¿Qué hace Gordillo en IULV-CA?
jueves 03 de mayo de 2012, 08:21h
Aquellos que le conocemos desde hace
más de tres décadas, que le hemos entrevistado en su despacho de la Alcaldía de
Marinaleda con el poster del Che Guevara como testigo mudo e
imperturbable de sus consignas, que hemos presenciado ocupaciones de fincas
junto a su camarada Diego Cañamero con sus jornaleros del SOC,
que hemos asistido a una huelga de hambre trufada de bocadillos a escondidas en
el Parlamento, que hemos contemplado sus manifestaciones y diatribas contra la duquesa
de Alba y su amistosa entrevista con Cayetano Martínez de Irujo, que
llevamos décadas oyendo sus mítines revolucionarios al más propio estilo
bertolucciano de Novecento, que nos conocemos al dedillo sus soflamas
colectivistas sobre la reforma agraria y su malogrado cooperativismo
pseudocomunista en latifundios expropiados por la Junta como El Humoso. que
hemos comprobado como un deprimido pueblo de la Sierra Sur sevillana pasaba del
hambre al pleno empleo y cambiaba de cara de la noche a la mañana por el miedo
de algunas instituciones y políticos de la "gauche divine" a que se
convirtiese en el referente revolucionario de los sin tierra en unos años en
los que la progresía de izquierdas soñaba aún con lograr un Estado
marxista-leninista al viejo estilo de la Unión Soviética como meta para un
mundo mejor, más justo y más igualitario.
Afortunadamente cayó el telón de acero y el muro de Berlín y la sociedad
occidental descubrió que ese mito sociocomunista no era sino una trágica
pantomima en la que unos pocos (la clase dirigente) vivían muy bien, como en el
mundo capitalista, y en el que la mayoría del pueblo seguía pasando hambre por
más censuras que quisieran enmascarar el paraiso marxista-leninista. Todos
descubrimos el falso montaje. Todos menos Juan Manuel Sánchez
Gordillo, el mítico alcalde de Marinaleda, que en pleno siglo XXI continua aferrado
a las mismas tesis que se desplomaron como un castillo de naipes ante el soplo
de la libertad que inundó Europa del Este en la penúltima década del siglo XX.
Pese a todo, algunos siguen manteniendo su fe ciega en aquellos ideales y en
las causas perdidas. Gordillo, treinta años después sigue igual que cuando fue
elegido por primera vez como alcalde de Marinaleda. Su aspecto apenas ha
cambiado. Verlo deambular por los pasillos del antiguo Hospital de las Cinco
Llagas con su barba a lo Che y envuelto el cuello en su kuffiya palestina,
observarlo cargado de papeles y aburrido en los debates, escuchar sus mítines
revolucionarios en su juramente como diputado, hablar pausadamente con él sobre
el sistema corrupto que el PSOE ha impuesto en la Junta de Andalucía tras
treinta años de mandatos ininterrumpidos no es sino un ejercicio de retroceso
en el tiempo, una vuelta de tuerca al siglo XIX, a la lucha de clases y al
despertar del movimiento obrero. Bajo este punto de vista, Gordillo es una
especie en vías de extinción que la Administración socialista andaluza debería
conservar como lo hace con el lince.
Porque, a fin de cuentas, Gordillo es el único representante de la izquierda
que se sienta en el Parlamento andaluz sin buscar prebendas del poder, sin verdar
su cargo por un sillón en una Consejería. El único "pepito grillo"
que es capaz de cantarles las cuarentas al PSOE, al PP y a su propia coalición,
tildándoles publicamente de corruptos, advenedizos y mentirosos. Y hoy, día en
el que el Parlamento andaluz, votará la candidatura de Pepe Griñán como
presidente de la Junta de Andalucía, será el único diputado de la izquierda que
no le apoye. Se podrá estar o no de acuerdo con él y con sus ideas
decimonónicas, pero no cabe duda que el el único de los 109 diputados andaluces
que se ha mantenido fiel a sus ideas y a eso, nos guste o no, se le llama
honestidad. Una honestidad de la que no han hecho gala sus compañeros de
coalición. Mientras Diego Valderas y diez de sus once diputados se han
entregado y rendido al PSOE a cambio de entrar a formar parte del Gobierno de
Griñán, Gordillo seguirá manteniendo su independencia y en lo más alto
el pabellón de la CUT aunque mucho me temo que a raíz del "pacto de los
sillones" la coalición IULV-CA está herida de muerte. Que se lo pregunten
a los miembros del Partido Andalucista que pactaron en su momento con Manuel
Chaves y que está a punto de desaparecer del panorama político andaluz. Ya
avisa el clásico refrán: Cuando las barbas de tu vecino...