Máximo pesimismo en Exteriores sobre la Cumbre Iberoamericana de Cádiz
lunes 23 de abril de 2012, 11:08h
¿Estamos ante el principio del fin de las 'cumbres' iberoamericanas que
instituyó Felipe González en 1992? Es una pregunta que se hacen a menudo en los
medios diplomáticos españoles...y en no pocos iberoamericanos. "El conflicto
con Argentina a raíz de la expropiación de YPF amenaza con dar la puntilla a
las devaluadas cumbres iberoamericanas, precisamente el año en que España
pretendía revitalizarlas", afirma uno de los principales diarios digitales
españoles, 'El Confidencial'. Y, así, la próxima cita de jefes de Estado y de
Gobierno tendrá lugar en Cádiz los días 16 y 17 de noviembre, con el objetivo
de poner un broche de oro a la celebración del bicentenario de la Constitución de 1812,
podría ser un fiasco si las gestiones y los contactos que desde el Rey y la
familia real hasta el presidente Rajoy y muchos ministros no van por el buen
camino.
Y es que la tensión con Argentina, que pude arrastrar a otros líderes del
continente americano, hace temer un nuevo fracaso, como el del pasado año en
Paraguay. De hecho, en medios gubernamentales españoles se da por hecho que
Cristina Fernández de Kirchner no acudirá a la 'cumbre' gaditana, por muchos
esfuerzos diplomáticos que se desplieguen. Porque nadie espera que el conflicto
con Repsol, que ha hecho prometer a España sanciones contra Argentina, vaya a
solucionar ni a corto ni a medio plazo. Y la cita de noviembre está ahí.
Las 'cumbres' iberoamericanas han ido perdiendo
crecientemente peso año tras año, según crecía el desinterés, e incluso la oposición
de algunos líderes latinoamericanos a esta fórmula de intercambio de contactos
y de cooperación. Este tipo de citas suelen terminar con grandes declaraciones
de intenciones, pero con escasos acuerdos prácticos o mensajes nítidos a
la ciudadanía. Además, dice 'El Confidencial' en un estudio sobre el tema, con
el auge económico de Asia, los intereses geoestratégicos de América Latina se
han desplazado al Pacífico, en detrimento de España y de Europa. Por otro lado,
el recorte presupuestario sufrido por el Ministerio español de Asuntos
Exteriores (54 por ciento), al que hay que añadir el severísimo tajo
experimentado por la cooperación (71 por ciento), son factores que ayudan poco
o nada al mantenimiento de la imagen de España como un 'grande' frente a países
que están experimentando crecimientos económicos de un seis por ciento de
media. Antes de la cita gaditana, España tiene previsto convocar a los
ministros de Economía, Empleo, Fomento e Industria iberoamericanos para
abordar las inversiones en el continente. Asimismo, Rajoy aseguró en febrero
que la Cumbre
deberá centrarse en el crecimiento económico y en la cooperación.
Si ya la 'cumbre' de Asunción, Paraguay, fue la de las ausencias notables,
Cádiz amenaza con convertirse en un estrepitoso fracaso, en el que el posible
llamamiento al boicot de la presidenta argentina calase en sus colegas de
Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua. Solamente Chile, Colombia y México,
entre los más importantes del continente, se mantienen fieles al espíritu de las
'cumbres' iberoamericanas. Porque Brasil hace tiempo que perdió interés por
ellas, una vez que la influyente diplomacia brasileña las contempla como una
amenaza a su hegemonía en el continente.
En este contexto, ¿qué pueden hacer el Ministerio de Exteriores, la Casa del Rey -que podría
haber jugado un mayor papel cerca de Fernández frente a la expropiación de
YPF-o la Secretaría General
Iberoamericana para mantener esta pieza hasta ahora clave en la política
exterior española? Las cosas, la verdad, pintan mal, muy mal, para esta
'cumbre' gaditana, que quiere poner broche de oro a las celebraciones del
bicentenario de la primera Constitución democrática. Máxime cuando se duda de
que el Rey, que tenía previsto un viaje a Latinoamérica en junio, pueda realizar
un desplazamiento a Chile y Brasil tan largo.