lunes 30 de abril de 2012, 08:14h
Un mes y pico después de la celebración de
las elecciones autonómicas andaluzas, y pese a que la formación más votada en
los comicios fue el Partido Popular liderado por Javier Arenas, los
socialistas, con José Antonio Griñán a la cabeza, volverán a formar gobierno
con el auxilio, en este caso, de Izquierda Unida. Pero no de toda Izquierda
Unida porque uno de sus más carismáticos dirigentes, Juan Manuel Sánchez
Gordillo, un histórico al frente del ayuntamiento de Marinaleda, romperá la
disciplina del voto porque considera que, en las actuales circunstancias de
corrupción por los falsos ERES y otras lindezas, apoyar a Griñán es cometer un
error..."como la copa de un pino".
¿Es Sánchez Gordillo un modelo de
coherencia, un líder que no "se casa" más que con la verdad, un ejemplo de
guerrillero social de una sola pieza, como mantienen sus defensores..., o, por el
contrario, y como dicen sus detractores, desde sus mismas filas, estamos ante
un iluminado que se ha anclado en el pasado, en el sindicalismo del siglo XIX,
y que es incapaz de adaptarse a los tiempos cambiantes? Sea lo que sea, y dado que nunca se producen
cortes radicales entre lo blanco y lo negro, sino que hay muchos matices,
digamos que Sánchez Gordillo es, cuando menos, una referencia o un espejo que
merece la pena no perder de vista... Y sus paisanos y votantes, los que lo
conocen más de cerca, insisten en que su palabra y su acción coinciden: en que
no tira la piedra y esconde la mano, sino que es coherente hasta la extenuación.
Andalucía, por lo demás, vive una
situación difícil, que no es ajena a la crisis general, pero que tiene sus
peculiaridades. Se ha producido una transformación muy positiva de sus modelos
productivos, se ha creado riqueza, se han mejorado las infraestructuras, se ha
entrado en la modernidad de las tecnologías vanguardistas y se han ahuyentado
los tópicos. Pero, por desgracia, al lado de estos pasos hacia adelante
subsisten costumbres caducas, reductos caciquiles y "pelotazos" delictivos en
torno al urbanismo y al blanqueo de capitales que han hecho un flaco favor a
Andalucía... A esa Andalucía tierra de contrastes, del latifundio y de la Costa
del Sol, que a todos seduce pero que tres
dirigentes de las formaciones más votadas (Javier Arenas, José Antonio Griñán y Sánchez
Gordillo) entienden, como les decimos, de distinta manera.