El marasmo del Gobierno, sus recortes, las autonomías y los mercados
miércoles 11 de abril de 2012, 08:18h
Después de repasar unas
cuentas hojas de Google, compruebo que no resulta fácil la definición de
marasmo, pero hay bastante coincidencia en definir el término como "extenuación
y adelgazamiento extremos y progresivos, a causa de alguna enfermedad física o
psíquica. Suspensión, inmovilidad, en lo
moral o en lo físico. Paralización total de
una persona o cosa. Paralización de toda
actividad, tanto en lo moral como del paro
masivo y la incertidumbre permanente". Posiblemente sea el término que ahora
predomina, y hasta caracteriza, al Gobierno, en cierto sentido bloqueado porque
no sabe hacia dónde avanzar. Pudo pensar que su llega a los 'puestos de
responsabilidad equivaldrían a confianza de los ciudadanos, de las
instituciones y de los mercados, y comprueban que no basta. No basta el
anunciado de las reformas que se pretenden acometer, la opinión pública, como
los mercados, somos bastante más exigentes: lo queremos "todo y ya". Todo lo
comprometido y de inmediato. Y rompen todos los esquemas los compromisos rotos:
la elevación de impuestos cuando se había prometido lo contrario, unos
presupuestos que esconden la trampa de la amnistía fiscal para los
defraudadores... Tal vez este miércoles, Rajoy rectifique la impresión que dio
en la tarde del martes, en el Senado, cuando dio una vuelta al ruedo, en medio
de muchas decenas de periodistas que esperaban de él alguna palabras de
consuelo y de esperanza, y se salió por una puerta trasera sin decir una sola
palabra. Será verdad lo que algunos sospechan: que no se dan clases
suficientes, en la vida política, y por mucha experiencia que se tenga, para tomar las riendas de un Estado en
dificultades y resolver todos sus
problemas en cien días... ¿Todo se
resolvería devolviendo las competencias autonómicas al Estado, como planteó
Esperanza Aguirre? ¿O la "lideresa" aprovecha la debilidad del presidente para
ocultar otro compromiso conculcado, el de la elevación del precio de los
transportes públicos en la capital? También se habla profusamente del gran
enfado que se habría producido en el Palacio de la Moncloa por virtud de las
declaraciones del ministro Luis del Guindos, el primero en proclamar que era
inevitable recortar en diez mil millones más la sanidad y la educación, sin
duda, tras escuchar las observaciones del "directorio comunitario". Se suponía que los recortes contenidos en los
presupuestos ya eran los últimos, pero llegó De Guindos y sumó diez mil millones
más, como quien se toma un café en la barra del Congreso. Siete mil a recortar
en Sanidad y tres mil más a recortar en Educación... Y más aún: el anuncio de De Guindos no sólo
tranquilizaba a los mercados, sino que los excitaba aún más, y la subida de la
prima de riesgo volvía a dispararse...
Ya está, todo mezclado y
confuso, sobre la mesa. El futuro de las autonomías y de sus competencias, la
falta de idoneidad del "café para todos", el nivel de recaudación del Estado
siempre creciente a pesar de los compromisos, la inactividad de empresas y
empresarios españoles, la ineficacia de una banca que no presta créditos, la
falta de unos mínimos niveles de consumo... Las prioridades de la Nación en
esta hora crítica están por determinar, y desde el Gobierno, el Presidente
calla, y la vicepresidenta lanzar un mensaje de que saldremos de ésta... Como
suspiraba el del chiste: "¿Hay alguien más ahí?". Ni siquiera es posible
completar la declaración de la renta, porque se ha reventado el sistema por
exceso de contribuyentes en espera...
¿Alguien tiene en su cabeza
el Estado en su totalidad, y está en condiciones de armar ese juguete? Ésa
parece ser la gran esperanza de una ciudadanía confusa y desconfiada, que llegó
a suponer que el relevo del Gobierno significaría una nueva esperanza y un
relanzamiento de la economía que no terminan de llegar, ni siquiera de
adivinarse por parte alguna, y que no dan otra cosa que el temor a una
intervención de las grandes instituciones -UE, FMI, mercados...
En cuando a los diarios de
este miércoles tampoco ayudan excesivamente a desentrañar la situación ni a
verle salidas: El ataque a la deuda
española se recrudece pese a los nuevos recortes, cuenta El País. El Mundo destaca que Rajhoy se most´ro
esquivo en el Congreso y en el Senado y que evitó a los periodistas, para luego
añadir que los mercados no se creen las reformas. Dice ABC que el Gobierno niega la necesidad
de un recate. Según La Vanguardia, los mercados castigan a
España pese a los recortes, mientras De Guindos admite que la economía española
está supervisada desde agosto, y que Bruselas bendecirá las cuentas cuando
conozca el gasto autonómico. El Periódico de Cataluña ve a Rajoy con el
agua al cuello, y destaca también el
clamoroso silencio de Rajoy en pleno desconcierto. Añade que España entra en la
zona de rescate al desoír las exigencias de Bruselas. Señala La Razón que la UE pide claridad en
las cuentas autonómicas, y que la presión sobre España se mantiene. Rajoy
guarda silencio sobre las nuevas reformas y el repunte de la prima de riesgo",
titula La Gaceta. Y también: Rajoy resta importancia al desconcierto crítico
que se denuncia desde su partido. Y de parecida manera explican la situación
los diarios económicos: Los inversores acorralan a España, dice Expansión. En
Cinco Días, que el Gobierno intenta sin éxito calmar las dudas sobre el
objetivo del déficit. En cuanto a El Economista, asegura que la rebelión de las
autonomías amenaza con romper la hoja de ruta de Rajoy y que el presidente
convoca el sábado a los "barones" del PP para imponer la disciplina
presupuestaria... Pero, el Gobierno vasco rechaza los ajustes en educación y en
sanidad y amenaza con los tribunales. Y que Andalucía, Canarias y el País Vasco
rechazan el recorte sanitario por valor de siete mil millones...