Francia y el futuro de la UE
lunes 23 de abril de 2012, 17:37h
Consumida en lo esencial la fase de ajustes, entra
el Gobierno español en la fase de reformas, aun con vocación de ajustes,
pero con la mayor parte del pescado vendido en cuanto a lo que se refiere a
medidas que pueden impactar en el corazón del comportamiento de los mercados
financieros. A estas alturas, el Gobierno cree haber consumido lo esencial de
lo que era posible hacer en materia de recortes, y así lo expresa por boca de
sus líderes cuando no hay medios de comunicación delante. Considera el Gobierno
que ahora entramos en la fase de reformas (el Presidente hablaba de que estamos
todavía en el momento cero de las reformas) y que el futuro de España está
todo lo comprometido que está el futuro de la UE. "O avanzamos hacia
alguna forma de mutualización de la deuda, o retrocedemos a la situación previa
de cada país una moneda; ya no es posible el mantener la EZ tal y como la
conocemos". Así se expresaba off the record uno de los líderes económicos
del PP a quien tuve oportunidad de escuchar a puerta cerrada. Esta confesión estaba
seguida de referencias a las elecciones presidenciales francesas, de cuyo
resultado depende una buena parte del futuro del continente.
Escribía el editorialista del diario económico francés Les Echos que la
campaña electoral ha sido decepcionante "dadas las crisis inauditas que vivimos: crisis económica gravísima,
crisis financiera existencial, desempleo aterrador, crisis europea cuya salida
no logramos ver". Es en estas circunstancias, continuaba,. donde lejos de constatar la dureza de los tiempos y admitir un poco de
humildad, "Francia vuelve a entonar el credo de su excepción". Quizá
nos parezca exagerado desde la perspectiva española, pero Francia, que se mira
de reojo en el espejo alemán, ha visto como su superávit comercial del 1% del
PIB n el año 2000, es ahora un déficit del 4,2 %.
Con Alemania, su déficit de 5.000 millones en 2001 es ahora de 27.000
millones, y su sector industrial constata desde entonces una contracción de su
producción del 5,4%. La exposición de su sector financiero a las economías
periféricas es el mayor de los países centrales con 475.000 millones según
recientes estimaciones, 150.000 más que Alemania. Alrededor del 30% de su
empleo está en el sector público comparado con el 23% de promedio de la UE, y
es este sector el que explica el 56% de su PIB frente a un promedio de 43% de
los países de la OCDE.
Si las
diferencias entre Francia y Alemania continúan ampliándose, los incentivos del
próximo presidente para asumir las tesis de austeridad alemanas serán cada vez
menores. Solo la dependencia de Alemania para sostener la arquitectura que da
consistencia a la UE y que limita al contagio a Francia de los problemas que
han aflorado en la periferia, mantendrá al nuevo presidente advertido de una
confrontación abierta con los alemanes. Sin embargo, cuanto más insista
Alemania en la defensa de la austeridad como principal mecanismo, más probable
es que el nuevo presidente acabe por defender una política enfrentada a la alemana. La diferencia
estará en los tiempos. Si el próximo presidente, es el candidato socialista, la
confrontación será más rápida. Entonces el euro va a tener que cotizar
una nueva forma de concebir la
UE. Hasta la fecha solo ha respirado la disciplina llamada Merkosy.
Analista y consultor
Consejero Delegado del Grupo Omega Financial Partners. Es economista, MBA por la IE Bussiness School y en Estrategia Internacional por la London Business School. Formado en el Chicago Mercantil Exchange, es experto en Options Risk Management por O´Connell & Piper de Chicago. Conferenciante y profesor de derivados financieros y divisas en diversos programas Master. Además, dirige los Comités de Riesgo de compañías de múltiples sectores de actividad, siendo miembro de varios Consejos de Administración. Ha sido contertulio habitual de emisoras de radio, miembro del equipo editorial de diversos diarios
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