sábado 28 de abril de 2012, 13:30h
El Gobierno de Rajoy ha terminado por
admitir algo que ya se 'veía' en las cuentas del Estado: la necesidad de
subir el IVA y otros impuestos indirectos para poder cumplir el
objetivo del 3% de déficit público, impuesto por la Unión Europea. Lo
hizo bajo presión de la Comisión Europea, el ejecutivo de la UE, y tras
la rebaja de la calificación de la solvencia de la deuda de España que
decidió la agencia Standard & Poor's, que no solo observa la
dificultad de alcanzar el 3% de déficit, sino también problemas graves
en los balances de los bancos que podrían requerir recapitalizaciones
con fondos del Estado. Pero el Gobierno también hizo ese anuncio al
tiempo que reconocía que en España habrá más paro en 2015 que en 2011,
incluso tras la salida de la recesión. En resumen: una legislatura
perdida para el empleo y una posible década perdida para toda una
generación de jóvenes muy preparados que aquí poco podrán hacer, por
falta de trabajo y de oportunidades en un país con 5,6 millones de
parados, el 24,4% de la población activa.
¿Traerá algo bueno la subida del IVA? Aparte de
rellenar agujeros, puede permitir una reducción de las cotizaciones
sociales, lo que en principio debería frenar la destrucción de empleo,
que es muy acelerada. Pero, de entrada, esa subida será negativa para el
consumo, que ya está bajo mínimos. En el fondo, todo va a depender de
cómo evolucione el PIB, cuya recuperación se intuye más viable gracias a
las exportaciones que al debilitado mercado interno. El Gobierno confía
en recuperar el crecimiento en 2013 (0,2%), tras una caía este año del
1,7%, pero a día de hoy todo eso es más cuestión de fe que una realidad.
¿Problemas más urgentes? Hay más de 1,7 millones de
hogares donde no entra ningún salario a los que habrá que aportar algún
remedio: el que sea. Lo que hace falta es recuperar la economía y
exportar más. En definitiva, mejorar la balanza por cuenta corriente,
para poder financiar el déficit y el crecimiento. Alemania tiene la
llave, ya que puede aliviar las tensiones de la financiación española y
dar un respiro al crecimiento para crear empleo. En beneficio de los
intereses de España juegan las presiones a favor del crecimiento que le
plantean a Merkel otros países, entre ellos Holanda; las expectativas electorales del socialista Hollande
en Francia; la postura de los socialdemócratas europeos, la inquietud
de los exportadores alemanes, que también necesitan la recuperación de
sus socios, e incluso la posición de FMI, que ya asume que solo con
austeridad no basta. Lo normal es que Merkel termine cediendo. Si
bien ha respondido al resto de la UE que el ajuste fiscal es
innegociable, se sabe que la canciller prepara una 'agenda del
crecimiento' para Europa, que a fin de cuentas es el mercado de
Alemania.
Fundador y editor de Mundiario, también es columnista de la agencia Europa Press. Tertuliano de TVG y Radio Galega, colabora en La Región. Dirigió Capital, Xornal y La Voz de Galicia. Ex director editorial de Grupo Zeta. Autor del libro Cómo salir de esta. Coeditor del Anuario del Foro Económico de Galicia.
Twitter: @J_L_Gomez
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