha desligado los viajes oficiales de los privados,
muestra su "sorpresa" por la citada denuncia y se pone a disposición
de la Fiscalía para entregar cuanta documentación requiera.
Llegados a este punto,
medios judiciales dicen que ahora toca esperar a ver qué decide la Fiscalía, pero
ven dos posibles caminos antagónicos: que el fiscal decida que puede haber
causa e inicie una investigación, con lo que Dívar estaría moralmente obligado
a dejar su cargo; o que el fiscal archive la denuncia, con lo que Gómez Benítez
quedaría bajo los pies de los caballos y Dívar fortalecido.
Otras fuentes ven como
origen de esta explosión controlada de Gómez Benítez motivos mucho más
políticos. Pero ésa es otra historia.