miércoles 11 de abril de 2012, 11:24h
Se ha creado una enorme e interesada confusión
sobre la financiación de la Sanidad que se enmarca en la pugna electoralista
sobre quién y cómo se mantiene el Estado del Bienestar. Nos encontramos en uno
de esos momentos políticos donde la confianza del ciudadano en el sistema de
partidos se resquebraja a marchas forzadas porque se demuestra que priman más
los intereses particulares y partidistas de unos cuantos dirigentes que los
intereses generales del colectivo. Lo estamos sufriendo en los últimos meses en
España, también en la Unión Europea donde los egoísmos alemanes y franceses, de
unos líderes manifiestamente mejorables, condenan al resto de países a un
calvario que se hubiera podido evitar si su avaricia crediticia hubiera topado
con una posición profesional de la realidad que requería adecuar los créditos
fáciles y baratos a la capacidad de devolución de cada uno de los países del
sur que nos vimos inmersos en una gran fiesta-borrachera de consumo y derroche
alimentada con la cerveza y los productos alemanes y franceses. Ahora toca
poner las cosas en su sitio y los recortes afectan a gastos innecesarios y a
derroches vergonzosos que se pueden apreciar en cada pueblo y ciudad de España,
de Italia, de Grecia, de Portugal pero también de Alemania, de Francia, del
Reino Unido etc...
Nos toca ajustar nuestro Estado del Bienestar a lo que podamos
pagar. Seguro que hay otras partidas de donde recortar antes de pensar en pagar
25 euros al ir a urgencias por una dolencia a tratar en un ambulatorio; o por
pagar 10 euros por una consulta en el especialista que pudiera solventar el
médico de cabecera. Es lo que ha ocurrido en dos países cercanos. Uno, Italia,
tutelado como España por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional;
otro, Portugal, intervenido directamente. Los políticos pueden clamar a los
cuatro vientos la idea de sostener a capa y espada la gratuidad total de la
Sanidad y de la Educación; es algo en lo que todos estamos de acuerdo, siempre
y cuando podamos pagarlo. Es tan crudo y frío como eso. La opción de que paguen
más los medicamentos aquellos que tienen más ingresos es viable; es más, esos
esforzados afortunados a los que nadie les regala nada, salvo contadas
excepciones, ya tienen sanidad privada. Y son muchos miles de españoles que han
contratado seguros sanitarios privados. Por eso, los políticos deben de
olvidarse de brindis al sol y hacer caso a los profesionales y expertos de
verdad que conocen realmente las necesidades de todos los ciudadanos que
merecen que se les diga la verdad.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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