Ya no podemos decir aquello de que el técnico portugués 'vuelve a las andadas', porque José Mourinho nunca ha dejado realmente de estar en ellas. El sábado, ante el Sporting, volvió a montarla, esta vez con cortes de mangas dirigidos, aunque no directamente, a los integrantes del banquillo asturiano, con los que se había enfrentado antes durante el tenso partido en el Bernabéu. Los nervios están a flor de piel en el Real Madrid, como es lógico: llega el tramo final de la Liga y cualquier partido es una final, con el Barça acosando a tan sólo 4 puntos. Y esos nervios dieron lo peor de sí en la persona de Mourinho, que estuvo tenso todo el encuentro en su área técnica y se encaró con varios miembros del Sporting, quienes tampoco tuvieron un comportamiento muy deportivo. Intentaban torpedear el partido con su ventaja de 0-1 y también con empate en el marcador, en incluso retuvieron balones o los metían en el campo para perder tiempo y cortar el juego.
Lamentable. Pero tampoco estuvo acertado todo un entrenador del Real Madrid como Mourinho, entrando en la batalla y encarándose con ellos. No puede transmitir esos nervios a sus jugadores ni tampoco perder las formas por ostentar el cargo que ocupa. Así, perdió las formas del todo y cuando el Madrid marcó el tercer gol, que sentenciaba el partido, hizo un corte de mangas que se dirigió hacia su propio banquillo y que pudieron captar las cámaras posteriormente. También fue triste ver cómo echaba una bronca a su defensa Sergio Ramos por parar el juego para que atendieran a un rival, quien parecía estar fingiendo para perder tiempo.